lunes, 1 de junio de 2009

Y el verbo se hizo hombre...

Hoy pienso que si no fuese por mi consabida heterosexualidad innata, diría que estoy enamorado de Rafa Nadal.
Ayer perdió Nadal en Roland Garrós. Creo que había periodistas que no sabían escribir en la misma frase "Nadal" y "perder" ... a mi también me ha costado trabajo.

Sin embargo lo de este chico es increíble, en el buen sentido. Ayer dio otra lección de moderación, coherencia y saber perder.

Primero, porque no puso excusas, Después de teinta y una victorias consecutivas en el torneo galo y cuatro torneos a sus espaldas, por fin pasa lo que él mismo venía avisando y parecía que nunca sucedería, pierde y ni tan siquiera un lamento, todo lo contrario: " No le déis más vueltas, las cosas son muy simples: no jugué mi tenis, se lo puse fácil (a Soderling). Jugué muy corto, sin calma, no me sentí cómodo", explicó Nadal. "No es ninguna tragedia, sólo un pinchazo dentro de la que está siendo mi mejor temporada y hay que superarlo".

Sin embargo, sí que hay más. El público francés, siempre tan agrio con los españoles, esta vez llegó más lejos que de costumbre. Vale, entiendo que vayan con el más débil, que quieran espectáculo...eso es normal y ocurre en todos los torneos del mundo. Sin embargo, aquí, se ensañaron especialmente con Nadal, un jugador cuyo único pecado es haber nacido en el odiado país vecino, nuestra España.

Se dedicaron todo el partido a vitorear el nombre de "Robin, Robin", incluso cuando en el cuarto set ya tenía posibilidades de ganar, le seguían animando, en lugar de querer que el partido no terminase y seguir viendo jugar al mejor jugador del mundo.

Rafa, tranquilo, aunque disgustado, no tuvo una mala palabra para ese público tan desagradecido, y tan sólo manifestaba su malestar como siempre, de forma elegante: "Siempre salgo aprendiéndome bien el nombre de mis rivales, de tanto oirlos", dijo. "Es una pena que este público no haya tenido nunca un detalle conmigo. Ojalá un año lo tengan", señaló.

Curiosamente, ha tenido que ser un tenista francés, un desconocido en el circuito, Nicolas Mahut, quien, supongo que avergonzado por el comportamiento de sus compatriotas, ha señalado sonrojado "Me sorprendió mucho la reacción del público, apoyaron a Soderling todo el tiempo. No se puede hacer eso a Nadal, un campeón increíble. Creo que él no lo olvidará jamás".

Bueno, eso me demuestra que de 64.057.790 franceses hay uno que no es "un conard"...

!Y eso que todavía nos tienen que aguantar en el Tour! C'est la envie!

No hay comentarios:

Publicar un comentario