jueves, 5 de mayo de 2011

James, Bond James...

Hoy pienso que lo de la reforma del Registro Civil clama al cielo.

Sí, lo sé, otra vez el incomprendido y nunca bien ponderado tema de la igualdad, ahora por culpa de los apellidos…o apellidas.

Esperad, amigas, no os pongáis así, y dejadme terminar. Con la última reforma que se realizó, en la actualidad, todos los hijos pueden llevar el apellido de la madre en primer lugar, cosa que me parece totalmente legítima y correcta, con un pequeño pero, eso sí, el del tema práctico, ya que hasta ahora tú sabías cómo se apellidaba el padre o la madre de alguien por sus apellidos, y ahora no. Pero a pesar de eso, estoy de acuerdo con el hecho de que se pueda elegir el orden de los apellidos, ya que es más lo que se gana que lo que se pierde, y efectivamente, creo que aquí sí es un tema donde la igualdad se ha imponer.

Sin embargo, como parece que todo es poco y algunos políticos, que parece que se pasan el día inventando problemillas, en lugar de arreglar el país, que sí que lo necesita, estimaron que no estaba bien configurado el sistema actual, ya que seguía siendo machista (supongo que alertados por la escasa cifra de registros donde el apellido de la madre va en primer lugar) en vez de pensar que quizás la gente es más tradicional de lo que ellos piensan o simplemente que, ahora mismo, buscar trabajo o ganarse el pan es más importante que calentarse la cabeza con el orden de los apellidos de tu hijo (huy, o a tu hija, perdón).

A día de hoy, la situación es la siguiente: Cuando tú vas al Registro a inscribir a una persona (o persono, que yo también reclamo mis derechos) tienes la opción de poner el orden de los apellidos como quieras, si bien, en caso de que no decir nada, irá, por defecto, en primer lugar el del padre.

Aquí viene el nuevo debate, ¿por qué tiene que ser así? Es decir, los padres (y madres) tienen la libertad de poner los apellidos en el orden que les plazca, pero si no se ponen de acuerdo ¿por qué tiene que ser el del padre el primero?

Ante esta cuestión, que en principio podría estar bien planteada, yo repreguntaría ¿podrías darme otra forma más justa o práctica?

Tras meses de discusiones, cada uno decía una cosa. El orden alfabético propusieron los del PSOE al principio. Sin embargo alguien debió darse cuenta de que si era así, en unos años, habría muchos más Aznares que Zapateros y más Botellas que Pajines, así que decidieron desistir…

Dejarlo al azar, insinuaron otros, pero eso de tirar una moneda al aire, tampoco terminó de convencer ¿por qué una moneda y no un monedo?… al final, la decisión ha sido crear Salomones en todos los Registros, y así, igual que en los bares los camareros hacen de policías ante los fumadores, ahora los funcionarios harán de jueces ante las parejas indecisas, y serán ellos los que decidan. Ahora además de bajarles el sueldo, pluriempleo... ¿qué culpa tendrán ellos?

Como digo, no me parece lo más justo, pero sí lo más sensato. En caso de no haber acuerdo, recurrir, no al machismo, sino a la tradición y a la cultura, que nos guste o no, no deberíamos olvidarla. Sobre todo en temas así, donde está demostrado que ninguna otra opción es mejor ni más ecuánime.

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