Hoy pienso que un amigo me hacía un comentario ayer sobre mi pública declaración de amor a mi Julieta en la que me aconsejaba que no me subiera con ella a un avión… por lo que pudiera pasar.
En ese momento me acordé de mis múltiples accidentes a los cuales he sobrevivido…imagino que haciendo cierto el dicho de que bicho malo nunca muere.
Y es cierto que a lo largo de mi vida nunca he tenido un solo percance con el coche… como conductor, claro, porque como copiloto... he sufrido 4 accidentes de coche, de los cuales, sin embargo y afortunadamente, siempre he salido caminando.
No penséis que fueron accidentes menores. El primero, con el que me desvirgué en esto de los infortunios con motor, tenía tan sólo 15 años y viajábamos en un seiscientos. Nos salimos de la carretera y dimos dos vueltas de campana. Mi puerta se abrió y yo no llevaba puesto ni el cinturón de seguridad (entonces esas cosas eran casi de adorno). A pesar de todo, y que el coche quedó siniestro total, salimos ambos del coche algo aturdidos, pero más preocupados por la regañina de papá que por el accidente en sí.
Más tarde, con 18 años, sufrí un choque frontal. Conducía una chica de 16 años (tranquilos, era en EEUU y tenía carnet), y por suerte no íbamos muy rápido, así que yo me llevé un dolor de cervicales a casa y mi chica una brecha en la frente y un ojo morado. Imagino que si me llega a pasar en España al llegar al hospital, sin preguntar, me habrían detenido como autor de malos tratos.
A los pocos días de aquello, acompañando a un amigo en una furgoneta, fuimos envestidos literalmente por un camión en un cruce en el que teníamos paso preferente. Tras ser arrastrados varios metros el camión paró y afortunadamente todo quedó en un buen susto… un susto y una furgoneta para el desguace.
Mi cuarto y último accidente (vuelvo a tocar madera) fue en Despeñaperros, donde una curva llena de aceite en la carretera nos hizo derrapar y acabamos estampados contra un muro de hormigón. Este coche al menos llevaba airbag para el conductor, y por suerte también salimos bien parados.
A primera vista, cualquiera podría pensar que soy gafe, sin embargo, yo diría que es justo lo contrario, porque ninguno de los conductores a los que acompañaba sufrió percance alguno, así que quizás yo fui su ángel de la guarda…
Aún así también he tenido otra serie de experiencias más tristes y desagradables, concretamente relativas a varios atentados… Recuerdo que estuve en Santa Pola sacando dinero de un cajero de la Caixa enfrente de la Casa Cuartel de la Guarda Civil un par de horas antes del terrible y canalla atentado de ETA, aquel verano de 2002. Sentí de lejos aquel bombazo, pero nunca pensé que fuese un atentado, la verdad.
Otra anécdota fue cuando la Guardia Civil llamó a casa de mis padres para preguntar si yo había estado hospedado en un hotel en Santander unos días antes de un atentado que ETA cometió en el verano de 2004… Lo curioso es que era cierto que había estado allí, ya que había asistido a un curso en la Universidad Menéndez Pelayo... Afortunadamente la Guardia Civil no sabía que el 11 de marzo anterior yo pasaba por Atocha en el cercanías que me llevaba a Méndez Álvaro a diario, a eso de las 7:15, escasamente media hora del terrible atentado del 11-M, si no, seguramente ahora estaría enchironado junto a Zougam en Alcalá Meco…
En fin, que visto lo visto y en contra de lo que opina mi amigo Manolo, no solamente creo que podría ir en un avión con Esperancita, sino que ahora estoy seguro de que nuestro amor es posible, porque a pesar de todo...estamos hechos el uno para el otro!.
Aunque eso sí, no creo que nos inviten a ninguno de los dos a ese famoso crucero con el nuevo Titanic...
Aunque eso sí, no creo que nos inviten a ninguno de los dos a ese famoso crucero con el nuevo Titanic...
Y cuando te clavaste el extremo tubular del manillar de la bici BH en el abdomen al caerte por ir agarrado a una vespino para coger mayor velocidad en plena carretera.... Te dejó una bonita marca circular durante mucho tiempo que desconozco si persiste, pero te podía haber reventado el bazo. Je, je
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