martes, 5 de febrero de 2013

Todos somos algo amarillos

Prensa amarilla o prensa amarillista:
Dícese de aquel tipo de prensa que trata todos los temas de forma sensacionalista y tiende a exagerar los hechos.



Hoy pienso que la prensa amarilla tiene su origen a finales del siglo XIX en Estados Unidos, cuando dos periódicos pugnaban por por hacerse con el top one de la época. El diario New York World de Joseph Pulitzer y el New York Journal de William Randolph Hearst, inmersos en su guerra particular comenzaron a magnificar cierta clase de noticias para aumentar las ventas,incluso pagando a los implicados para conseguir exclusivas.

El origen del calificativo "amarillo" no está claro, aunque el New York Press fue el primero en acuñarla en un artículo, al describir la metodología que el World y al Journal empleaban. Así elaboró el artículo "We called them Yellow because they are yellow", utilizando un juego de palabras intraducible al español, ya que Yellow además de referirse al color, también significa cruel y cobarde.

En España todos conocemos la prensa rosa (esas revistas que, reconozcámoslo, todos echamos un vistazo en la peluquería o en casa de nuestra abuela), sin embargo, la prensa sensacionalista o amarilla no existe, al menos catalogada como tal. 

Quizás esa sea la diferencia, en Inglaterra por ejemplo, todos distinguen entre el Daily Mirror y el The Herald, igual que en Alemania tienen por un lado el Die Welt y por otro el Bild, y si bien es cierto que tiene mucha influencia en la opinión pública, todo el mundo sabe diferenciarlo del primero. 

En España no tenemos una prensa amarilla específica, ¿para qué? Los propios periódicos se encargan de llenar ese vacío existente, ejerciendo el intrusismo y dando a sus noticias un toque sensacionalista, en algunos casos, sobrepasando los límites deontológicos de esa profesión tan bonita e interesante como es el periodismo.

El pasado día 24 de enero, asistimos a este fenómeno por uno de los principales periódicos nacionales, El País, que publicaba en portada, a todo color y bien grande, un primer plano de Hugo Chávez, entubado e inconsciente, bajo el titular de "El secreto de la enfermedad de Chávez".

Horas más tarde, el propio periódico retiraba la imagen y paralizaba la distribución del rotativo en aquellos sitios en que no había llegado aún. La foto era falsa y llevaba 5 años colgada en internet.

El escritor Isaac Rosa señalaba al respecto que "publicar una foto de Chávez entubado ya era caer bajo. Que encima se la cuelen por falsa dice poco (o mucho) del periódico global".

Ahora de nuevo El País ha publicado hace unos días, en exclusiva, unos papeles descritos literalmente como "Los secretos de Luis Bárcenas Gutiérrez, manuscritos en 14 hojas de un cuaderno cuadriculado en el que registró durante 18 años como gerente y tesorero algunos episodios contables de la vida del partido".

No seré yo quien confirme o desmienta si esos papeles son auténticos, ya que ni lo sé ni me corresponde decirlo, aunque permitidme que al menos dude, ya que para empezar, su presunto autor ha negado categóricamente su veracidad (aunque es cierto que, a estas alturas, tampoco es que este hombre tenga mucha credibilidad), pero es que aún siendo un manuscrito escrito de puño y letra por el tal Bárcenas, también existe la duda razonable de la veracidad de su contenido.

Esta pequeña media España nuestra, que parece impaciente por tener una excusa para ocupar calles y gritar hasta quedarse roncos mientras paran el tráfico, dieron por buena la información y y este fin de semana allí que se presentaron en la calle Génova al grito de "dimisión".

Que Rubalcaba saliese el sábado ante los medios y pidiese la dimisión del Presidente del Gobierno, dando por sentado que éste mentía y que las fotocopias de un cuadernillo contable escrito a mano con tan sólo referencias a iniciales y algún apellido suelto eran totalmente veraces, no dice mucho de su sentido del rigor y la responsabilidad.

Ahora lo procedente sería que El País defendiese su noticia, y aclarase la veracidad de los documentos, para así poder dejar en entredicho a Bárcenas y quién sabe si al propio Mariano Rajoy. Sin embargo, me temo que no lo harán, basándose en el principio fáctico que impera en este país: "Desde el momento en que te acuso, eres culpable hasta que no demuestres lo contrario... y si lo demuestras, ya sabes que aún así algo queda".

Y es que, para qué queremos en España una prensa exprésamente amarilla, si en realidad todos somos algo amarillos...


3 comentarios:

  1. Pues ya van mal porque la policía se ha quedado de piedra al ver que se trataba de FOTOCOPIAS. Esperaremos a ver el resto de la historia.
    La verdad es que a ese conjunto de hojas impresas le llamaremos "diario"... -pero solo literalmente- y, muy probablemente, pasaremos a llamarle en breve "periódico"... -pero solo literalmente- y, ojalá cuanto antes su periodicidad sea tan escasa que podamos llamarle "rollo de papel higiénico reciclado"...-pero, mejor que nunca, literalmente- pues significará que en su nueva mejor vida al menos sirve para limpiar la mierda que tanto gustó de inventar.

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  2. Estimado Anonimo,

    En vista de como se van desarrollando los acontecimientos y tras por los menos dos informes periciales caligráficos confirmando la autoría de Bárcenas, te recomiendo que si andas falto de papel higienico, les des a copiar y pegar a tu propio comentario varias veces (literalmente) y luego lo imprimas. El número de páginas lo dejo a tu elección y buen juicio.

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  3. Agus,

    Estoy de acuerdo contigo en que el amarillismo de la prensa es una lacra. Ya sabes la que me traigo con nuestros amigos comunes periodistas (Carlos, Poveda,..)cuando creo que no han publicado algo correctamente en su afan de querer vender una noticia (Sobre todo en el ambito científico o cuando transcriben de el inglés, que es lo que mas domino).

    La metedura de pata de El Pais con lo de Chavez es de colegiales.

    En cambio, no estoy de acuerdo en como concluyes tu post, presagiando que El Pais no intentará defender su postura ya que con soltar la liebre dan el trabajo por concluido.

    El Pais hará todo lo posible por dar verazidad a su publicación, al igual que harían y hacen el resto de periódicos cuando les corresponde.

    El problema no es ese. El problema es que el PP hará todo lo posible por salir de rositas de esta, lo cual me parecería perfectamente legítimo para casi cualquier tipo de persona física o jurídica. Pero el PP (y el PSOE por sus propias mierdas) no es cualquier persona jurídica, es un partido político que a demás resulta tener el Govierno de España.

    Se juntan dos cosas:
    .- La falta de dignidad de nuestros políticos (valga la generalización) que son incapaces disociar la responsabilidad política de la penal (No me condenan = no dimito)
    .- La influencia (moralmente ilícita aunque legal, ya que así está establecido) que desde su posicion de partido governante ejercerá sobre el poder judicial para que sea casi imposible condenarles. Lo cual nos deja al final la triste ecuación: Yo juzgo = No me condenan = No dimito = Todo sigue igual.

    Creo que tal y como anda el país, y admitiendo que la prensa tiene mucho que mejorar, en estos asuntos poner en tela de juicio al mensajero es ladrarle al arbol equivocado.

    Abrazos
    JJ

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