jueves, 16 de mayo de 2013

Sonriendo al alba

Hoy pienso que me disculpen los que esperan otra cosa cuando abren este blog, pero como siempre digo, esto no es un blog al uso, no es temático y las única normas son las de mi corazón, que por suerte o por desgracia, es un dictador.

Un amigo me dijo que la primera regla de un bloguero es nunca escribir sobre su propia vida. Mal vamos entonces, porque el mío tiene como objetivo desangrar mi mente a través de estas líneas y dar forma a todo aquello que pasa por mi cabeza, a veces realidad, otras ficción y quién sabe si medias fantasías. Demasiado multidisciplinar quizás, pero así es mi diarrea mental, como suelen decir mis queridos amigos.

El caso es que esta mañana venía de madrugada por la carretera, era de noche y había niebla, y allí iba yo, escuchando la radio, con los ojos medio guiñados con toda la atención puesta en los siguientes 5 metros de carretera, que es lo único que acertaba a vislumbrar, deseando que llegase el amanecer y todo fuese más fácil.

Cuando por fin vi un poco de luz, algo me hizo parar, salí del coche, inspiré un aire húmedo y frío que olía a extraña primavera, miré al horizonte, saqué mi inseparable Iphone e hice una foto a un cielo que empezaba a azulear y que no se dejaba mostrar por culpa de esa pesada bruma.

Continué mi camino desilusionado, entonces mi móvil vibró, miré al cielo y todo cambió. Paré en la siguiente salida, hice una nueva foto y las palabras nacieron coloreando el paisaje...

Entre nieblas y tinieblas,
él buscaba y no encontraba,
esperando ya desesperaba
cuando vio creer en una estrella
ese rayo que subrayaba su esperanza.
Aquí presento mi presente, tú, mi reina,
pues la noche siempre nos recuerda
que pase lo que pase cuando pasa
una sonrisa ayuda a alborecer el alba.


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