lunes, 19 de mayo de 2014

No es la religión, sino quien la interpreta

"Las religiones son fundadas en el miedo de muchos y en la vivacidad de pocos"
Stendhal

Hoy pienso que siempre he creído que esa clásica negación de "no soy creyente" es errónea. Todos creemos en algo, incluso el que cree que más allá no hay nada, porque creer cree, que no hay nada, pero lo cree.

No me considero tampoco un creyente en ese sentido erróneo de la palabra, ya que, en un tema tan personal y subjetivo como es la Fe, nadie debe decirme en quién o qué creer y cómo hacerlo.

Lo cierto es que, y aunque parezca contradictorio, soy todo lo contrario a un nihilista, porque creo que la cultura, los valores y las costumbres de una sociedad son sus cimientos y que sin ellos, ésta no ya se derrumba, es que nunca ha existido.

No obstante, eso no significa que todas las costumbres y culturas sean buenas por el hecho de serlo, algunas están mal, eso también es evidente. Sí, dicen que las comparaciones son odiosas, pero a veces es bueno comparar para poder contrastar y así mejorar... o hacer que otros mejoren.

Hace poco, en una red social, salió el tema del Islam. Todo empezó por una foto que alguien colgó de un colegio donde todas las niñas iban ataviadas con el desgraciadamente famoso Burka negro.

Tras algunas chanzas e ironías acerca de lo fácil que les iba a reconocerse 20 años después, un amigo que actualmente reside en Qatar, comentó que la cultura islámica no era tan drástica y que nuestra ignorancia nos hacía unos intolerantes, llegando a afirmar que aquellas mujeres llevaban aquel manto cubriéndoles el 99% del cuerpo por voluntad propia y que incluso, en algunos aspectos de la vida, tenían más libertad que las mujeres occidentales.

Poner como ejemplo el secuestro de más de 200 niñas en Nigeria con violación masiva y constante y actos surrealistas como vestirlas con el dicho burka, afirmando que se han convertido al Islam, imagino que sería tildado de demagogo, en base a que se trata de un acto aislado llevado a cabo por un grupo terrorista. "Locos hay en todos lados", imagino que me dirían.

No ayuda el hecho de poner el telediario hoy y ver que en Sudán condenan a morir en la horca a  una joven embarazada de 8 meses por convertirse al cristianismo  no sin antes llevarse unos cuantos latigazos por adulterio... entendiendo por adulterio casarse con un cristiano, claro.

Hace unos días la Corte Penal de Emiratos Árabes, ese país tan rico y educado, condenó a otra chica a ser apedreada hasta morir por un acto de adulterio, y en Siria, una joven sufrió la misma condena por el uso de las redes sociales en internet, lo que para ellos es un delito similar al adulterio. Y nosotros allí, con el Rey a la cabeza, haciéndoles la pelota para ver si conseguimos hacerles un trenecito que nos saque de pobres...

Lo malo no es ya estas condenas, sino que la Sharía, que es el derecho islámico que recoge todas estas barbaridades disfrazadas de normas, hayan comenzado a regir en todos estos países.

Pakistán, un país relativamente moderno a pesar de sus continuas crisis políticas, llegó a firmar, en los años 90, la Convención Internacional contra la discriminación de la mujer. Sin embargo, en esa misma época, entró en vigor la citada Sharía, y progresivamente la barbarie y el retroceso se fue apoderando de ese país hasta el día de hoy, en que las mujeres han perdido todo derecho a elegir religión, marido o algo tan básico como el vestuario.

Irak, Irán... países extremistas en la actualidad no lo eran tanto, sin embargo, hoy asistimos inanes al espeluznante espectáculo que nos sirven día a día. Irak pretende sacar una ley por la que las niñas de 9 años puedan ser casadas con mayores de edad, fijar legalmente el número de noches que un polígamo puede pasar con cada esposa y la obligación de éstas de mantener relaciones sexuales siempre que el marido lo desee... !se acabaron los dolores de cabeza en Irak!

Respecto a Qatar, cuyas calles están limpias de delincuencia "y las mujeres y hombres gozan de una serie de libertades que nosotros no podríamos llegar a soñar" (mi amigo dixit), desde la distancia puedo divisar 27 presos políticos, unos periódicos que pertenecen a la familia real, un derecho a manifestación prohibido y una censura a los periodistas oficial. Por cierto, la poligamia, por supuesto, es legal... para los hombres, claro.

No negaré que todas las religiones tienen una parte fundamentalista, porque es inherente a la propia religión. Es cierto, en la Biblia se pueden encontrar citas como esta: "Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón." (Primera de Corintios, Capítulo 11. 5-8)

En el Corán podemos leer: "!Oh Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas y a las demás mujeres creyentes, que deben echarse por encima sus vestiduras externas cuando estén en público: esto ayudará a que sean reconocidas como mujeres decentes y no sean importunadas." (33:59)

La diferencia, radica en quién lo lee y lo interpreta, o lo quiere interpretar. No olvidemos que son escritos con una antiguedad ancestral, en un contexto cultural totalmente distinto. 

Cualquier religión puede ser una herramienta muy peligrosa y perjudicial para el ser humano o para algunos de ellos si se manipula de la forma adecuada, y lo cierto, es que el Islam está sirviendo para ello.

Ninguna religión enseña a odiar, todas proclaman el amor, y aquel que propugna el odio en nombre de su religión la está tergiversando. Pasó durante siglos con el cristianismo y está pasando hoy con el Islam, eso es un hecho, y es que como decía Henry Miller, "Si Dios no es amor, no merece la pena que exista".

Este post no es políticamente correcto, lo sé y lo acepto, algunos seguidores que me criticaban por lo contrario seguro que se alegran, aún así, me pongo a tiro de todo tipo de linchamientos verbales, especialmente de aquellos pro alianza de civilizaciones. 

Por suerte para mi, como soy hombre, nadie me condenará a ser lapidado...



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