martes, 18 de julio de 2017

La mochila de los prejuicios

"El que no sale nunca de su tierra está lleno de prejucios"
Carlo Goldoni

Hoy pienso que quería escribir mis primeras impresiones sobre Marruecos, ese país, que desde la distancia huele a calor, arena y chilabas.

En estas primeras semanas ya he tenido la suerte de recorrer el país de norte a sur. De una forma superflua eso sí, pero perfecta para poder así escribir mi primer fotografía marroquí, muy borrosa, claro, pero ideal para que sea sólo el tiempo el que vaya haciendo más nítida e incluso rectifique los colores e impresiones que no respondan a la realidad, porque no siempre la primera impresión es la que cuenta.

Es curioso llegar a un apartahotel y encontrar que el papel higiénico ha sido sustituido por una pequeña manguera a la izquierda del water y cuyo destino nadie te tiene que explicar... por suerte, ya están acostumbrados a estos locos occidentales, y en recepción parecen estar esperando a que aparezcas para darte un par de rollos, que en ese momento te parecen el bien más preciado de la tierra.

Salir a comer en pleno Ramadán, entrar en una pizzería y ser atendido con sonrisas y total amabilidad. De pronto escuchar a los Gipsy Kings de fondo y que el camarero se te acerque y te diga, "español, ole ole"... Fue tal la confianza que me atreví a pedir una cerveza, osado de mí, recibiendo una cordial disculpa por "no querer problemas con sus vecinos", pero en ningún caso una mala cara o un mal gesto.

Autovías infinitas en perfecto estado de revista, con un asfalto que ya quisiera la A-4 en el mejor de sus tramos, aunque eso sí, la primera vez que un coche se metió entre los dos que íbamos por sendos carriles, mi cara de estupefacción era tal que el hombre me miró extrañado como diciendo "¿pero cuál es el problema, si cabemos los tres?" . 

Y es que estos marroquíes son muy prácticos. Cada problema de logística que me he encontrado ha tenido solución, sólo hay que dar con la persona adecuada, recibir una primera sonrisa tranquilizadora y tener paciencia... tic tac tic tac... "pas problem", no hay problema, lo que necesitas llegará, puede que hoy o mañana, pero llegará, aunque al final no sea exactamente lo que querías...

Decía Descartes que los viajes sirven para conocer las costumbres de los distintos pueblos y para despojarse del prejuicio de que sólo en la propia patria se puede vivir de la manera en que uno está acostumbrado. Cuando uno llega a Rabat en pleno mes de julio, dejando atrás los 40º de Madrid y se encuentra una brisa suave y fresquita, que te obliga a ponerte una camisa de manga larga, es en ese momento cuando uno se da cuenta de que tiene que hacer un reset y tirar por la borda todas las imágenes que uno tiene tatuadas en la cabeza, porque será la única manera de poder conocer un país lleno de contrastes. 

Sin duda me queda mucho por descubrir, y aunque es difícil quitarse la mochila de los prejuicios, intento dejarla en casa cada vez que salgo a la calle, porque sólo así podré conocer y aprender a querer un país que seguro que merece la pena.

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