viernes, 28 de diciembre de 2012

Seguid siempre bailando

Hoy pienso que llegamos al final de otro año, y como ocurre siempre por estas épocas, nos inundan por todos lados de resúmenes anuales de todo tipo. Junto a clásicos como "lo mejor del deporte" o "la película más taquillera" nos encontramos otras como "la App más utilizada" o "el twitero más seguido"...Es lo que tiene la evolución...

Sin embargo, una que no cambia es la del "personaje del año", esa que nos pone en el dilema de elegir entre el máximo goleador de la Champions y el físico que ha puesto una nueva letrita a un nueclótido desconocido de la secuencia del ADN... difícil elección, no cabe duda.

Sin embargo, estos personajes del año, son guapos, ricos y famosos, como diría uno que yo me sé. Y aunque no dudo de que se lo merezcan, en estos días yo prefiero acordarme de otras personas que con el mismo mérito, no cuentan con tanta fama, belleza ni dinero.

Ahí está Fernando Cáceres, el duro defensa contra el que se chocaban literalmente los jugadores que trataban de regatearle. Hace tres años recibió un balazo en la cabeza mientras trataba de evitar que le robasen el coche (no podía ser de otra manera, nunca permitió que le robasen la cartera ni dentro ni fuera del campo), estuvo en coma y milagrósamente volvió a la vida. Hoy aún en silla de ruedas, da ejemplo de entereza y superación y se muestra dispuesto a volver a andar, con la determinación que siempre le caracterizó. Incluso se deja querer para entrenar a algún equipo español de fútbol.

Todos hemos oído hablar de Nadia, la niña de 7 años aquejada de una enfermedad rara (si os digo tricotiodistrofia sería como si no os dijese nada) que hace que sus pequeños órganos envejezcan más rápido de lo normal. Le ocurre como a Robbin Williams en la película Jack, pero como suele suceder siempre, la vida real no está pintada del mismo color que la ficción, y en este caso, los padres han tenido que costear todas las operaciones necesarias para tratar de alargar una vida que los médicos sentenciaron hace ya más de dos años, y que sus padres se negaron a aceptar.

Estos padres, no se dieron por vencido, lo vendieron todo, la empresa, los ahorros... hasta su cama, y así pudieron ir pagando cada día extra de su vida. Leí el otro día que lo habían perdido todo y que se quedaron sin nada. Qué gran mentira. Siguen teniendo a su lado a Nadia, su sonrisa y su alegría de vivir. Mejor eso que una cama!

Podría contaros más y más casos, hoy ha fallecido una compañera de trabajo, después de dos años de lucha contra el maldito cáncer. Siempre recordaré el día en que mientras comíamos, al hacer un gesto extraño se notó un bultito en el cuello. - Qué raro, me duele - decía. Y así, empezó todo. Aún así, cuando hablaba con ella por teléfono siempre tenía aliento suficiente para no parecer nunca deprimida ni triste.

Tengo una amiga que también ha sufrido un fuerte encontronazo hace unos días, pero estoy seguro de que logrará responerse con esa fuerza que le caracteriza, igual que mi colega "madrileño", que está de bajón por causas más que justificadas, y que sin embargo, ahora más que nunca me hace partícipe de su sensatez y entereza.

En fin, que el mundo está lleno de gente con ganas de vivir, y aunque este año ha sido un mal año para la mayoría, aquí seguimos, y como decía mi amigo canario, cuando yo me quejaba de la música que ponían en un Pub: "Si voy a tener que quedarme en esta fiesta, bailo hasta la Macarena con tal de no quedarme sentado".

Pues eso, luchad y disfrutad luchando, y cuando tengáis motivos para desfallecer, dejad a un lado a los guapos, ricos y famosos y no dejéis nunca de bailar, sobre todo seguid bailando...

viernes, 30 de noviembre de 2012

Para una persona FELIZ

Hoy pienso que hay muchos tipos de personas.

Las hay buenas, malas, crueles, optimistas, tristes por naturaleza, miserables, y algunas hasta indescriptibles.

Yo conozco una persona FELIZ, Mercedes.

Una chica española, que vive en Londres, tan contenta con su trabajo y que por culpa de esa miserable lotería llamada cáncer, tiene que dejarlo todo y volver a España.

SIn embargo, se repone, sin abandonar nunca su sonrisa ni la melodía que siempre le acompaña sobre sus pasos de baile.

Sin embargo, un día, unas personas, de las buenas no, de las otras, deciden entrar en su casa sin permiso y arrebatarle todo, lo económico, lo tangible y también lo intangible, esas pequeñas cosas que van construyendo tus recuerdos y que al perderse, con ellas se aleja parte de tu alma.

Esa mañana, va a trabajar, como de costumbre, porque ella no es de quedarse en casa gustándose en sus propios lamentos. Y allí, en la mesa de su despacho, mientras atiende a un señor extranjero, recibe una llamada de la policía para informarle de que poco más pueden hacer por su caso que levantar el inane expediente.

Su sonrisa, por un instante, la abandona y son las lágrimas las que se convierten en su mejor cómplice en ese amargo momento.

El hombre extranjero, no exige, no se indigna. Al contrario, le pide que le cuente qué le sucede y ella le cuenta toda la historia, el robo, la indefensión y la sensación de impotencia.

Aquel hombre se va... vuelve a su país, pero la imagen de aquellas lágrimas borrando una dulce sonrisa se ha quedado tatuada en su retina y decide hacer algo, ayudarla de alguna forma. Sin embargo no tiene sus datos, no la conocía de nada, tan sólo el sitio donde trabajaba.

Nuestro amigo escribe al director del complejo donde mi amiga trabaja y le explica lo sucedido, y le ruega que le facilite algún teléfono o mail donde ponerse en contacto con ella para poder ayudarle económicamente y así poder empezar de nuevo.

La respuesta del director no se hizo esperar. Indignado por el comportamiento de la trabajadora, solicita su despido inmediato por distraer a los clientes con asuntos personales.

Bueno, en esta historia hay personas de todo tipo, como en la vida, personas crueles, pérfidas e insensibles, pero también las hay bondadosas, compasivas y algunas hasta honestas.

Y luego... luego están esas personas especiales, que por mucho que la vida trate de ensombrecer su mirada, siempre les queda un resquicio de fuerza para regalarnos su algazara y hacernos la nuestra más fácil.

Yo soy de los egoístas, y por eso quiero que Mercedes me siga obsequiando con su felicidad, porque esa felicidad significa fortaleza, valor, tenacidad y energía, sabiendo inventar una bonita coreografía para cada circunstancia de la vida. 

Así que Mercedes, para poder contagiarme un poquito de todo eso que tienes... por favor, no dejes nunca de hacer Adagios a la vida!

jueves, 8 de noviembre de 2012

Con la democracia no se juega

Hoy pienso que por fin las elecciones norteamericanas han terminado.

Para bien o para mal, Obama tendrá otros 4 años para tratar de mejorar su país y de paso, si lo consigue, que también se note al otro lado del charco.

Estas elecciones me han recordado a mis tiempos en aquel país. Y es que, como en otras muchas cosas, esos chicos de USA son muy diferentes a nosotros.

Para empezar allí los de izquierdas son los azules y los de derechas los rojos, un cambio de colores que puede dar lugar a confusión, imagináos a Sabina por las calles de New York exhibiendo su rojo pasión... la cara que se le iba a quedar cuando Mitt Romney lo llamase para cantar en uno de sus mítines...

Igual ocurre con los liberales. Allí un liberal es lo que aquí entendemos por un progresista... esto deberían conocerlo muchos traductores que se dedican a doblar pelis al castellano y que suelen mantener la palabra literalmente, deformando todo el sentido de la frase. Volviendo al ejemplo de antes, Sabina, por las calles de New York tendría que cantar "Yo soy liberal, liberal, liberal" sin miedo a que le saliesen sarpullidos.

Estas elecciones me han traído a la mente mi paso por allí, ya que aún recuerdo cuando formé parte de una campaña electoral, las elecciones a alcalde de la ciudad en que vivía, aunque ni tan siquiera me acuerdo del nombre del candidato para el que trabajé. No fue iniciativa mía, lo reconozco, sino que uno de los deberes que nos ponían en el Instituto era formar parte, como voluntario, de cualquier partido durante la campaña electoral, de forma que todo adolescente conociese el funcionamiento de la democracia, principio esencial para entender su valor y fundamento.

A mi me tocó apoyar a los demócratas, y ni corto ni perezoso allí estuve, en una de sus sedes, varias tardes, en una sala llena de teléfonos, con mis páginas amarillas, llamando uno por uno a los ciudadanos de la ciudad de Toledo (ojo, ciudad de Ohio, no confundir con la capital de Castilla-La Mancha) y preguntando si necesitaban transporte para acudir a las urnas, en cuyo caso, estaríamos dispuestos a recogerlos y llevarlos. Era una forma de hacer campaña, pero también de fomentar la participación y, por supuesto, de ayudar al ciudadano.

Recuerdo también que perdimos las elecciones, y al día siguiente, haciéndole un guiño, le pregunté a un compañero, que conocía personalmente a nuestro candidato,  que cómo estaba nuestro "alcalde", refiriéndome a nuestro derrotado candidato. Él me miró extrañado y me dijo "No lo conozco, pero seguro que se siente orgulloso de ser alcalde, y será un buen alcalde". Fue una buena lección que muchos deberíamos aprender por aquí.

Ayer cuando vi a Mitt Romney felicitar a Obama me acordé de aquella situación, igual que al verlo decir God bless America y contemplar a todo el mundo ponerse en pie al sonar el himno de su nación, traté de imaginar esa estampa en esta nuestra España. ¿Un Rubalcaba reconociendo su derrota, sin excusas o interpretaciones favorables de los resultados, diciendo que rezará para que la suerte acompañe al Presidente y finalmente gritar !Viva España!, segundos antes de escuchar, impertérrito, el himno español? Y justo cuando estaba imaginando la escena, aparece en la televisión nuestro Rubalcaba sacando pecho ante unas elecciones a miles de kilómetros y haciendo suyo el triunfo, afirmando que "la victoria de Obama es buena para el socialismo". Sinceramente, lo de este hombre no sé si es ignorancia supina o demagogia oportunista. Quizás debería leer más a Churchill, quien afirmaba que "la democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando ante la opinión de los demás", aunque claro, para Rubalcaba, seguramente el gruñón de Churchill era un ultraderechista redomado.


Y así es, en aquel país, desde que son chiquititos les enseñan lo que es democracia, en el Instituto estudian una asignatura llamada Gobierno, conocen y estudian sus Instituciones Públicas, como prácticas les obligan a colaborar en las campañas electorales y como ejemplo contemplan cómo un derrotado candidato, reconoce y respeta, desde el primer día, al elegido Presidente.

Bueno, ya lo dijo el escritor Chesterton, que por cierto, como Churchill, también  era inglés, no americano: "No puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la democracia para hacer una revolución" quizás por eso en ese país, para algunos tan denostado, pueden presumir de tener una única Constitución desde 1787 y de saber que la democracia es algo innegociable, ni siquiera por movimientos caóticos y absurdos en las plazas de los pueblos o por profetas que asaltan supermercados...

martes, 30 de octubre de 2012

No volveré a correr nunca más...hasta la próxima

“No pude caminar durante una semana, después de tanto que la carrera sacó de mí. Pero fue el agotamiento más agradable que he conocido”
Emil Zatopek



Hoy pienso que ayer corrí de nuevo una media maratón. A pesar de que ya llevo unas cuantas, la sensación previa sigue siendo la misma que el primer día. Nervios y algo de incertidumbre ante el comportamiento de tus piernas, ya que aunque sabes que darás el máximo, nunca tienes la seguridad de que tu cuerpo hará caso a tus propias ganas.

Como digo, la de ayer no fue mi primera media maratón, sin embargo, al terminar recordé la última carrera que había realizado, una maratón de montaña.

Aunque llevo ya casi 4 años corriendo, mi experiencia en todo este tiempo se ha limitado a eso, correr de manera más o menor regular, sin entrenos ni nada por el estilo, sino al más puro estilo Forrest Gump, ya sabéis: “Aquel día, sin ninguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué…”

Así, cuando hace unos meses me enteré de que había una carrera de montaña, pensé que era una buena oportunidad para intentar dar el salto a la Maratón. Y así, con la imprudencia e insensatez que me caracteriza, me inscribí, me compré una mochila y unas zapatillas especiales y allí me presenté dispuesto a correr mi primera Maratón y además de montaña, pensando que correr por carriles de arena no sería tan distinto que correr por una carretera.

La carrera empezó como esperaba, mucha gente, un ambiente desenfadado y lleno de alegría, lo cual siempre anima. Pronto salimos de la ciudad y nos desviamos hacia la montaña, donde los carriles se fueron achicando hasta forzarnos a ir en fila india. Bueno, es lo que imaginaba, algunos tramos por montaña deben ser así, ya me advirtieron que esto era duro. De momento el ritmo era el adecuado, incluso me preocupaba ir más rápido de la cuenta porque la carrera iba a ser larga.

Cuando ya llevábamos algunos kilómetros en las piernas, llegó el punto de inflexión, aunque entonces no lo sabía. Un desvío, los que corren la media maratón siguen el carril hacia la derecha, los demás, para arriba... ¿para arriba? !Pero si sólo hay rocas! La indicación era clara, te mandaba directamente a lo alto de la montaña con un cartel que decía “Zona técnica”. Ummm, bonito palabro que hasta entonces desconocía y que ya nunca olvidaré.

Resulta que las “zonas técnicas” son aquellas en las que hay que emplear más habilidad que velocidad, es decir, que no hay opción de correr, sino que son zonas rocosas, salvajes o sin un claro camino que seguir, ya sea cuesta arriba o cuesta abajo, y por tanto, la pericia y habilidad del corredor es lo que cuenta.

El caso es que de pronto me vi sólo, corriendo por mitad del monte, entre hiérbajos y piedras, con el único rastro de las balizas que, colgadas de árboles o arbustos te iban indicando el camino.

Imagino que la novedad, el paisaje inmejorable y la propia incertidumbre de saber qué vendría después me hicieron más fácil esos primeros 20 kilómetros, porque aunque duros, no se pasaron tan lentos. Sin embargo, a un kilómetro escaso del primer avituallamiento serio, en el ecuador de la carrera y en pleno descenso, mis cuádriceps se agarrotaron y lo que venía siendo una molestia durante unos cuantos minutos previos se convirtió en un bloqueo seco y repentino que me impedía siquiera doblar las piernas. Afortunadamente el terreno era asequible y aunque la cuesta abajo no ayudaba porque todo el peso se cargaba sobre los pobres músculos del fémur, llegué como pude al avituallamiento.

Al parar para alimentarme e hidratarme me encontré con mi amigo Antonio, un verdadero crack en esto de las carreras Extreme, y supongo que debido a mi aturdimiento, al verlo pensé, “vaya, debo ir muy bien para haberlo pillado”. Seguidamente él me aclaró que, desgraciadamente, se había tenido que retirar por una lesión muscular… En ese momento me reí de mi inocencia, ya que era imposible que yo pudiese haberle dado caza… Lo sentí por él, porque siempre duele abandonar una carrera, sobre todo por una lesion, pero cuando encima eres un cuasi profesional y le dedicas tanto esfuerzo a preparar este tipo de pruebas, joroba aún más renunciar a la meta.

Tras recobrar energías, comencé la segunda parte de la carrera, y a los pocos metros, una primera cuesta arriba algo pronunciada constató lo que ya había percibido, los músculos de mis piernas no estaban preparados para esa paliza y unos primeros calambres me hicieron caer al suelo y pensar en la retirada. “No puedo seguir, lástima” pensé.

Por detrás llegaba otro corredor que al verme paró y comenzó a ayudarme a estirar las piernas. Dándome ánimos me explicó que eso era normal, y que tratase de continuar, porque el cuerpo es caprichoso, y que seguramente en poco tiempo me sentiría mejor. Ante mi sorpresa, este chico decide acompañarme a un ritmo de trote “cochinero”. Leo, que así se llamaba, no dejaba de alentarme, y desde luego, en esos momentos, si él no hubiese estado ahí, seguro que habría dejado la carrera.

Sin embargo, la experiencia es un grado, y tal y como Leo predijo, volví a sentirme mejor, justo en el momento en que nos tocaba subir una montaña por mitad de un corta fuegos, la parte más dura de la carrera y que sin duda fue un varapalo psicológico. El cordobés Leo iba delante, “no mires para abajo”, “vamos, ya queda menos, !respira!” y así conseguimos, sin aliento y casi sin piernas, llegar arriba.

Lo cierto es que mi ritmo fue in crescendo, y esta vez fue Leo el que me pidió que lo dejase atrás, yo a él, ya que una torcedura de tobillo le hizo bajar el ritmo y en ese plan prefirió no forzar “tira pa´lante ahora que has cogido ritmo sino te vendrás otra vez abajo” me dijo.

Llegué a los 30 kilómetros, sólo, por barrizales debido a las lluvias de días anteriores y divisando unos paisajes indescriptibles, cuya belleza sólo se difuminaba por el desgaste físico que estaba sufriendo. Fue entonces cuando, de nuevo bajando, sufrí otro calambre. Esta vez no pasaba nadie que me ayudase, quedaban poco más de 10 kilómetros y estaba en mitad de la nada, no había posibilidad ni siquiera de retirarme, al menos hasta el siguiente punto de avituallamiento.

Me incorporé como pude, y seguí bajando con dos palos tiesos en lugar de piernas y entonces divisé dos voluntarios. Estuve tentado de decirles que lo dejaba, pero entonces pensé que aquella era una oportunidad única de vencerme a mi mismo, de superarme y me dije, en voz alta  “si consigues llegar hoy, podrás conseguir lo que te propongas”. Por suerte seguía solo y nadie me oyó hablarme a mí mismo, pero el caso es que funcionó y conseguí reponerme y continuar la carrera.

A partir de entonces no dejé de animar a mis cuádriceps, especialmente al izquierdo, que era el más tozudo, y con frases como “venga, bonita, que queda poco” o “venga joder, no nos dejes tirados a tu hermana y a mi” y otras tonterías que se quedarán sólo para nosotros... hata que conseguí llegar al km. 38…

En ese momento y en mitad de unos olivos, de nuevo los calambres se hicieron insoportables (literalmente) incluso llegué a llorar no sé si de dolor o de rabia, por ver la meta tan cercana y que mis piernas me dejasen tirado tan cerca de la meta.

Entonces dos corredores que me dieron caza de nuevo se pararon y me ayudaron. Con algo de estiramientos y un poco de masajes me puse en pie y comencé a caminar. “Venga, vamos andando, que al menos así llegas”. Me quedé tan alucinado de que aquellos dos granadinos dejasen de correr para acompañarme y conseguir que llegase a la meta que mis piernas reaccionaron y aunque lento, les pedí que no dejasen de trotar por mi culpa.

Es raro esto del organismo, porque curiosamente a falta de 2 km. me empecé a encontrar bien otra vez, y así conseguí incluso hacer un pequeño sprint en los metros finales, lo cual me ayudó a quedar como un héroe ante mis chiquitines que me esperaban allí, en la meta, vitoreando mi nombre…

Y así fue mi primera experiencia en una maratón de montaña. Donde aprendí muchas cosas, por un lado uno se conoce más a sí mismo, llega donde cree que nunca llegaría, y aunque los que me conocen saben que para bien y para mal, a cabezón y picapino no me gana nadie, el esfuerzo y la superación sirven para conocerte más a ti mismo. Cuando uno está allí, en el silencio de la montaña y con el único motor de tu respiración, son muchos los pensamientos que se intercambian tu cerebro y tu corazón fluyendo sentimientos y mezclándose con recuerdos y pensamientos.
Sin embargo, lo que más me impresionó de aquel día fue descubrir tanta generosidad y tanta solidaridad por parte de otros participantes, que desde luego, te hacen ver el mundo de otra manera. Existe la amistad incluso entre personas que nunca se habían visto antes. Existe la caballerosidad, el desinterés y el altruismo, y así, cuando llegas a la meta y te crees John Rambo, porque verdaderamente no sientes las piernas , es entonces cuando hallas una alegría interior por lo que has conseguido, porque has triunfado y sobre todo, porque en un deporte tan individual y solitario como éste, eres consciente sólo lo podrías haber conseguido con toda esa ayuda que recibiste de tus compañeros.

Terminé tan exhausto que en la línea de meta dije exactamente lo mismo que Grete Waitz cuando ganó la maratón de Nueva York: “Nunca correré esto de nuevo”... Por cierto, Grete Waitz, ganó 8 maratones más de Nueva York...



jueves, 25 de octubre de 2012

Armstrong no estaba solo

Hoy pienso que ya he escrito varias veces sobre el controvertido tema del doping. Hasta ahora había defendido a atletas como Marta Domínguez, a la que luego la justicia exculpó, o Alberto Contador, que por una cuestión de nanogramos sufrió una sanción, en mi opinión, exagerada.

Alguien, sobre todo un francés, podría pensar que mi patriotismo me ciega. Sin embargo, hoy me toca hablar de un ciclista que nunca me ha caído bien, Lance Armstrong.

Como todos sabéis, esta leyenda del ciclismo acaba de ser desposeído de todos sus títulos, o casi todos, ya que le han dejado tan sólo un Campeonato del Mundo, la Clásica de San Sebastián y la de la Flecha Valona, un curriculum bastante escaso para el que fue hasta hace poco uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos.

Según parece, y así lo declara probado la USADA (la agencia antidopaje norteamericana), Armstrong no sólo se dopaba, sino que tenía montada la mayor red de dopaje de la historia del ciclismo, lo que incluía no sólo sustancias dopantes, transfusiones de sangre o médicos especializados a su servicio, sino que también se trataba de amaños de etapas y hasta chivatazos previos a controles antidoping.

Vamos a ver, Armstrong era un ciclista normalito, que había ganado un par de clásicas y hasta un campeonato del mundo, y de buenas a primeras, tras sufrir un cáncer testicular con metástasis en el cerebro y pulmones y que logró superar con éxito, vuelve a la bici un hombre distinto, un supercampeón que arrasa con todo y con todos cada vez que se monta en la bicicleta. Todos sospechábamos que algo raro pasaba. ¿Cómo era eso posible? Vale, se hablaba de su capacidad de superación y su fuerza de voluntad… pero seamos serios, en los deportes de alto nivel, las aptitudes fisiológicas tienen mucho que ver, y es que por mucho que se empeñen Oliver y Benji, por horas y horas de entreno que eches, si no hay más que dar, no sacarás más.
Por eso digo que nunca me cayó bien. Se trataba de un hombre que alardeaba de su fuerza física y su motivación cuando estaba claro que recibía “ayuda exterior”. No obstante, siendo justos, la realidad es que pasó más de 500 controles y nunca dio positivo. Se retiró del ciclismo sin una sólo mancha oficial sobre su posible dopaje.

Sin embargo, durante todos aquellos años de éxito, sí que existieron rumores y denuncias sobre su utilización habitual de sustancias dopantes, algún libro que contaba los secretos del ciclista, una denuncia de una aseguradora que se negaba a pagarle la indemnización porque aducía tener pruebas de su dopaje o su eterna guerra con el diario L’equipe, que siempre le acusó de ir hasta arriba de EPO y otras sustancias ilegales, llegando incluso a escribir que dio positivo en un control antidoping.

El caso es que su carrera siguió adelante y llegó a ganar 7 tours de Francia con el beneplácito de todos los Organismos, UCI incluida. Y es ahora, una vez retirado, cuando sacan a la luz una investigación por la que, con la única prueba de testimonios de compañeros y otros corredores,  le sancionan quitándole todo lo que ganó.

No trato de defender a alguien de quien siempre he mantenido que era un tramposo. Pero lo que es cierto es que no lo pillaron... o no lo quisieron pillar. Hoy no hay pruebas concluyentes, tan sólo testimonios, (pruebas circunstanciales, que diría Grissom del CSI) muchos de los cuales se van a beneficiar de sus acusaciones para recibir un castigo más benévolo.

Es una vergüenza que la UCI hable de limpiar el ciclismo castigando a alguien a quien nunca fueron capaces de pillar. ¿O es que no quisieron? Como decía antes, el diario L’equipe ya denunció un supuesto doping de Armstrong en un control y fue la UCI la que lo exculpó, no sólo sosteniendo su inocencia sino cargando contra la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) por haber filtrado el control al periódico francés.

Con el caso de Armstrong quedan muchas dudas sin resolver: ¿Quién avisaba a Armstrong de los controles sorpresa para que estuviese preparado y así superarlo? ¿Cómo amañaba etapas? ¿Cuánta gente del Tour, la UCI o la AMA, entre otros organismos estaba involucrada en esta macrotrama?

La propia validación de las pruebas testimoniales contra Armstrong y su sanción suponen un reconocimiento implícito por parte de la UCI de su responsabilidad, de ellos y de todos los dirigentes del ciclismo. El propio presidente de la AMA, John Fahey, ha declarado que “todos los ciclistas se dopaban en la era Armstrong”.

Entonces… ¿desposeemos a un ciclista de todos sus títulos sólo porque otros compañeros lo han acusado? ¿Acaso hay más pruebas, pero no han salido a la luz por miedo a que la mierda salpique a más gente?

Si Armstrong es sancionado sólo por el testimonio de sus ex-amigos y ex-compañeros no es justo, jurídica ni moralmente. Si, en cambio, hay más pruebas, como se reconoce con la boca chica, entonces, tendrán que salir a la luz, conocerse y exigirse más responsabilidades, a todos los niveles, no sólo a pie de rueda.

Mientras tanto, yo me seguiré llevando bien con mis amigos, no vaya a ser que alguno me denuncie por copiar en un examen de filosofía en 3º de BUP y me quiten todos mis títulos desde entonces…

martes, 16 de octubre de 2012

Más molinos que Quijotes

Hoy pienso que soy un observador frustrado. Me refiero a que me gusta observar y escuchar. El problema es que al final, aunque no me lo proponga, acabo tomando partido y participando. Mal corresponsal de guerra sería yo, eso seguro.

Es curioso lo que George Lakoff denunciaba en su libro “No pienses en un elefante”. Para él los Republicanos eran unos genios del marketing y la comunicación y animaba a los Demócratas a seguir su ejemplo y aprender a vender la moto, aún cuando no arrancase.

Igual ocurre en otros ámbitos. Los musulmanes exigen respeto a sus creencias amenazando con matar a aquel que no lo haga. Dicho así suena muy fuerte, pero el caso es que funciona, hasta el punto de que el Presidente Norteamericano salió hace poco criticando a los autores de una película en la que no dejaban a Mahoma muy bien parado. Hace unos años, yo no vi a ningún Presidente criticar “La última tentación de Cristo”, y creo que a los católicos tampoco les hizo mucha gracia…

En España tenemos casos similares. Estos días, la moda es el independentismo catalán. Aprovechando el tirón, en TV3 emitieron un reportaje en el que un escritor cogía una pistola y, como gracieta, se ponía a disparar a distintas caricaturas como las del Rey o la de un conocido periodista de El Mundo, explicando, según la gravedad de sus “delitos”,si merecían morir o "sólo" recibir un par de tiros. Cuando lo leí, lo primero que me vino a la mente fue: ¿Alguien se imagina si esto mismo lo hubiese hecho, por ejemplo, Sánchez Dragó en la 2 de televisión? Pues imaginad, imaginad…

Ya sabéis, uno puede manifestarse en la calle sin autorización previa, quemar contenedores y destrozar los coches que pille a su paso, pero !ay del policía fascista y autoritario que ose utilizar su porra contra uno de ellos…!

Anoche yo tuve una situación algo kafkiana precisamente con el tema catalán. Un comentario sin mala intención y lleno de humor que escribe una amiga en el Facebook y varias respuestas de su prima, catalana independentista (hija de jienenses, por cierto). Esas respuestas llevaban un claro tinte despectivo y altanero hacia el andalú.

Al verlo, no pude evitarlo, lo siento, pero mi ironía se vistió mordaz, educada (eso siempre) pero inundada de sarcasmo, y mi contestación apareció como un tsunami en un desierto al que no se le espera.

El caso es que lo curioso del asunto fue la reacción de alguna amiga, la cual me reprochó en privado mi comentario, porque le podía haber sentado mal y !quién sabe si hasta enfadado!. “Pero ella os faltó al respeto a vosotras”, les comenté. “Sí, pero nosotros ya la conocemos, ella es así” Fue su contestación, “además, no tenemos ganas de peleas ni historias, dejemos las cosas estar”.

El caso es que me fui a la cama dándole vueltas al tema. Imagino que así es la vida. Una persona puede ser peyorativa con otros, mostrarse altiva y hasta despótica, pero ojo con hacerle sentir mal, no vaya a ser que se moleste y rompa la paz y armonía existente… Deja a los musulmanes extremistas tranquilos, dale a los catalanes lo que pidan, sea o no justo, deja que los Etarras gobiernen si así no matan (de momento...) y por supuesto, deja que tu vecino ponga la basura en tu descansillo, no se vaya a enfadar…

Si Don Quijote levantara la cabeza, no daría abasto con tanto gigante, mientras tanto, algunos nos pasamos el día dándonos de bruces contra tanto molino de viento…

miércoles, 10 de octubre de 2012

Un ataque de sentido común

Hoy pienso que la crisis tiene muchas cosas malas, pero también alguna buena. Ya dijo el guapo de Kennedy aquello de que oportunidad y crisis comparten caracteres en chino (aunque según parece no es del todo correcto).

El caso es que hoy leo en el periódico que la Junta va a implantar una medida llena de sentido común. Lo curioso es que la propia Consejera de Educación se disculpa por adoptarla y se justifica en que las arcas están vacías (por cierto, que si están vacías será por su mala gestión en los últimos 30 años, ¿no?)

Resulta que en Andalucía, a todos los niños de 5º de primaria se les entregaba un ordenador portátil para que pudiesen realizar sus tareas. Así, sin más preguntas o exigencias de uso. Sin acuses de recibo ni plazos de devolución.

Ayer, la Consejera de Educación, Mar Moreno, anunció que se veían obligados a reducir a un tercio el número de ordenadores entregados, pero lo que es más importante, que los aparatos no se entregarán al niño de forma personal, sino a cada Centro Educativo, de forma que la titularidad corresponderá a éste y será el Colegio el que se encargue de su cuidado, esto significa que, ahora sí, cuando se entregue a un niño un ordenador portátil, éste tendrá que responder de su uso, mantenimiento y su devolución, ya que, al no haber para todos, los portátiles irán rotando entre los niños a lo largo del curso, aunque la  propiedad de los ordenadores será de los propios colegios, siendo los encargados de velar por el buen uso y disfrute de los mismos.



Bueno, es triste que para llegar a esto hayamos de pasar por una situación económica tan crítica, pero es un buen ejemplo para ver las barbaridades que en tiempos de bonanza se han cometido. Se daba un ordenador a un niño de 11 años y nadie pedía cuentas, total, si el dinero público no es de nadie… Claro, que sabiendo esto ya me explico por qué el otro día me encontré a un ordenanza de un Organismo Público navegando con un de estos portátiles verdes… y dudo mucho que esté matriculado en 5º de la ESO…

Ahora que la Junta va a ser rescatada, igual sigue teniendo ataques de sentido común y sigue implantando medidas de este tipo, aunque luego se disculpen y dejen entrever que ya volverán a gastar como antaño, que parece que es lo que les gusta… mientras tanto, quién sabe, igual les da por exigir que para tener derecho a la Beca Segunda Oportunidad (400 € al mes al joven que se matricule de Enseñanza Secundaria) sea requisito algún tipo de resultado… no ya sobresalientes, pero que al menos que el becado acuda a clase o incluso, y si no es mucho pedir… que apruebe el curso…

viernes, 5 de octubre de 2012

Sin educación da igual el arma

“Las armas tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida”
Miguel de Cervantes Saavedra



Hoy pienso que he leído en las noticias que un joven español, quería repetir la matanza de Columbine mediante la colocación de bombas caseras en la Universidad de las Islas Baleares.

El chaval se había hecho con 140 kilos de sustancias explosivas y químicas, tales como amonio nitrato con nitrógeno, sodio sulfuro hidrato, ácido nítrico o ácido sulfúrico entre otras.

Al leerlo, me he venido a la mente el debate sobre la legalización de las armas que surge cada vez que un perturbado se lía a tiros en los USA. Que si esto no ocurriría si estuviesen prohibidas, que si es una barbaridad que todo el mundo tenga acceso a una pistola...
Bueno, solamente en España tenemos, desgraciadamente, bastante experiencia en la fabricación de bombas caseras, ya que la bastarda ETA siempre emplea bombas hechas por ellos mismos, algunas tan cutres que afortunadamente no estallaron y otras, más afortunadamente todavía, les llegó a estallar en las manos mientras la fabricaban.

Sé que es un tema controvertido, y que sin armas parece que la vida sería más fácil y segura. Ya lo dijo aquel pacifista: “Sin ejércitos no habría guerras”, aunque claro, el que lo dijo no tuvo en cuenta lo que le pasó a Polonia cuando le dijo educadamente a Hitler que esa noche le dolía la cabeza…

El caso es que en España, donde están prohibidas las armas, salvo licencia previa, tenemos 339 denuncias diarias por violencia machista, más de 100.000 delitos contra la vida y la integridad de las personas al año y más de 3 muertes violentas por cada mil habitantes, lo que nos sitúa como el Estado más inseguro de la UE.

Cuando la gente me habla de la inseguridad americana, siempre recuerdo cuando en mi Instituto americano la policía hacía controles sorpresa por la mañana. No había redada en la que, para mi inocente asombro, no se incautasen varias pistolas.  Sin embargo,en toda mi estancia en aquel instituto, nunca vi a nadie utilizarlas o siquiera empuñarlas, y os aseguro que vi peleas, más de las que me hubiese gustado ver, pero siempre con los puños y basados en una especie de código ético por el que se atizaban en igualdad de condiciones, es decir, "a tortas, pues a tortas", cosa que aquí en España, donde también he visto peleas, no ha sido así, ya que he visto utilizar tubos y botellas, navajas e incluso amenazas con pistola en mano.

Por seguir enumerando, diré que Méjico, país donde sabéis que la seguridad es sólo una palabra que figura en el diccionario, las leyes sobre las armas son de las más estrictas del mundo, con penas muy severas incluso para faltas menores.

Suiza, país famoso por su neutralidad y pacifismo, sorprende con un 30% de habitantes que guardan una pistola o escopeta en su armario, y sin embargo se encuentra en el top ten de los países más seguros del mundo.

Llama la atención que el 90% de los muertos por disparos allí corresponda a personas que se suicidan. Perdonadme el cinismo, pero no deja de ser positivo que puestos a quitarse la vida, mejor que lo hagan en el salón de su casa sin perjudicar ni dañar a terceros.

Sé que las comparaciones son odiosas, sobre todo porque es muy fácil buscar el dato adecuado en que apoyarte. Sin embargo, si aquí lo he hecho es porque creo que salta a la vista que el problema no son las armas en sí, sino el que las porta, o lo que es lo mismo, la educación y la formación ética de los ciudadanos.

Creo sinceramente que la solución no está en la restricción de libertades sino en la prevención y en la educación, entre otras cosas porque, como siempre, establecer la línea roja es complicado y puede dar lugar a situaciones absurdas, como el hecho de que en Alemania una almohada puede ser considerada como “un arma pasiva” o que en China una mujer engañada por su marido, puede legalmente matarlo, pero solamente con sus propias manos, nada de pistolas, claro.
En España también es muy frágil la línea roja. Así por ejemplo, no puedes portar una navaja por la calle de más de 11 cm. si no se justifica su uso, así que imagino que si te pones un chaleco sin mangas y unas botas de agua, siempre puedes decir que vas a pescar. Respecto a las pistolas y escopetas, su tenencia ha de ser autorizada mediante licencia, sin embargo, si la posees y le dejas usar tu escopeta a un niño de 11 años, tan sólo te caerá una multa administrativa, sin siquiera existir un delito por imprudencia aunque el menor resulte herido por accidente (que se lo digan a Marichalar y al pobre de Froilán).

Siguiendo los argumentos de los que en caliente hablan tras masacres como la de Columbine o la más reciente, que tuvo lugar en un cine en Colorado, sobre la relación causa-efecto entre masacre-pistola, imagino que ahora en España se abrirá el debate sobre prohibir la asignatura de química en los Institutos, ya que los adolescentes pueden aprender que mezclar determinadas sustancias puede causar una explosión…

Quién sabe, quizás también alguien piensa que habría que censurar “El Hormiguero”, que muchas veces nos descubren las maravillas de la ciencia a través de experimentos químicos…

martes, 25 de septiembre de 2012

Culebrones al pil pil

Hoy pienso que voy a confesaros un pequeño secreto.

Siempre que estoy en casa, a eso de las 16:00 y para ayudar a trasponerme un ratito, enciendo la tele pero no veo los documentales de la 2, lo reconozco… pongo “Amar en tiempos revueltos”. Qué se la va a hacer, es cierto, me enganché hace algunos años, creo que ya hace 7, y desde entonces veo pasar personajes que, como dice mi madre, “siempre están llorando”.

Lo que más me gusta de este tipo de culebrones es que el tiempo pasa tan despacio, que puedes quedarte dormido (como me pasa a mi siempre) o verlo sólo de vez en cuando y, sin embargo, nunca le pierdes el hilo.

El caso es que imagino que por propia deformación, mientras veo la serie y consigo cerrar los ojos, suelo fijarme en detalles que para otros pueden pasar desapercibidos, y eso me pasó el otro día.

Dejadme que me explique. Todos sabemos que los telediarios de las televisiones públicas están algo retocadillos y supervisados… sólo hay que recordar el "C.C.O.O." del amigo Urdaci o el monólogo adoctrinador con el que Gabilondo nos estuvo deleitando una temporada. Sin embargo, yo me refiero a algo más elaborado y a la vez más efectivo, porque la publicidad subliminal también existe para los partidos políticos.

Supongo que todos sabéis de qué trata el culebrón del que os hablaba. Cuando comenzó, recién llegado ZP y su ley de Memoria Histórica, era una serie sobre la posguerra. Una España de principios de los años 40, donde la pobreza, la injusticia y los abusos de los vencedores era el pan nuestro de cada día, donde la serie narraba la historia de unas cuantas familias que sufrían las tristes consecuencias de haber estado en el bando de los vencidos, quedando a merced de los caprichos y deseos de los vencedores, todos avariciosos y malvados.

Curiosamente uno de los únicos personajes que se mantiene desde el principio de la serie, es el tabernero, Pelayo. Hombre ya mayor, curtido en la vida y con una gran cultura y sentido común. Ni que decir tiene que es republicano y comunista hasta la médula, idealista y defensor de la igualdad y solidaridad y por tanto, siempre despotricando y denunciando las tropelías y atropellos que el Régimen franquista hacía día sí y día también.

Durante toda la serie (y por ende durante los años de gobierno de ZP), éste era Pelayo. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, algo ha cambiado en él .

Curiosamente, y como digo, tras 7 años de serie en antena y tan sólo 7 meses después de que el PP entrase en el Gobierno, Pelayo ha visto la luz.

Fue el otro día. El bueno de Pelayo regresaba de un viaje a Rumanía que había preparado con delicadeza y esmero para poder visitar un país, entonces comunista y paradigma de la utopía soñada.

A su vuelta, Pelayo se sienta y le explica a su nieta que en realidad el comunismo es una falacia, que no deja de ser una dictadura, al menos igual (si no más) de represora que la que existía en España. "No es lo que yo pensaba, cariño, me han engañado", le dice a la niña un resignado Pelayo.

No quiero entrar a juzgar si era mejor el Pelayo de antes o el de ahora, no se trata de eso. Tan sólo destaco cómo me llamó la atención el hecho de utilizar una serie, al fin y al cabo de ocio, dirigida a un espectador medio, que trata de evadirse de todo para relajarse y a ser posible divertirse… y en ese momento, en que nos dejamos llevar y creemos que estamos libres, nuestro interior es sazonado entre la pimienta de unos y la sal de otros… Vamos, que según el cocinero del gobierno, el culebrón lo cocinan al pil pil o al chilindrón.

Y es que ya lo decía el economista nortemericano John Keneth Galbrath: “Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula”.

Bueno, mirando el lado positivo, igual al final consiguen que me enganche a los documentales de la 2, esos que todos ven pero nadie recuerda…

jueves, 20 de septiembre de 2012

La otra memoria histórica

Hoy pienso que me he pasado varios años discutiendo y criticando la dichosa memoria histórica.

Desde que ZP, en una de sus mesiánicas iluminaciones, se le ocurrió sacar los trapos sucios ensangrentados, consecuencia de una de las más atroces y crueles etapas de nuestra querida España, me he encontrado en infinidad de ocasiones tratando de apaciguar los ánimos de aquellos que parecían revivir en sus carnes los abusos de todo tipo que en aquellos tres sanguinarios años se cometieron.

Durante unos cuantos años se han promovido libros y se han subvencionado películas donde se enaltecía un bando, formado por los adalides de la libertad y la justicia, describiendo a los de enfrente como una cuadrilla retrógrada y opresora sin otro fin en la vida que joderle la vida a la gente buena. Desgraciadamente, la vida no es tan simple, y la guerra menos aún, en ninguna existen bandos buenos buenísimos y otros malos malísimos. Bueno, como escribía en mi blog hace tiempo ( http://www.picapino.blogspot.com.es/2011/12/en-la-guerra-si-que-hay-buenos-y-malos.html ) sí que los hay, pero mezclados en ambos bandos, y para nuestra mayor desgracia, nuestra guerra civil fue un claro paradigma de ello.

El contexto de nuestra guerra fue el que fue. Un incipiente conflicto ideológico a nivel internacional (que acabó como acabó), una crisis institucional y social y una violencia progresiva en la calle que terminaron de explotar un 18 de julio con un levantamiento militar (que no golpe de Estado) y que supondría el inicio de tres años de una violencia cruel, revanchas tribales y personales llevadas al campo de lo político y abusos de todo tipo disfrazados de justicia bélica.

Por suerte para nosotros, con la muerte de Franco, unos cuantos hombres supieron leer bien las circunstancias y adaptarlas a la idiosincrasia de este país y por eso todos ellos sacrificaron parte de sus ideologías y creencias por dos conceptos fundamentales: la paz y la democracia.

Uno de esos hombres fue Santiago Carrillo, comunista de pro y persona que hasta ayer creíamos inmortal.

Muchos rememoran ahora su curriculum personal, desnostando su actividad como alto mando durante la guerra civil y resaltando las atrocidades de las que se le responsabiliza.

Yo, al igual que he hecho otras veces, diré que no puedo entrar a juzgar o criticar a muchas personas y actos que se cometieron durante la Guerra Civil, sobre todo porque no lo viví, pero precisamente por eso, porque personas que sí vivieron entonces, que lucharon por la causa que ellos creían justa y que vieron morir amigos y familiares, sufriendo en sus carnes aquella tragedia. Si durante la transición ellos fueron capaces de darse la mano, sentarse en la misma mesa y renunciar a sus ideas por el bien de España y de los españoles, comprometiéndose a olvidar lo ocurrido 40 años atrás, no seré yo quien saque a remojo todo aquel lodo impregnado de odio y miseria humana que estos sabios supieron secar.

Fue Peces Barba, uno de los padres de la Constitución y ya también fallecido, el que comentaba hace unos años que sintió un vuelco en el corazón el día que por primera vez se juntaban los 7 ponentes encargados de redactar la Constitución. Allí, en la misma habitación del Congreso y sentado en frente suya se encontraba Fraga Iribarne, exministro de Franco, entonces firme valedor del Régimen y por ende responsable de su encarcelación durante los años de dictadura como preso político. Sin embargo, Don Gregorio reconoció que esa primera sensación pasó y que la reconciliación personal y política que tuvo lugar en aquella sala fue, afortunadamente, símbolo verídico de lo que estaba ocurriendo en España.

No seré yo quien hoy se acuerde de 1936, ni de Paracuellos, prefiero recordar a ese hombre con peluca que entró en España y supo guardar la bandera tricolor en un cajón junto al rancio sentimiento de venganza acumulada durante 40 años de destierro, por el bien de España, de la paz y de la democracia.

Hoy los socialistas madrileños proponen que una calle de Madrid lleve el nombre de Carrillo, el PP no se opondrá, chapeau. No obstante, conviene recordar que hace unos meses IU se opuso a la misma propuesta que hizo el PP para Fraga Iribarne, dejando claro que hoy sigue faltando sentido de Estado en muchos políticos, sobre todo por ese ala que hoy hasta defiende el robo de carritos de comida... pero eso es otra historia.

En mi opinión, deberían poner el nombre de ambos a dos calles que acabasen en una misma glorieta, para dejar atrás Paracuellos o Julián Grimau, y recordarlos por todo lo que posteriormente dieron a España y supieron perder por España, porque si ellos guardaron todo aquello bajo llave ¿quiénes somos nosotros para desempolvarlo?



martes, 11 de septiembre de 2012

Viva Las Vegas

Hoy pienso que llevo meses dándole vueltas al tema del macrocomplejo que Sheldon Adelson quiere denominado Eurovegas quiere montar en nuestro país.

Como ocurre siempre, al final se ha convertido en un tema politizado y ya solo caben dos posiciones, blanco o negro, según el color de tu ideología, lo que se traduce en que "si eres del PP”, estás a favor de Eurovegas y "si eres del PSOE”, no quieres que España se convierta en Sodoma y Gomorra, por lo que estás en contra de este antro de perversión, que diría uno que yo me sé.

Como me suele ocurrir siempre, en este caso también tengo mi propia opinión, aunque eso me costará alguna crítica y me tildarán, una vez más, de lo que no soy, pero es lo que tiene pensar por sí mismo...

Llevo toda mi vida oyendo hablar de Las Vegas, esa ciudad artificial creada en mitad del desierto con el único fin de divertir al personal mientras se deja los cuartos entre maquinitas y naipes. La imagen siempre ha sido la de una ciudad de ensueño, ideal para ir 3 días, quedarte boquiabierto ante la mayor expresión de ostentación del hombre ante la naturaleza y disfrutar como un enano ahogado en diversión y ocio.

El caso es que ahora, de pronto, viene este multimillonario y decide hacer un Mini Vegas en nuestro país, creando así 30.000 puestos de trabajo más todo el beneficio indirecto que ello supone (negocios complementarios, turismo, etc.) y lo que parece en principio una buena noticia, de buenas a primeras, todos los progres de este país se rasgan las vestiduras anunciando la llegada del mismísimo Belcebú.

La verdad, Las Vegas no es el paradigma del arte y la intelecutalidad, eso está claro, pero tampoco había oído nunca a nadie criticar con tanta fuerza lo que ahora parece ser un nido de prostitutas y drogas, puro vicio, vamos, tal y como arenga el nuevo inquisidor Tomás Gómez…

Imagino que tanto puritanismo y buena conciencia se debe en realidad a que, como siempre, priman los intereses políticos antes que los de la ciudadanía, y claro, si este tanto se lo apunta Esperancita, los otros están que trinan, no vaya a ser que hasta seamos capaces de salir de este hoyo mientras ellos miran en la oposición.

Aún así, demuestran tener muy poca cabeza, ya que podrían haber esgrimido otro tipo de argumentos, como el hecho de que el Señor Adelson tan sólo aporta el 35% de la inversión y que quizás, si los bancos no soportan el resto, todo quede en otro cuento para un guión de Berlanga. Pero ni tan siquiera dan de sí para eso, es preferible acudir al cliché demagogo y decir, como dice Gabilondo, que “el horizonte de España es ser un país de ruleta, de copas y parque de atracciones”.

Yo mientras tanto, sigo denostando el “es mejor aquello que esto” porque siempre acabamos sin esto y sin aquello, y prefiero seguir pensando que este proyecto es bueno para España, igual que lo es invertir en tecnología o energías alternativas (y siempre en Educación, por cierto) ya que no tiene por qué ser incompatible, aunque algunos acudan a ese viejo argumento para conseguir el tan ansiado sillón.

lunes, 13 de agosto de 2012

Felicidades, renacuajo

Hoy pienso que en realidad esta historia no comenzó hace 9 años. Hace algo más. Vino así, sin anunciarse, sin esperarlo, sin tan siquiera sospechar que vendría.

Que sí, pesada, que ahora voy a la farmacia a comprar uno con tal de que te quedes tranquila” … y esa noche, en nuestro apartamentito de Murcia, con aquel punto rosa, acabó nuestra tranquilidad para siempre.

Unos meses después, a 3 semanas de la fecha prevista para el gran acontecimiento, y en pleno mes de agosto, decidimos irnos unos días a descansar a Ronda, por eso de despedirnos de la vida íntima conyugal y de paso, tomar un poco de fuerzas antes del gran acontecimiento.

Pero él no podía esperar, y el primer día, la primera noche, en aquel pequeño hotel, a las 6 de la mañana, nos dijo que ya estaba aquí.

Fue una llegada precipitada, nada tranquila, un viaje a 180km/h y una madre que soplaba y resoplaba para que lo primero que no viese su hijo al nacer fuese el gris de la carretera. Bruce Springsteen de fondo y alguna broma para tratar de entretener a la madre en aquel trance. "Ahora sí que tienes que aguantar, que estamos en el tramo de Granada, mira que si nos sale granaíno..."

Como siempre, lo conseguimos, y llegamos, y la vida dio comienzo. La suya y la nuestra. Y llegaron más alegrías, alguna pena y muchas historias, esperanzas y todas las que quedan, pero con él siempre a 180km/h, como si aquel viaje hubiese sido el preludio. “Papá, conmigo, nunca podrás soltar el acelerador, ya lo verás”.

Y hoy, recordando aquel 13 de agosto de hace 9 años, me descubro mirándolo y por un momento veo un niño que ya empieza a tener pelusilla en el bigote, un 39 de pie y alguna pregunta que ya no sé contestar… y entonces me asusto, cierro los ojos y vuelvo abrirlos, y todo vuelve a ser normal, lo miro y vuelve a ser mi bebé, ese renacuajo que siempre tenía una sonrisa en su redondita cara y al que tanto le costaba llorar.

Y no los quiero cerrar, ¿para qué? No vaya a a ser que al abrirlos no vuelva ya mi bebé…

jueves, 9 de agosto de 2012

Sancho o Curro, Curro o Sancho, bueno de cojones

Hoy pienso que siempre que me preguntan digo que tengo dos ídolos, Clint Eastwood y Curro Jiménez, y por eso, hoy ha muerto un gran actor, y con él, algo de mi.

Recuerdo los veranos en San Cristobal, el pueblo de mis abuelos. La temporada que pasábamos allí solíamos llamarla "la cura de sueño", porque nos levántabamos tarde, nos pegábamos grandes siestas y hacíamos poco más que comer, beber y dormir. Bueno, algo más sí hacíamos. La cita era a las ocho de la tarde. Mi padre y mis hermanos nos sentábamos delante del televisor a ver al gran Curro Jiménez.

Parece que lo estoy viendo, aquellos cuatro bandoleros, cabalgando al atardecer con una emocionante música de fondo. Curro tenía todos los valores que apreciábamos. Era un tipo noble pero duro, honesto pero áspero, sabía perdonar, aunque nunca olvidaba, y por encima de todo, era un conquistador con las mujeres  pero siempre caballero.


Anoche falleció Sancho Gracia. Sin duda todos le recordaremos por aquel Curro Jiménez que interpretó hace tanto tiempo, y que al igual que le ocurrió a Johnny Weissmuller o a Cristopher Reeve, es inevitable confundir al actor con el personaje, aunque a él realmente no le importase, habida cuenta de que él mismo fue uno de los creadores del personaje, y que como él mismo decía: “¿Qué coño me va a agobiar una cosa que me invento yo, produzco yo, interpreto yo y su puta madre yo, y que después de cuarenta años me estás preguntado por ella?, ¡¿cómo me va a agobiar?!”

Sin embargo, Sancho es más que Curro, supo reinventarse y durante más de 40 años ha conseguido ser un grande del cine español, no sólo como actor, sino también como director y productor, por no hablar de su gran labor encima del escenario, donde sacaba toda aquella energía que desde pequeño le caracterizó.

Hoy ha muerto de cáncer de pulmón, aquél del que él mismo contaba con su ironía gallega, que cuando los médicos se lo diagnosticaron, “me acuerdo que les dije a los médicos '¡cómo que tengo cáncer, no jodas, eso no es posible" y resultó que sí, que era cierto, pero bueno aquí estoy" .

Sancho vivió toda su adolescencia en Uruguay, ya que su familia se tuvo que exiliar de España para no ser encarcelada, como la mayoría de sus tíos y primos. Sin embargo, hoy, no era de los que trataban de hacer sangre sacando pecho recordando la muerte de su abuelo a manos del otro bando. Seguramente su íntima amistad con Adolfo Suárez y las vivencias de la transición a su lado le hicieron tener una amplia perspectiva que otros personajillos no tienen. Él mismo comentó una vez: "estamos en una democracia; a veces me cabreo con las gilipolleces de los partidos políticos, y me acuerdo de lo que fue aquel tiempo, la posguerra

Sin duda era grande, dentro y fuera del escenario, ya que, como decía de él su amigo Rafael Azcona: "¿Sancho Gracia? Es muy difícil bajarse del caballo y seguir siendo el buen actor que es".

Vale, siempre mal hablado y un poco golfo, pero también optimista y sensato, una buena persona, porque los hombres son como las películas y como él mismo decía: “Las películas tienen que ser buenas o malas, y a tomar por culo. Sean del género que sean. Si es comedia, que sea buena, y si es acción o es drama o es terror, que sea buena”.

Sancho o Curro, Curro o Sancho, ¡qué bueno eres, cojones!

miércoles, 8 de agosto de 2012

Una carta sin tiempo de respuesta

Hoy pienso que aquí dejo esta carta:

"Hace tiempo que esto tenía que pasar. Durante años hemos visto cómo el país crecía económicamente, aunque en realidad era un espejismo. Ahora sabemos que únicamente estaban ganando dinero los ricos, los políticos y sus amiguetes.

Ahora todos aquellos excesos pasan factura. En Europa hemos dejado de ser fuertes (si es que alguna vez lo fuimos), nuestra economía se hunde, el país está empobrecido, la clase política está corrupta y ni siquiera la monarquía se salva, ya que ha perdido el liderazgo y hasta el contacto con la realidad de un país cuyos ciudadanos no hace mucho lo respetaban y lo amaban.

La situación no parece que vaya a mejorar, todo lo contrario. Mientras nos sigan gobernando los mismos, esto no tiene arreglo, sólo terminará por derrumbarse del todo y muchos parecen no darse cuenta.

Por suerte, algunos sí luchan por mejorar esto. Y son los que nos están enseñando que la única forma de arreglarlo es rompiendo con ello. Somos el pueblo, los verdaderos protagonistas de nuestra historia y los únicos legitimados para luchar por nuestro futuro.

La gente está harta, sólo hay que ver las huelgas y las manifestaciones que últimamente se están llevando a cabo. Sin embargo, parece que no es suficiente. Nuestros gobernantes nos ignoran, más preocupados en mantener su inmerecido nivel de vida y este sistema que los mantiene arriba, por encima de los ciudadanos.

Como dicen los líderes sindicalistas, que son los que defienden de verdad nuestros derechos, no pueden quitarnos más de lo que nos han quitado ya. Y por eso, hay que salir a la calle y mostrar nuestro indignación y enfado.

Ayer me puse en contacto con uno de los principales líderes de este movimiento. Es tachado de loco por aquellos que no quieren que esto cambie. Pero él sabe muy bien lo que dice, habla de solidaridad y de reparto de la riqueza, justicia social lo llama. El otro día nos hizo ver que esos grandes latifundios en poder de 4 señoritos tendrían que ser devueltos al pueblo. Ellos no merecen tener tanto, sobre todo cuando ni siquiera le están sacando a esas tierrs el rendimiento que debían.

Hoy saldremos a la calle, pensamos acudir a algún supermercado y hacer uso legítimo de nuestra fuerza para hacernos con enseres y alimentos con los que alimentar a todas las víctimas de este sistema corrupto que no atiende a la justicia social.

Nos avala la fuerza moral de saber que actuamos en defensa de la igualdad y la justicia y eso supone violar las normas que los de arriba nos han impuesto para su propio beneficio. Hace unos días, otros compañeros nuestras, obreros huelguistas, demostraron que gracias a la violencia, el Estado se acobarda y han conseguido que se les reconozca parte de sus derechos. Pero es demasiado tarde, lo queremos todo, y por eso hoy nos toca a nosotros continuar con esa lucha".

Esta carta es ficticia, y sí, podría estar escrita por un vecino de Marinaleda, seguidor y amigo de su alcalde, Sánchez Gordillo… o podría estar escrita por un bolchevique en febrero de 1917, antes de la revolución rusa.

martes, 31 de julio de 2012

No nos pueden tomar en serio

Hoy pienso que leo de madrugada que el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional el segundo Plan E de Zapatero. Según afirma la sentencia, el Real Decreto que lo aprobaba vulnera las competencias de las CCAA, ya que a la hora de repartir las subvenciones, el Gobierno anterior no tuvo en cuenta la participación de las CCAA. Dicho en otras palabras, ZP repartió el pastel como quiso, sin preguntar a nadie.

Bueno, quizás alguien por ahí, a estas alturas carezca de buena memoria o simplemente ha habido tantos datos en estos últimos años y tantas medidas, reformas y recortes que se haya perdido en esta película, así que trataré de hacer un pequeño resumen:

- Tras el fracaso de un primer Plan E, dotado de 8.000 millones de euros, Zapatero reinventa el segundo plan E, creando el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, con una dotación inicial de 5.000 millones de euros (sumados a los 8.000 millones del primero hacen un total de 13.000 millones) prometiendo, ZP y sus brotes verdes, que se crearían 200.000 empleos de carácter duradero.

- No sólo no se crean esos puestos de trabajo con carácter duradero ni temporal, sino que el dinero se esfuma y nadie ve ningún tipo de beneficio en esos 13.000 millones de euros que salen de las arcas del Estado, es más, el paro sigue creciendo hasta cifras históricas.

- La Generalitat de Cataluña presenta un recurso contra dicho plan por invadir competencias de carácter autonómico y local.

- El propio Tribunal reconoce que ya no se puede hacer nada ante esta medida declarada inconstitucional, ya que el daño está causado y “su anulación podría suponer graves perjuicios y perturbaciones, también en Cataluña”. Algo así como decir que sí, que el asesino mató a su víctima, pero que como ya está muerta, pues para qué condenar a aquél si ésta no va a resucitar.

Conclusión: Aquellos dos planes fueron un desastre, un disparate y un gran error . Y lo fueron desde el punto de vista jurídico (así lo declara el Tribunal Constitucional), económico (13.000 millones de euros tirados a la basura), social (como consecuencia el país siguió hundiéndose en el agujero) y político (al final, al PSOE le costó perder las elecciones).

No digo yo que ansíe ponerme al nivel de Finlandia y sentar a ZP en el banquillo de un juzgado, eso sería demasiado pretencioso… pero de ahí a ver a ZP corriendo maratones, escribiendo libros de economía, dando charlas a precio de oro y ocupando un puesto como letrado en el Consejo de Estado… ¡Pero si hasta hoy escribe un artículo en el Mundo!

Y claro, no me queda otra que dar la razón a Merkel, o al menos pensar ¿Y todavía alguno se pregunta por qué en Europa no nos toman en serio?

lunes, 30 de julio de 2012

Auténticos campeones y auténticos perdedores

Hoy pienso que no me gusta hacer leña del árbol caído. Los que me conocen saben que defendí, por ejemplo, a la selección española de fútbol desde el principio, a pesar de las dudas y críticas que recibió al principio. También he defendido a otros deportistas cuando han caído o han tenido malos momentos, porque creo que el talento cuando se une al esfuerzo nunca puede ser criticado, y que en el deporte, como en la vida, a veces se gana y a veces se pierde, y no siempre de manera justa.

Sin embargo, a sólo unos días de comenzar los juegos olímpicos, ya he asistido a varias secuencias distintas.

Ayer vi dos imágenes, que curiósamente resultaron ser tan opuestas como impactantes, ambas tristes, pero llenas de contraste, una por causar tristeza llena de orgullo y admiración y la otra por lamentable.

Por un lado, los chavales de fútbol, esa llamada "Rojita" que hace un mes, vieron a sus mayores volver a hacer historia ganando la Eurocopa de una forma abrumadora con un juego bonito que aplastaba a sus rivales.

El problema es que ellos se quedaron sólo con eso.

Olvidaron el sacrificio y el trabajo anterior necesario para llegar a ese nivel a un campeonato, la humildad de jugar cada partido como si fuera una final para poder ganarlo y de forma que parezca fácil, la deportividad de saber perder cuando las cosas se tuercen…

Ellos más bien se quedaron con la imagen de la fiesta en la Cibeles, con el “yo soy español, a qué quieres que te gane”. Y claro, el jueves, jugando ante Japón, estaban más pendientes de coger el autobús al día siguiente para ir a la ceremonia de los juegos, que del propio partido.

Perdieron ante un equipo teóricamente inferior, pero que demostró estar en mejor forma física y centrado en el partido, lo que hizo que la diferencia fuese mayor y la derrota más vergonzosa.

 Sin embargo, lejos de tomárselo como un serio aviso, siguieron a lo suyo, y al día siguiente, se fueron, por ejemplo, a la ceremonia de las olimpiadas, aunque estuviese a cientos de kilómetros y el domingo se jugasen la continuidad en el campeonato. Pero no sólo fue eso, durante estos días ellos mismos han sembrado el twiter de fotos disfrutando del ambiente, con una actitud más propia de alguien que está de vacaciones que de un equipo de fútbol concentrado jugándose un título olímpico.

Ayer, ante un Honduras, equipo notoriamente inferior, se rozó el ridículo. No sólo por perder, sino por la forma de hacerlo. Acabaron el partido protestando al árbitro hasta rozar la violencia y pegando patadas a los rivales, como si no tuviesen derecho a ganarles.

Por otro lado y por suerte para mi, hacía sólo unas horas que había visto la otra cara del deporte. Un judoca español, Sugoi Uriarte, lleva toda la mañana compitiendo en la categoría de menos de 66 kilos. Combate tras combate se fue quitando rivales de forma aplastante (un par de ipones y uno por puntos, creo recordar) hasta llegar a las semifinales, donde le esperaba un húngaro con cara de húngaro que acabó con su ilusión de luchar por el oro.

No obstante, en la lucha por el bronce, salió a darlo todo. Serio y concentrado, no se dejó amilanar por la herencia asiática del rival en esto de las artes marciales y fue el que llevó la iniciativa todo el combate. De hecho, el surcoreano tuvo que acudir en alguna ocasión a algún golpe en el límite de la ilegalidad.

El combate terminó sin ganador, y fue el turno de los jueces. Parecía que la victoria se decantaría por el español, que incluso se permitió hacer algún gesto triunfal hacia la grada, sin embargo, el juez árbitro levantó la bandera blanca, la del surcoreano.

Sugoi rompió a llorar y quedó destrozado. “Es mi peor competición, mi peor día. Es muy duro llegar hasta aquí, tocarla y quedarse sin nada”.

Sugoi, al conocer la noticia de los jueces
El contraste entre los niños de “rojita” y Sugoi se hace más cruel aún cuando piensas que estos chavales volverán a España y seguirán jugando a la pelota, ganando millones de Euros y saliendo de fiesta, mientras muchos Sugois con medalla o sin medalla, volverán a sus casas y tendrán que ganarse el pan cada día, a pesar de ser, ellos sí, auténticos campeones.


martes, 17 de julio de 2012

Pon un chandal feo en tu twiter (no en tu vida)

Llevo varias semanas leyendo con sorpresa y atención el gran debate nacional sobre la equipación olímpica española.

Yo creo que esto de la crisis es lo que tiene, nos volvemos más susceptibles y criticones, y de pronto empezamos a fijarnos en nimios detalles en los que antes ni caíamos. Imagino que debe ser una especie de autoterapia del subconsciente para evadirnos de los verdaderos problemas.

Resulta que el COE ha encargado el diseño y confección de la equipación para las olimpiadas de Londres a una marca rusa, BoscoSport, consiguiendo que los españoles, una vez más, saquemos ese Quijote que llevamos dentro.

La cuestión ya no es que la equipación sea horrorosa, que por supuesto lo es, sino que habiendo tantísimas marcas y diseñadores españoles, nos hayamos tenido que ir a la fría estepa rusa a encargar unos pantalones de chándal.

A mí esto me causa perplejidad por varias razones. Primero porque caemos en lo de siempre, nos dejamos llevar por la corriente y cuando un tema se convierte en TB (Tema de Bar, me gusta más que el anglicismo Twitero de TT, Tending Tropic), allí que vamos todos a opinar.

La verdad es que la camiseta es fea...
A ver, ¿es que acaso es la primera equipación fea que lucen los nuestros? Recuerdo muchos chándals feos, horrorosos a más no poder, de selecciones españolas en distintos deportes y nunca nadie ha dicho nada… En fútbol, por ejemplo, se ha puesto de moda las segundas equipaciones en los clubes de fútbol, con modelos surtidos en colores y diseños, y ni siquiera los cavernícolas de los ultras lo han usado como fácil excusa para incendiar contenedores.

Y por otro lado, lo de que es una marca extranjera… ¿alguien ha criticado alguna vez a la selección española de fútbol por ir patrocinada por una marca alemana en lugar de una española? Pero es que la de baloncesto, aparte de ser también bastante fea, es china… Por no hablar de Rafa Nadal, tan patriota él, ¡Y viste una marca norteamericana!

Quizás, alguien debería sacar un tema importante. Que el deporte además de deporte es negocio, y que el COE, si quiere ser competitivo, necesita dinero, cosa que además nos beneficia a todos, ya que así los deportistas no dependerán sólo de las becas ADO, pagadas por todos los españoles, y podrán ganar algo más (bastante poco para el gran mérito que tienen) y por tanto ser mejores y más competitivos.

Alguien debería salir y decir que es la primera vez que una marca pone dinero encima de la mesa del COE para vestirnos, y que ni Amancio ni Adolfo, por ejemplo, han querido poner un duro de su bolsillo para patrocinar al equipo olímpico español, por muy españoles que sean.

Nos comparamos con otros países y dicen que a EEUU los viste Ralph Lauren y a Francia Armani, pero ¿alguien ha preguntado cuánto pagan estas firmas por vestir a esos equipos?

En cualquier caso, el tema es tan absurdo que, sin ir más lejos, en las últimas olimpiadas nuestros deportistas vestían una marca china, nada estética, y no oí ni un sólo lamento, debate o crítica al respecto, claro, que hace 4 años no había twiter...




miércoles, 4 de julio de 2012

El Estado es cada día más pesado

Hoy pienso que ayer oí en las noticias que en Francia van a obligar a todos los conductores a llevar en el coche un alcoholímetro. Ya sabéis, ese fatídico aparatito que sirve de chivato a los Guardias Civiles para decirles si hemos bebido más de la cuenta.

El caso es que comentaban la noticia en el telediario no por el hecho en sí, sino porque se habían agotado en todos los puntos de venta franceses y los españoles que fuesen a veranear al país vecino se podían llevar la desgradable sorpresa de no tener el mencionado gadget.

Sinceramente, me parece un robo más del Estado. Digo yo que estoy de acuerdo con controlar a los conductores, me parece genial, estoy totalmente a favor de castigar a aquellos que ponen en riesgo no sólo su vida (eso nunca lo castigaría) sino la de los demás. Por eso, vería bien que una vez hecho el control, si das positivo, además de la multa, el infractor pagase todos los gastos, alcoholímetro y horas extras del guardia civil incluido.
Pero, ¿y qué sucede si no das positivo? En ese caso hemos corrido con un gasto que nadie nos va a reembolsar y del que no somos responsables. La única forma de justificar ese gasto es invertir el principio de presunción de inocencia, en cuyo caso, si partimos de la culpabilidad de todo conductor, sí que sería justo hacernos cargo del gasto para poder probar que no hemos bebido y que somos inocentes… la inocencia tiene un precio, está claro, y yo de eso sé algo, por desgracia.

Ese es el quid de todo, el Estado siempre altera los derechos y libertades de las personas basándose en el interés general y ejemplos hay miles:

La ley antitabaco en España, supone un grave perjuicio contra la libertad del empresario, pero es por la salud y el interés de los no fumadores, claro, aunque el lugar sea un lugar privado donde cada persona tiene derecho y opción a entrar o no.  

La mal llamada Ley de Violencia de Género establece que una simple denuncia de una mujer contra un hombre suponga arresto inmediato y que sea él el que pruebe que lo que ella alega es mentira, aunque eso pueda suponer el encarcelamiento de muchos inocentes, pero es por el interés de las maltratadas (por cierto, ni siquiera de los maltratados).

Lo siento, pero el interés general, igual que el propio fin, no justifica los medios.

Y hoy, me levanto esta mañana y leo que Hollande va a subir los impuestos en Francia. Aquellos ricos desaprensivos con rentas por encima del millón de euros tendrán que pagar un 75%! Es decir, que el Estado va a quitar 3 de cada 4 Euros a cada francés que gane más de un millón, por haber cometido el pecado de ganarlo. 3 de cada 4…. 3 de cada 4…

No se trata de que 250.000 € sigue siendo mucho dinero. Claro que sí, más del que pueda ver yo nunca ni en sueños. Pero se trata del derecho que tiene nadie, ni siquiera un Estado, a quitar, así, por la cara, a una persona 3 de 4 Euros ganados de forma legítima, por muchos que tenga. Porque si hacemos válido el argumento del “ya tiene mucho” corremos el riesgo de dejarnos llevar por el criterio subjetivo de que alguien decida cuánto es suficiente, bastante o demasiado y eso, empezaría a recordarme a tiempos pasados… y no tan pasados, y si no, que pregunten a Cuba… Y es que el Estado es cada día más pesado...