martes, 17 de septiembre de 2013

Gómez Noya no lleva gafas de pasta

Hoy pienso que el pasado fin de semana me dediqué en cuerpo y alma al mundo de los traslados y reformas, lo cual me supuso pasar todo el día con la radio de fondo para recordar que había vida más allá del martillo y la furgoneta.

Siendo fin de semana, en la radio predimina la mayor parte del tiempo el  deporte, sea cual sea el dial que sintonices. 

Perdón, ¿He dicho deportes? Pues no, fútbol, más bien fútbol.

Ayer leía en el periódico, en un pequeño cuadrito de la sección de DEPORTES, que Javier Gómez Noya se hacía con el título mundial de Triatlón gracias a la carrera que ganó el domingo en Londres, victoria pírrica en un sprin final ajustadísimo frente a su máximo rival, uno de los hermanos Brownlee, vamos, una de esas emocionantes carreras que te levantan del sillón y te hacen padecer tirones desde el salón de tu casa.

La carrera no fue televisada por ningún canal español, ni tan siquiera TVE, la pública, la de todos, la que vela por el interés general...

En la radio tampoco oí ninguna referencia a esta nueva proeza de este gran atleta. Eso sí, la radio que tenía sintonizada sí que hizo un alto en el camino para conectar con el Bernabéu y retransmitir en directo las palabras que Florentino le dedicaba a CR7 por la firma de su nuevo contrato con el club blanco. Esto sí que era actualidad.

Javier Gómez Noya es un atleta gallego que se inició joven en el triatlón y que pronto tuvo que empezar a luchar contra algo más que el tiempo y la distancia, cuando con 16 años, tan sólo un año después de comenzar a practicar este deporte, los médicos del Consejo Superior de Deportes le detectan una anomalía cardíaca y le retiran la licencia.

Javier decide seguir corriendo, busca segundas opiniones que le confirman que con cuidado y con los controles pertinentes puede seguir corriendo, así que a pesar de que no tiene licencia, corre todas las pruebas que, por el carácter privado e incluso por algún error administrativo, se le permite.

Finalmente y tras casi 4 años de luchas médicas, burocráticas y hasta políticas, consigue la ansiada licencia y desde entonces empieza a ganar a ganar y a ganar.

Con el de este año serán tres campeonatos del mundo, sumados a los tres campeonatos de Europa, la medalla de plata en las pasadas olimpiadas y cientos, sino miles, de carreras ganadas. 

Gana dinero, es cierto, pero también dicen los entendidos que podría irse a una especie de liga profesional de triatlón que existe en los EEUU y que le reportaría cuantiosos emolumentos económicos, pero que su interés por acudir a los Juegos Olímpicos de Brasil prima, y, sin embargo, por temas de preparación y calendario, ambos caminos parecen incompatibles. 

Y aquí estamos, un tipo sencillo pero carismático, un profesional, un gran atleta y un ejemplo de superación, haciendo historia en un deporte minoritario. Y mientras, yo escuchando en la radio a un locutor comentar que Cristiano está muy favorecido con unas gafas de pasta y que será el futbolista mejor pagado del mundo...

El año que viene, cuando gane la medalla de oro en Brasil, porque la ganará, todos querrán hacerse fotos con Javier, y puede que entonces, no quede sólo como finalista del Príncipe de Asturias, puede que entonces se lo den... Pero seguro que, aún así, Javier no se pondrá las  gafas de pasta...

1 comentario:

Daniel López Jurado dijo...

QUE ABURRIDO ESTOY DE QUE SE DEN ESTAS SITUACIONES...es asqueroso.
Me recuerda al problema que tiene hoy la gente con la adicción a los telefonos moviles.
Que si, que los usemos esta bien....pero..esa burbuja que me hace ver cada dia a la gente trasladandose de un lado a otro pero mirando a una pantalla, y reuniéndose en un grupo, pero para cada uno estar charlando con otra persona mediante mensajes...o cosas asi?
Pues es igual que el PUTO FUTBOL...gran deporte, pero asco de verlo como dice tu amigo.
Ojalá, por algún motivo, un año no existiese la liga, la champios, la copa y demas....ME GUSTARIA SABER QUE PASARIA?
Gracias por tus textos!