viernes, 29 de agosto de 2008

Cuando Amancio decidió ser Amancio

Supongo que sabéis quién es Amancio Ortega, ¿verdad? Sí, el fundador y presidente del grupo empresarial textil Inditex (Industrias de Diseño Textil Sociedad Anónima), o dicho en otras palabras, el dueño de Zara, el hombre más rico de España y según la revista Forbes, el octavo del mundo.

El otro día leí un artículo sobre su vida que me hizo pensar. Este tipo, al igual que otros muchos, encarna el llamado sueño americano (aunque en su caso debería llamarse el sueño gallego). Un crío de 17 años, sin estudios, que comienza a trabajar de empleado en una pequeña tienda, más tarde monta su propio negocio, haciendo y vendiendo batas y camisones para personas mayores. Empieza a tener tanto éxito que decide expandirse, buscando proveedores en Barcelona, crea una empresa, sigue creciendo y creciendo...hasta llegar a hoy.

Cuando leemos este tipo de biografías pensamos que esta clase de gente está tocada por una varita mágica, que son superdotados o algo así, o bien que han tenido suerte en la vida.

Pero si nos paramos a pensar por un momento, cuántos comerciantes tienen su tiendecita próspera, con la que pueden permitirse su buen coche, su casa, su apartamento en la playa y hasta algún que otro viajecito fuera de España en verano. Seguro que todos conocemos a unos cuantos.

Y si a alguno de estos comerciantes les propusiesen pedir un préstamo e hipotecar su casa para abrir otra tienda en el pueblo de al lado, ¿cuántos dirían que sí? Eso les supondría, aparte del riesgo económico, tener que estar supervisando las dos tiendas personalmente, contratar más personal, ver más proveedores...en fin, mucho más trabajo y dolores de cabeza y encima hipotecado hasta las cejas por unos años hasta que la tienda empezase a dar sus frutos...si los da, claro.

Entonces ¿hasta qué punto estamos dispuestos a arriesgar lo que tenemos por llegar más lejos? Quizá eso es lo que diferencia a Amancio de muchos otros comerciantes con su mismo talento. No es su capacidad, su inteligencia, ni su suerte, es el hecho de haber arriesgado y haber trabajado duro por conseguir llegar más lejos.

Bien es cierto, sin embargo, que no todos quieren ser Amancio. Conozco muchísima gente que tiene su trabajo, con el que llega a pagar la hipoteca y le da para algunas cañas los fines de semana, y son felices con eso. No lo cambiarían por nada. Se levantan, trabajan, quedan con los amigos, con su familia...y a madrugar al día siguiente. No necesitan nada más, y creo que esa gente es afortunada, porque han encontrado su felicidad y lo mejor, la aprecian y la valoran.

El problema es cuando no lo tienes tan claro, y te tienes que enfrentar a decisiones como la que supongo que Amancio tuvo que tomar. ¿Abro otra tienda y me complico la vida, o me quedo con mi negocio próspero que me dará para vivir tan a gusto? La decisión no es tan fácil, porque igual que Amancio triunfó, seguro que hay muchos otros a los que la apuesta les salió rana...

Es cierto, son decisiones que hay que sopesar, creo que tienes que valorar lo que tienes y lo que quieres llegar a tener, lo que estás dispuesto a perder por el camino y si todo lo que vas a poner en juego merece la pena.

Supongo que se trata de saber qué es lo quieres y cuáles son tus prioridades, y conociendote a tí mismo, hasta dónde estás dispuesto a llegar. Quizá yo sea de esas personas que no sé si debo quedarme con mi tiendecita o debo arriesgarme a abrir otra más. Es probable que ni tan siquiera me conozca a mí mismo y por tanto no sepa dónde quiero llegar. Es lo que tienen estas decisiones que afectan a tu futuro (y lo que es peor, no sólo al tuyo!), que nunca sabes si el camino que coges es el correcto, y lo que es peor, nunca sabrás si lo fue, porque aunque pasen los años y creas que sí lo fue... o que no, jamás podrás estar seguro de que el otro camino que dejaste atrás hubiese sido mejor o peor.

C´est la vie que diría un francés.

Y es en mitad de esta empanada mental, cuando mi cabeza no da más de sí, y entonces me pregunto ¿cuándo Amancio decidió ser Amancio?

martes, 26 de agosto de 2008

Barack Obama for World´s Daddy

Estos americanos tienen mucho que enseñarnos. Es curioso ver desde fuera el gran espectáculo de la política. Porque allí es eso, un show. Ayer, en la apertura de la Convención demócrata dónde se hará oficial la candidatura de Obama a la presidencia de los EEUU, pudimos ver una clase teórica de lo que es el marketing aplicado al mundo de la política. La mercadotecnia llevada a su máxima expresión.

Es cierto que aquí, en España, estamos en la línea, aunque aún tenemos mucho que aprender, ya que además de elegir bien el color de la corbata en un debate, hay otras cosas que tener en cuenta.














El caso es que ayer, pudimos ver tres claras lecciones para mejorar los puntos flacos de los que te acusa la oposición:

1- En primer lugar, no asistas en persona al Congreso, es preferible empezar el primer día cediendo el protagonismo a las personas que tú has propuesto que te hagan un lavado de imagen, además así la gente no acaba harta de ti (no es bueno aburrir saliendo a diario en la tele) y tu aparición en los próximos días, cuando la gente ya esté caliente será mucho más impactante, pero eso sí, no olvides dejar claro quién es el jefe aquí, así que no estaría mal una aparición por video-conferencia de cinco minutitos.

2- Si sale a la palestra tu dudosa capacidad familiar, por tener hermanastros viviendo en chabolas en países tercermundistas, nada como hacer que tu adorable esposa y tus hijitas pongan ese punto de lagrimita y sensibilidad, hablando de lo buen padre que eres, de lo "normal" que eres y de la típica vida americana que llevas.

Aquí lo ha bordado: Ha matado tres pájaros de un tiro:

- Es el papá, el esposo...y el yerno perfecto, ya tenemos el afecto de muchas mujeres "Clinterianas".

- Su vida es normal, le preocupa la hipoteca y los estudios de sus niñas. Aquellos que le tildaban de no poseer el espíritu americano por sus orígenes se dan con un canto en los dientes

- y encima aprovecha para embestir contra su adversario republicano, ya que como americano normalito, es justo lo opuesto al republicano Mc Cain, al que critican por ser un ricachón ajeno a los problemas de la calle ("Mientras millones de familias no saben si podrán poner comida esta noche en la mesa de sus cocinas, McCain no sabría en cuál de las siete cocinas tendría que ponerla" decía ayer Joseph Biden).

3- Deja para el final tu mejor baza, el respaldo de una figura respetada y querida por todos: Y de nuevo aquí lo borda, ya que quién mejor que el maltrecho pero amado por america entera, Ted Kennedy, aparece y apoya de forma sentimentalista ("espero poder ver a Obama en la Casa Blanca") a Barack. Meta conseguida, los demócratas de pro ven cómo su "Teddy Bear" pide, casi como último deseo (como sabéis, está desahuciado), llegar a Enero y ver cómo Obama se sienta en el despacho oval.

Como decía al principio, en España aún estamos muy verdes en este campo.

Felipe González tenía una capacidad innata para interpretar los momentos y aplicar estrategias de este tipo, aunque fue ese propio convencimiento y esa self-esteem el que acabó con él (aún recuerdo ese debate en el que subestimando a su contrincante, se presentó tal cual, sin papeles y sin preparación previa, y se encontró con un metódico Aznar que llevaba varios días ensayando hasta el movimiento del bigote y con más datos en su cabeza que el ordenador de la NASA).

Jose Mª Aznar pensó que una buena gestión lo era todo y lo único (bueno, y lo sigue pensando), y eso le ha costado que hoy sea más recordado por su antipatía que por su gestión al frente del Gobierno.

José Luis Zapatero, sagaz leonés, pronto se dio cuenta de la importancia del marketing en la carrera política, y la está llevando a su máximo extremo (ningún presidente antes había tenido tantos asesores en nómina), sin embargo, y al contrario que su antecesor, parece que se le ha olividado que la gestión es lo que prima, y que para gobernar bien no basta con una sonrisa.

El papel del próximo presidente americano será fundamental. No ya en su país, sino a nivel mundial y ello porque la influencia económica de la primera potencia mundial afecta al resto de los países, especialmente a Europa (sólo hay que recordar los efectos mundiales de las sub-primes). Pero también en la política exterior, EEU tiene varios frentes abiertos en los que se tiene que plantear ir afrontándolos de forma real.

De momento, Barack trae optimismo y frescura (son sus principales bazas). Estaría muy bien que saliese elegido, porque si junto a eso trae buenas ideas y sabe cómo aplicarlas hará historia. El problema es que se quede en eso optimismo y frescura, porque entonces le pasará como a otro Presidente que yo me sé, cuyas bazas eran las mismas y aún hoy intenta vivir de ellas con un pésimo resultado.

Yo puedo expresar mi opinión, ya que no es tan influyente como la del cuco Pepiño, (quien no ha podido decantarse hasta hace poco por temor a que pudiese influir en la sociedad americana). Así que, como me gusta mojarme, me decanto por Obama (, a pesar de que tengo dos peros que me dicen que no lo haga:

- El antecedente español de hace 4 años
- Que Pepiño también lo apoya...

Por cierto, el PP ha mandado representantes tanto al congreso de los demócratas como a los republicanos. EL PSOE, al igual que hizo en Francia y en Alemania, sólo ha asisitido al congreso de los demócratas. Creo que es una decisión equivocada, pero eso es cosa suya. Lo que sí es cierto es que Barack estará temblando, porque con Francia y Alemania lo clavaron...

lunes, 18 de agosto de 2008

Mi Paloma

Érase una vez un príncipe valiente, honesto, sincero y también inteligente,

casi como el de los cuentos, sin ser azul pero igualmente apuesto

y aunque todos en su palacio le querían, él sin embargo vacío se sentía por dentro.


Un día cualquiera, paseando Dios por las tierras del preciado soberano

topose con él cerca de un lago, se conocieron y durante mucho tiempo dialogaron.


Cuando por fin el Infante marchó, absorto Dios pensaba con una sonrisa en los labios

que por tanta bondad como detentaba, daríale como obsequio la compañía

de una bella doncella aún más generosa y presta que el propio Delfín del palacio.


Dios siguió paseando por los jardines del alcázar y allí con el Príncipe charlaba

un Príncipe feliz que además de bondadoso, con el tiempo se hizo sabio.


En su palacete a todos daba, sin solicitar ni recibir nada a cambio,

pues él ya tenía un maravilloso palacio, una preciosa esposa a quién amaba

y a Dios como amigo, padre y juicioso ilustrado.


Mas un día quiso Dios regalar a su leal compañero de conversación

un presente más valioso y excelente que su propia alma

y de este modo, con un primogénito le obsequió, travieso pero de noble corazón

y una niña, que se hizo dueña de su algazara con una sola mirada.


El Príncipe en Rey se convirtió, y como tal comenzó, en su palacio a gobernar

dejando de acudir, para conversar, al jardín donde con Dios tantos ratos pasaba,

quien triste se preguntaba si el ahora monarca también habría de cambiar.


Dios decidió comprobarlo y de esta guisa acudió disfrazado a la real residencia

para comprobar si el soberano, como en su juventud, guardaba su esencia

y observó escondido, las calles y las gentes, y la felicidad y alegría

que hasta los animales sentían por la justicia y generosidad que su gobernante impartía.


Inundado de satisfacción, encontrose como antaño, Dios, con su amigo regente

y no pudo por menos que un reproche hacerle, “todo lo tienes para vivir dichoso

pero sin duda en tu reino majestuoso falta algo que con holgura mereces”,

y alzando sus ojos hacia el desnudo cielo susurró “sin duda es muy bello,

empero yo te regalaré miles de pájaros que canten con esmero

coloreando el techo de tu feudo y convirtiendo en melodía tu gozo”.


Ya anciano, el regio sapiente a Dios llamó una estrellada noche de verano

siento que es la hora, mi amigo, la hora de irme contigo,

pero antes de irnos, quiero solicitarte algo, aunque nada antes te haya pedido.


Quiero que obsequies con todos los dones con los que me has gratificado

dándole como a mí, la oportunidad de ser feliz, a una persona cada determinados años.


Y dijo Dios, “con gusto lo haré, pues una vez más demuestras generosidad y sapiencia,

y en tu eterno recuerdo siempre buscaré a aquel no lo haya merecido:

no será tan bondadoso ni valiente, siquiera bueno, y también carecerá de tu ciencia”.


Escucha, pequeña este cuento, que orgulloso, hoy, yo te canto,

pues Dios un día deambulando, divisó entre olivos y cuestas remotas

un chico totalmente indigno de poder disfrutar de las virtudes del soberano.


Y así es como gracias a Dios y a su recto monarca, conquisté un día a la más bella dama,

con quien sueño y despierto cada alba, descubriendo cerca mía

a mi pituso, principito y tierno, y a mi pizpireta niña, mi reina mora.


Y como ya ocurrió entonces, Dios en la cuenta cayó de que algo bello faltaba

mas mi horizonte no adornó con múltiples aladas sinfonías,

prefirió teñir mi corazón con el ave del paraíso más linda, contigo, mi Paloma.

miércoles, 13 de agosto de 2008

El espíritu olímpico

Tras el escándalo de la ciclista española (no quiero ni recordar su nombre) pillada hasta arriba de EPO, el fraude en determinados actos de la inauguración y algún que otro gesto desagradable que he podido ver estos días en la ciudad de Beijing (curioso, toda la vida siendo Pekín y ahora va y cambia de nombre...me recuerda a algún que otro pueblo español), por fin puedo afirmar que el espíritu olímpico sigue existiendo.

No, no me refiero a la casta de los baloncestistas españoles al imponerse a los chinos después de haber estado dormidos durante los tres primeros cuartos.

Tampoco me refiero a nuestro querido Nadal, paradigma de aunar esfuerzo, talento y pundonor, y que bien podría sustituir al toro de Osborne como símbolo español.

Ni tan siquiera me voy a referir a Mike Phelps, ese nadador norteamericano, que a pesar de tener unas aptitudes sobrenaturales para este deporte, lo que está consiguiendo requiere una fuerza mental fuera de serie, no sólamente para estar al nivel requerido en el momento de la carrera, sino para estar durante 4 años entrenando duramente 8 horas diarias los 365 días del año.

Podría seguir nombrando ejemplos, pero todos éstos son espectáculo, la máxima expresión del deporte, correcto, pero no es el espíritu olímpico entendido como tal. Yo me refiero a la filosfía que el Barón de Coubertin quiso alentar y fomentar a través de unos juegos hace ya más de un siglo.

Hace unos días, un muy conocido mío, mientras veíamos la prueba de ciclismo en ruta repanchigados en el sillón, me decía que más de uno de ellos había ido de turismo a Pekín (o a Beijing, como prefiráis). Me quedé sorprendido ante tan injusto comentario, al menos en mi opinión. Creo que hay miles de argumentos para demostrar que ninguno de los que allí van, lo hacen por mero "turismo". Unos van para ganar y otros simplemente por competir, porque estando allí ya han ganado, pero eso sí, dándolo todo, porque ese es su premio, estar con los mejores y competir con ellos.

¿Qué interés tiene Messi en ir a las Olimpiadas además de complicarse la vida, no recibir dinero (bueno, algo les darán, pero a su nivel, eso es calderilla), arriesgarse a una lesión y cabrear al equipo que le paga? ¿Y Nadal, que no está precísamente muy sobrado de descansos y que estas dos semanas le vendrían muy bien para seguir preparando su asalto al número uno (y seguro que haciendo un par de exhibiciones ganaba el doble de lo que va a cobrar allí)? ¿Y Kobe Bryant, un gigante de la NBA, y que tiene más que perder que ganar, puesto que todo su país espera que traigan la medalla de oro, y todo lo que no sea eso será una decepción?

Bueno, habrá quien refute mis argumentos y diga que en realidad buscan la gloria que sólo una competición de este nivel regala. Vale, pero aún tengo un As escondido, y tiene un nombre:
Eric Shanteau

Este nadador, que se quedó hace 4 años a las puertas de acudir a Atenas, con tan sólo 20 años, prometió que no faltaría a su cita con Pekin (o Beijing) 4 años después, costase lo que costase. Y así, a sus 24 años logró pasar el severo corte de los 'trials' estadounidenses en los 200 braza, dejando fuera a quienes fueron los representantes olímpicos en Atenas'04, especialmente al ex plusmarquista mundial Brendan Hansen. Pero una segunda batalla ya estaba librando este nadador natural de un suburbio residencial de Atlanta, contra un cáncer testicular detectado una semana antes de afrontar las pruebas de selección.

Dicha noticia no le impidió clasificarse una semana después, como deciá, pero es que, no contento con eso, ha preferido acudir a los Juegos Olímpicos, a pesar de que dicha decisión le costará retrasar la operación de cirujía para su curación un mes. Mañana competirá por meterse en la final.

En la mencionada final (si consigue meterse) no tiene prácticamente opciones, no ya de ganar, sino de conseguir medallas. Y eso lo sabía cuando tomó la decisión de ir. Pero para él, lo importante es participar. Sí, es así, esa frase tan tópica y que se suele escuchar entre risas, aún para algunos tiene un sentido literal inexplicable.

¿Se puede describir mejor el espíritu olímpico?

lunes, 11 de agosto de 2008

¿Dónde es la manifestación?

Tras dos días escuchando las noticias sobre los ataques militares que Georgia (y concretamente, su población civil) está sufriendo de manos de la Rusia del paramilitar soviético Putin (y digo soviético porque este pájaro todavía se cree que está gobernando aquel invento comunista con tintes claramente imperialistas), no puedo por menos que indignarme al ver cómo una vez más intereses económicos y políticos son los culpables de la muerte de inocentes que de lo único que saben es de trabajar, comer y subsistir, como todo hijo de buen vecino.

Como todos sabéis, Georgia es quizá la región ex-soviética que más se ha occidentalizado desde que el régimen comunista cayó, hasta el punto de que su presidente, Mijail Saakashvili tiene la intención de hacer entrar a esta República en la OTAN y en la Unión Europea.

Ésto, lógicamente no está muy bien visto desde el Kremlin, ya que supondría un debilitamiento económico y político absoluto para la potencia Rusa.

Político, porque ya os podéis imaginar la amenaza que supondría para Rusia tener de vecino de balcón a un señor que aloja en una de sus habitaciones a tu máximo enemigo, dispuesto a montar guardia día y noche desde su ventana observando todos tus movimientos, sin hablar del poder del que dispondría al tener un escopeta encañonándote a menos de 5 metros.

Económico también, ya que Georgia supone un puente de 4 vías a la hora de transportar petróleo y gas, y quitarle de las manos a Rusia ese gran poder con el que cuenta a la hora de la venta y reventa de dichos manjares, pues no sé si le hace mucha gracia...desde luego, el primero perjudicado sería el Chelsea...

Así, está claro que el Sr. Putin no se iba a resignar a quedarse en su casita cazando osos (como le gusta hacer) por lo que lleva desde hace años, no sólo protegiendo, sino alentando a dos regiones de la República Georgiana para su segregación, Osetia del sur y Abjasia, (no olvidemos que su ayuda fue fundamental en las guerras civiles que se produjeron en los 90) lo que le hace mantener al país en tensión, además de mantener un protectorado en estas dos regiones que impidan a los países occidentales (EEUU y la UE principalmente) meter mano al pastel.

Sin embargo la situación ha acabado estallando (como era de preveer) y mientras Georgia intenta poner orden en uno de sus territorios, la región georgiana de Osetia del Sur, Putin ha visto el cielo abierto y ha decido matar dos pájaro de un tiro (nunca mejor dicho, bueno sí, de un bombazo estaría mejor dicho). Seguro que pensó entre vaso y vaso de vodka, "si la Unión Soviética, ups, perdón, quiero decir, Rusia, entra con mis cazas a defender a Osetia del sur, esta región pasará a tener una influencia absoluta desde Moscú, aunque claro...bien pensado...una vez realizado este pequeño paso, si sigo presionando y sigo con los bombardeos, obligo al Presidente Georgiano a dimitir, ya me encargaré yo de poner a un presidente que no le guste tanto el Mc Donalds, y problema resuelto, Georgia volverá a ser de la URSS, ups, perdón otra vez, vecina fraternal de Rusia".

Está claro que no se le ha ocurrido pensar en la de muertos civiles que puede suponer y que de hecho está suponiendo su maquiavélico plan. De momento, al menos 2.000 muertos civiles y más de 54.000 refugiados.

A mí, personalmente, esta situación, como todas las situaciones bélicas me producen una indignación tal que me dan ganas de salir a la calle y gritarlo. La misma indignación que la guerra de Irak o la invasión de Kuwait, porque al final, todas tienen una misma causa, poder y dinero y una única víctima, el ciudadano de a pie.

Y como sé que igual que yo hay más gente, porque ya en su día manifestaron su pacifismo totalmente objetivo y apolítico, estoy venga a buscar en internet para cuándo Pilar Bardem, su galardonado hijito, el comprometido Alberto San Juan, el elegante Willy Toledo y toda su tropa tienen convocada la manifestación en contra del sanguinario ataque que se está llevando a cabo en aquél país. Pero no lo encuentro... claro, que es agosto y igual los pobres están pasando las vacaciones en un humilde apartamento de Torrevieja.

De paso estoy esperando a que se produzca la más enérgica condena y repulsa por parte de nuestro señor Presidente, que seguro que la hará, aunque no sé si tan enérgica..igual lo cataloga de accidente...

Bueno, igual hay que esperar a que Bush salga en defensa de los georgianos (cosa estratégicamente imposible, por otro lado) para que afloren todos los enérgicos pacifistas que con tanto ahínco suelen gritar su NO A LA GUERRA...

jueves, 7 de agosto de 2008

No pienses en un elefante



Fue mi cuñado quien, al comenzar mis vacaciones me prestó un libro, comentándome que para los apasionados a la política como yo, la lectura de este libro me iba a encantar.

Tengo que confesar que había oído hablar del libro y de su autor.

Su autor, George Lakoff, es un reputado gurú del mundo de la semántica y el lenguaje, sobre todo del mundo de la política.

El libro ya me sonaba, al menos el título, ya que salía en un anuncio de coches en el que se citaba la frase de "no pienses en un elefante", y lo llevaba a la idea de "no pensar en un Polo rojo".

En fin, que comencé su lectura ilusionado en aprender el uso del lenguaje en el mundo de la política así como analizar lo que los políticos intentan decir sin decirlo y lo que intentan no decir negando lo contrario.

Sin embargo mi decepción comenzó ya en las primeras páginas y se fue haciendo mayor y mayor hasta terminar el dichoso librito.

No es un libro didáctico y objetivo. Se trata de un panfleto dirigido a los seguidores del partido demócrata americano justo antes de las elecciones pasadas.

Bueno, esa fue mi primera decepción, no encontrame con un libro meramente descriptivo y analítico, crítico aunque objetivo. Sin embargo, una vez sabido esto y más en frío pensé que era legítimo por parte del autor escribir un libro a su antojo dirigido a un determinado tipo de lectores y que quizá la culpa era mía por haber juzgado o esperado de un libro una determinada cosa.

Así seguí la lectura del libro situándome en esa perspectiva.

No obstante, y dentro del marco que establece el propio autor, no pude evitar encontrarme con muchas contradicciones, aunque la verdad, me sonroja criticar a un experto en la materia, estudioso, poseedor de un curriculum envidiable y con una vasta y contrastada experiencia.

No obstante, desde mi ignorancia, he observado, página tras página, cómo para el autor los éxitos cosechados a lo largo de la historia por los Republicanos se debe única y exclusivamente a haber conseguido perfeccionarse en el arte de la demagogia y la manipulación. Su argumento, en líneas generales es que, si los Republicanos, -esa derecha mala e intransigente-, han conseguido a través del dominio del lenguaje y del uso del mismo, llegar a la Casablanca, cómo no lo van a hacer los que ideológicamente son los buenos de la película.

Aquí es donde observo la incongruencia, la reivindicación que Lakoff hace para los buenos con ideales correctos, los progresistas, quienes han de perfeccionarse en la mentira y en la demagogia para poder vencer a los malos, los conservadores.

Me hizo gracia cómo el propio Lakoff pone en práctica un ejemplo en el uso del lenguaje que según él hacen los Republicanos. Así, cita el caso de Richard Nixon, quien en su discurso de defensa ante las cámaras de TV, tras las duras acusaciones que por el caso Watergate se le hicieron, citó textualmente "no soy un chorizo". Según el autor, eso lo condenó ya, de forma prematura, de cara al público, ya que la gente pensó automáticamente en que sí que era un chorizo.

Así, aplicando su propia teoría, en un párrafo del libro, Lakoff señala que "Ciertamente hay casos en los que los conservadores han mentido. Sin duda. Desde luego, no es verdad que mientan sólo los conservadores".

Está claro, ¿no? Acusar a los conservadores primero, y de forma directa de haber mentido y seguidamente negar que sean los únicos que mientan, deja una única idea, "los conservadores son unos mentirosos", y el hecho de afirmar que no son los únicos ayuda a dar veracidad a dicha afirmación. Chapeau para Lakoff.

Así mismo, a lo largo del libro, se empeña en relacionar los pensamientos ideológicos de los conservadores y de los progresistas con su concepto de la familia, entendiendo que los primeros se basan en la idea del padre estricto y los segundos en la familia protectora.

Para él no hay medias tintas. Si tienes ideas conservadoras desde el punto de vista económico o político, significa que crees en un modelo familiar machista, donde el padre debe educar y "asume que el único modo de enseñar a los niños a obedecer (...) es el castigo, un castigo doloroso, cuando se comportan mal. Esto incluye pegarles, y algunos autores de orientación educativa conservadora recomiendan que se les golpee con palos, cinturones y zapatillas de felpa en el trasero desnudo".

Sin embargo, para él, el progresista cree en una familia protectora, donde "el padre y la madre son igualmente responsables de la educación de sus hijos (...). El mundo puede llegar a ser un lugar mejor y nuestra tarea es trabajar para conseguirlo. La tarea de los padres consiste en criar a sus hijos y en educarlos para que ellos, a su vez, puedan criar y educar a otros".

Esto, trasladándolo a nuestro país tiene una clara conclusión: Macho, si has votado a Rajoy en las pasadas elecciones, ve sacando el cinturón y que tu hijo empiece a temblar. En cambio, si optaste por Zapatero, tu mujer y tus hijos tienen la fortuna de gozar de una vida familiar perfecta, donde la igualdad y la felicidad son los pilares de tu hogar. Eso es lo que hay, Lakoff dixit.

Así, cita él el caso del Gobernador de California, el musculoso Schwarzenegger, quien según el profesor ganó las elecciones, no por su programa ni por sus ideas, sino que fue tan sólo por ser el mejor estereotipo para la moral del padre estricto.

Una curiosidad, respecto a la política exterior, Lakoff defiende que el Estado deber "reconocer la interdependencia global y en enfocar la política exterior contando con la diplomacia, las alianzas, las instituciones internacionales y unas potentes fuerzas defensivas y pacificadoras, y acudiendo a la guerra solamente como último recurso".

Vaya vaya...parece que alguien más se ha leído el libro...¿os suena eso? Quizá si lo resumiésemos en tres palabras entenderéis a qué me refiero: "Alianza de civilizaciones"...¿os suena más ahora? !Si Churchill levantase la cabeza!

No quiro profundizar más sobre el libro, porque no os quiero aburrir y además porque me da miedo que la SGAE me demande por pirateo y me haga pagar un canon. Péro sí que me gustaría dejar claro que a pesar de todo el libro también enseña y no cabe duda de que su autor sabe de lo que escribe, es un libro interesante y enseña la aplicación de la semántica al mundo de la sociología y la política, sin embargo, lo único que reprocho es que toda esa sabiduría que el autor posee la emplee de forma tan partidista. No obstante, como dije al principio, por supuesto que es legítimo y Lakoff está en su derecho de hacerlo.

De vuelta al cole

Tras un mes de retiro vacacional, soy de los desgraciados y afortunados al mismo tiempo que les toca incorporarse a la rutina currelal en pleno agosto.

Digo desgraciado porque siempre es desagradable y triste incorporarse a la rutina con 40 º y viendo cómo la gente sigue gastando bronceadores en la playita. Pero tengo que reconocer que algo de fortuna también siento, ya que agosto es un mes tranquilito, por la misma razón y encuentras una ciudad desierta, sin tráfico y una oficina vacía sin discusiones por el aire acondicionado y con la mitad de trabajo.

Este mes me ha servido para muchas cosas, sobre todo ociosas, del tipo mucho bañito, mucha siesta, mucha lectura, mucha cervecita y mucha tapita. Aunque también es verdad que uno sigue viviendo en la realidad y se sigue indignando al ver cómo un asesino con cara de cabrón sale de la cárcel cumpliendo una condena irrisoria y jactándose de haber salido y no sentir el mínimo arrepintimiento.

También he podido seguir atento todas las medidas que el Gobierno está implantando para esta crisis que tenemos encima y que se empieza a antojar como histórica. Seguir estas medidas ha sido fácil, quitando las demagógicas peticiones al ciudadano de no llevar corbata al trabajo y subir los grados al aire acondicionado no ha habido ninguna...

También he seguido los culebrones clásicos futboleros, con el fiasco de Cristiano Ronaldo, que al menos de momento parece que se queda a vivir en tierras británicas. Ah! Sin olvidar las declaraciones del orondo Ronaldinho, lamentándose de su suerte en los últimos años y de lo triste y dura que ha sido su vida...!pobrecito!

Pero la mejor noticia fue la anécdota que protagonizó ayer nuestro genial número uno del tenis mundial, nuestro "vamos Rafa Nadal". Es triste ver que tiene que ser un chico de tan sólo 22 años el que ponga sentido común a tanto sinsentido. Supongo que sabéis de qué hablo. Para aquellos que no, os cuento: Ayer tuvo lugar la rueda de prensa del equipo de tenis español que nos representará en los juegos olímpicos de Pekín. El ambiente era distendido y hasta nuestros chicos y chicas bromeaban con los periodistas. La sala era un caos, muchísimos periodistas de distintas nacionalidades se encontraban presentes, lo que obligó a Nadal nada más comenzar preguntar entre risas si hablaba en español o en inglés.




Sin embargo, tal y como rige una de las reglas del implacable Murphy, siempre tiene que aparecer alguien para aguar un buen momento, y de esto se encargó un periodista al hacerle a Tommy Robredo una pregunta en catalán.

El propio Tommy (ese es su auténtico nombre, no un diminutivo) se quedó a cuadros ante la esperpéntica situación y no supo qué decir (hablamos de un catalán, pero eso sí, un catalán con sentido común, que aunque algunos se empeñen en hacernos ver lo contrario, hay muchos sensatos). Por suerte allí estaba nuestro gran Rafa que zanjó el asunto con un seco latigazo: "mejor en español".

Es lo que me faltaba por ver de este As. No sólo ha demostrado ser un profesional, un trabajador incansable que con ayuda de unas cualidades físicas, una cabeza bien amueblada y un tío carnal como entrenador, ha conseguido ser número uno (lo será en unos días de forma oficial).

Pero es que además es un tío espectacular dentro de las pistas y discreto fuera de ellas,
educado cuando juega y humilde cuando pasea,
explosivo en sus saques y callado en las fiestas,
descarado con su raqueta y discreto con los micrófonos...

En fin, que es imposible sacarle defectos. Lástima que yo no sea chica y tenga 20 años, porque me presentaría en Manacor dispuesta a robarle el novio a la tal Xisca (hasta en eso es perfecto, su novia lo es la típica modelo, no, es la mejor amiga de su hermana y la conoce desde pequeñito...).

En fin, que con la respuesta de ayer puedo afirmar que este tío es un crack y que espero de todo corazón que marque época en el tenis porque el tío se lo merece de los pies a la cabeza. Esta olimpiada si hay una medalla que deseo para España es la de tenis, !está claro!