martes, 31 de julio de 2012

No nos pueden tomar en serio

Hoy pienso que leo de madrugada que el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional el segundo Plan E de Zapatero. Según afirma la sentencia, el Real Decreto que lo aprobaba vulnera las competencias de las CCAA, ya que a la hora de repartir las subvenciones, el Gobierno anterior no tuvo en cuenta la participación de las CCAA. Dicho en otras palabras, ZP repartió el pastel como quiso, sin preguntar a nadie.

Bueno, quizás alguien por ahí, a estas alturas carezca de buena memoria o simplemente ha habido tantos datos en estos últimos años y tantas medidas, reformas y recortes que se haya perdido en esta película, así que trataré de hacer un pequeño resumen:

- Tras el fracaso de un primer Plan E, dotado de 8.000 millones de euros, Zapatero reinventa el segundo plan E, creando el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, con una dotación inicial de 5.000 millones de euros (sumados a los 8.000 millones del primero hacen un total de 13.000 millones) prometiendo, ZP y sus brotes verdes, que se crearían 200.000 empleos de carácter duradero.

- No sólo no se crean esos puestos de trabajo con carácter duradero ni temporal, sino que el dinero se esfuma y nadie ve ningún tipo de beneficio en esos 13.000 millones de euros que salen de las arcas del Estado, es más, el paro sigue creciendo hasta cifras históricas.

- La Generalitat de Cataluña presenta un recurso contra dicho plan por invadir competencias de carácter autonómico y local.

- El propio Tribunal reconoce que ya no se puede hacer nada ante esta medida declarada inconstitucional, ya que el daño está causado y “su anulación podría suponer graves perjuicios y perturbaciones, también en Cataluña”. Algo así como decir que sí, que el asesino mató a su víctima, pero que como ya está muerta, pues para qué condenar a aquél si ésta no va a resucitar.

Conclusión: Aquellos dos planes fueron un desastre, un disparate y un gran error . Y lo fueron desde el punto de vista jurídico (así lo declara el Tribunal Constitucional), económico (13.000 millones de euros tirados a la basura), social (como consecuencia el país siguió hundiéndose en el agujero) y político (al final, al PSOE le costó perder las elecciones).

No digo yo que ansíe ponerme al nivel de Finlandia y sentar a ZP en el banquillo de un juzgado, eso sería demasiado pretencioso… pero de ahí a ver a ZP corriendo maratones, escribiendo libros de economía, dando charlas a precio de oro y ocupando un puesto como letrado en el Consejo de Estado… ¡Pero si hasta hoy escribe un artículo en el Mundo!

Y claro, no me queda otra que dar la razón a Merkel, o al menos pensar ¿Y todavía alguno se pregunta por qué en Europa no nos toman en serio?

lunes, 30 de julio de 2012

Auténticos campeones y auténticos perdedores

Hoy pienso que no me gusta hacer leña del árbol caído. Los que me conocen saben que defendí, por ejemplo, a la selección española de fútbol desde el principio, a pesar de las dudas y críticas que recibió al principio. También he defendido a otros deportistas cuando han caído o han tenido malos momentos, porque creo que el talento cuando se une al esfuerzo nunca puede ser criticado, y que en el deporte, como en la vida, a veces se gana y a veces se pierde, y no siempre de manera justa.

Sin embargo, a sólo unos días de comenzar los juegos olímpicos, ya he asistido a varias secuencias distintas.

Ayer vi dos imágenes, que curiósamente resultaron ser tan opuestas como impactantes, ambas tristes, pero llenas de contraste, una por causar tristeza llena de orgullo y admiración y la otra por lamentable.

Por un lado, los chavales de fútbol, esa llamada "Rojita" que hace un mes, vieron a sus mayores volver a hacer historia ganando la Eurocopa de una forma abrumadora con un juego bonito que aplastaba a sus rivales.

El problema es que ellos se quedaron sólo con eso.

Olvidaron el sacrificio y el trabajo anterior necesario para llegar a ese nivel a un campeonato, la humildad de jugar cada partido como si fuera una final para poder ganarlo y de forma que parezca fácil, la deportividad de saber perder cuando las cosas se tuercen…

Ellos más bien se quedaron con la imagen de la fiesta en la Cibeles, con el “yo soy español, a qué quieres que te gane”. Y claro, el jueves, jugando ante Japón, estaban más pendientes de coger el autobús al día siguiente para ir a la ceremonia de los juegos, que del propio partido.

Perdieron ante un equipo teóricamente inferior, pero que demostró estar en mejor forma física y centrado en el partido, lo que hizo que la diferencia fuese mayor y la derrota más vergonzosa.

 Sin embargo, lejos de tomárselo como un serio aviso, siguieron a lo suyo, y al día siguiente, se fueron, por ejemplo, a la ceremonia de las olimpiadas, aunque estuviese a cientos de kilómetros y el domingo se jugasen la continuidad en el campeonato. Pero no sólo fue eso, durante estos días ellos mismos han sembrado el twiter de fotos disfrutando del ambiente, con una actitud más propia de alguien que está de vacaciones que de un equipo de fútbol concentrado jugándose un título olímpico.

Ayer, ante un Honduras, equipo notoriamente inferior, se rozó el ridículo. No sólo por perder, sino por la forma de hacerlo. Acabaron el partido protestando al árbitro hasta rozar la violencia y pegando patadas a los rivales, como si no tuviesen derecho a ganarles.

Por otro lado y por suerte para mi, hacía sólo unas horas que había visto la otra cara del deporte. Un judoca español, Sugoi Uriarte, lleva toda la mañana compitiendo en la categoría de menos de 66 kilos. Combate tras combate se fue quitando rivales de forma aplastante (un par de ipones y uno por puntos, creo recordar) hasta llegar a las semifinales, donde le esperaba un húngaro con cara de húngaro que acabó con su ilusión de luchar por el oro.

No obstante, en la lucha por el bronce, salió a darlo todo. Serio y concentrado, no se dejó amilanar por la herencia asiática del rival en esto de las artes marciales y fue el que llevó la iniciativa todo el combate. De hecho, el surcoreano tuvo que acudir en alguna ocasión a algún golpe en el límite de la ilegalidad.

El combate terminó sin ganador, y fue el turno de los jueces. Parecía que la victoria se decantaría por el español, que incluso se permitió hacer algún gesto triunfal hacia la grada, sin embargo, el juez árbitro levantó la bandera blanca, la del surcoreano.

Sugoi rompió a llorar y quedó destrozado. “Es mi peor competición, mi peor día. Es muy duro llegar hasta aquí, tocarla y quedarse sin nada”.

Sugoi, al conocer la noticia de los jueces
El contraste entre los niños de “rojita” y Sugoi se hace más cruel aún cuando piensas que estos chavales volverán a España y seguirán jugando a la pelota, ganando millones de Euros y saliendo de fiesta, mientras muchos Sugois con medalla o sin medalla, volverán a sus casas y tendrán que ganarse el pan cada día, a pesar de ser, ellos sí, auténticos campeones.


martes, 17 de julio de 2012

Pon un chandal feo en tu twiter (no en tu vida)

Llevo varias semanas leyendo con sorpresa y atención el gran debate nacional sobre la equipación olímpica española.

Yo creo que esto de la crisis es lo que tiene, nos volvemos más susceptibles y criticones, y de pronto empezamos a fijarnos en nimios detalles en los que antes ni caíamos. Imagino que debe ser una especie de autoterapia del subconsciente para evadirnos de los verdaderos problemas.

Resulta que el COE ha encargado el diseño y confección de la equipación para las olimpiadas de Londres a una marca rusa, BoscoSport, consiguiendo que los españoles, una vez más, saquemos ese Quijote que llevamos dentro.

La cuestión ya no es que la equipación sea horrorosa, que por supuesto lo es, sino que habiendo tantísimas marcas y diseñadores españoles, nos hayamos tenido que ir a la fría estepa rusa a encargar unos pantalones de chándal.

A mí esto me causa perplejidad por varias razones. Primero porque caemos en lo de siempre, nos dejamos llevar por la corriente y cuando un tema se convierte en TB (Tema de Bar, me gusta más que el anglicismo Twitero de TT, Tending Tropic), allí que vamos todos a opinar.

La verdad es que la camiseta es fea...
A ver, ¿es que acaso es la primera equipación fea que lucen los nuestros? Recuerdo muchos chándals feos, horrorosos a más no poder, de selecciones españolas en distintos deportes y nunca nadie ha dicho nada… En fútbol, por ejemplo, se ha puesto de moda las segundas equipaciones en los clubes de fútbol, con modelos surtidos en colores y diseños, y ni siquiera los cavernícolas de los ultras lo han usado como fácil excusa para incendiar contenedores.

Y por otro lado, lo de que es una marca extranjera… ¿alguien ha criticado alguna vez a la selección española de fútbol por ir patrocinada por una marca alemana en lugar de una española? Pero es que la de baloncesto, aparte de ser también bastante fea, es china… Por no hablar de Rafa Nadal, tan patriota él, ¡Y viste una marca norteamericana!

Quizás, alguien debería sacar un tema importante. Que el deporte además de deporte es negocio, y que el COE, si quiere ser competitivo, necesita dinero, cosa que además nos beneficia a todos, ya que así los deportistas no dependerán sólo de las becas ADO, pagadas por todos los españoles, y podrán ganar algo más (bastante poco para el gran mérito que tienen) y por tanto ser mejores y más competitivos.

Alguien debería salir y decir que es la primera vez que una marca pone dinero encima de la mesa del COE para vestirnos, y que ni Amancio ni Adolfo, por ejemplo, han querido poner un duro de su bolsillo para patrocinar al equipo olímpico español, por muy españoles que sean.

Nos comparamos con otros países y dicen que a EEUU los viste Ralph Lauren y a Francia Armani, pero ¿alguien ha preguntado cuánto pagan estas firmas por vestir a esos equipos?

En cualquier caso, el tema es tan absurdo que, sin ir más lejos, en las últimas olimpiadas nuestros deportistas vestían una marca china, nada estética, y no oí ni un sólo lamento, debate o crítica al respecto, claro, que hace 4 años no había twiter...




miércoles, 4 de julio de 2012

El Estado es cada día más pesado

Hoy pienso que ayer oí en las noticias que en Francia van a obligar a todos los conductores a llevar en el coche un alcoholímetro. Ya sabéis, ese fatídico aparatito que sirve de chivato a los Guardias Civiles para decirles si hemos bebido más de la cuenta.

El caso es que comentaban la noticia en el telediario no por el hecho en sí, sino porque se habían agotado en todos los puntos de venta franceses y los españoles que fuesen a veranear al país vecino se podían llevar la desgradable sorpresa de no tener el mencionado gadget.

Sinceramente, me parece un robo más del Estado. Digo yo que estoy de acuerdo con controlar a los conductores, me parece genial, estoy totalmente a favor de castigar a aquellos que ponen en riesgo no sólo su vida (eso nunca lo castigaría) sino la de los demás. Por eso, vería bien que una vez hecho el control, si das positivo, además de la multa, el infractor pagase todos los gastos, alcoholímetro y horas extras del guardia civil incluido.
Pero, ¿y qué sucede si no das positivo? En ese caso hemos corrido con un gasto que nadie nos va a reembolsar y del que no somos responsables. La única forma de justificar ese gasto es invertir el principio de presunción de inocencia, en cuyo caso, si partimos de la culpabilidad de todo conductor, sí que sería justo hacernos cargo del gasto para poder probar que no hemos bebido y que somos inocentes… la inocencia tiene un precio, está claro, y yo de eso sé algo, por desgracia.

Ese es el quid de todo, el Estado siempre altera los derechos y libertades de las personas basándose en el interés general y ejemplos hay miles:

La ley antitabaco en España, supone un grave perjuicio contra la libertad del empresario, pero es por la salud y el interés de los no fumadores, claro, aunque el lugar sea un lugar privado donde cada persona tiene derecho y opción a entrar o no.  

La mal llamada Ley de Violencia de Género establece que una simple denuncia de una mujer contra un hombre suponga arresto inmediato y que sea él el que pruebe que lo que ella alega es mentira, aunque eso pueda suponer el encarcelamiento de muchos inocentes, pero es por el interés de las maltratadas (por cierto, ni siquiera de los maltratados).

Lo siento, pero el interés general, igual que el propio fin, no justifica los medios.

Y hoy, me levanto esta mañana y leo que Hollande va a subir los impuestos en Francia. Aquellos ricos desaprensivos con rentas por encima del millón de euros tendrán que pagar un 75%! Es decir, que el Estado va a quitar 3 de cada 4 Euros a cada francés que gane más de un millón, por haber cometido el pecado de ganarlo. 3 de cada 4…. 3 de cada 4…

No se trata de que 250.000 € sigue siendo mucho dinero. Claro que sí, más del que pueda ver yo nunca ni en sueños. Pero se trata del derecho que tiene nadie, ni siquiera un Estado, a quitar, así, por la cara, a una persona 3 de 4 Euros ganados de forma legítima, por muchos que tenga. Porque si hacemos válido el argumento del “ya tiene mucho” corremos el riesgo de dejarnos llevar por el criterio subjetivo de que alguien decida cuánto es suficiente, bastante o demasiado y eso, empezaría a recordarme a tiempos pasados… y no tan pasados, y si no, que pregunten a Cuba… Y es que el Estado es cada día más pesado...