miércoles, 29 de agosto de 2018

La goma del borrón y cuenta nueva

"Sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe... sólo la cultura da libertad... no proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura".
Miguel de Unamuno

Hoy pienso que llegó a Presidente por la cara y ahora quiere la Cruz.

Este nuevo Presidente que tenemos, que está por agradar a base de pan y circo, ha tirado primero contra un viejo enemigo, Franco. Ese que enterraron hace ya más de 44 años y que ahora pretende desenterrarlo físicamente, porque en realidad, ya se ocuparon de desenterrarle sus socios de (des)gobierno, aprovechando el viejo truco de usar un enemigo inventado para alborotar masas y ponerse al frente de las mismas. 

Y digo bien, un enemigo inventado, sin entrar a valorar quién era Franco y lo que hizo y deshizo hasta 1975, pero cuando aquel 23 de noviembre sus huesos quedaron sepultados en aquel frío valle, todos soterraron odios y rencores para dar paso a una nueva etapa, dando por zanjadas las dos Españas.

Ahora, cuarenta y pico años después, los hijos de aquellos que con tanta sensatez dejaron atrás orgullos y rencillas, invocan recuerdos e historietas, tiran de abuelos y bisabuelos que no pueden ya dar su versión de los hechos y vuelven a sacar el machete de la discordia. 

Y nuestro Pedrito, que cree no tener un pelo de tonto, sabe que con poca capacidad de (des)gobierno, su única posibilidad de sacar rédito a dos previsibles años de (des)gobierno es a base de marketing. Un barquito con 600 inmigrantes por aquí, una sonrisa a los independentistas por allá y por supuesto, su autoproclamación como salvador de la libertad ante el mayor enemigo que ha tenido y sigue teniendo España.. ¡Franco! 

A base de democrático decretazo ha conseguido la licencia de obras para la exhumación del cadáver. Demasiado fácil y rápido... Hay que aguantar los dos años y hay que seguir (des)gobernando y vendiendo... siguiente paso: ¡Iván, dime algo! ¡Eureka! Acabar con la Cruz del Valle de los Caídos. Una cruz es un símbolo cristiano, imposible permitir que algo así se vea desde tan lejos. 

- Claro. Lleva toda la razón. Es que España es un Estado laico-. Defienden algunos.

Bueno, en primer lugar, eso no es razón para dinamitar todo monumento con valor histórico, pues tendríamos que cargarnos desde una Iglesia Visigoda de Zamora hasta la Alhambra de Granada, pasando por el Acueducto de Segovia y puede que hasta la Dama de Elche, ya que el peligro de dedicarse a la revisión histórica es que ninguna pasa el examen, especialmente a los ojos del que examina.

En cualquier caso, y poniéndonos puristas, nuestro Estado no es laico, es aconfesional. Y no, no es lo mismo. Un Estado laico es aquel que excluye expresamente la religión, entendida como creencia o Institución, de todos los ámbitos estatales, empezando por el educativo.  En cambio, un Estado aconfesional no niega o excluye el hecho religioso, sólo se limita a negar el carácter oficial de cualquier religión.

Esta duda surgió en 1978, cuando aquellos siete sabios se sentaron en una mesa y confeccionaron nuestra actual Constitución. En aquella habitación se juntaron ateos con católicos, todos con creencias máso menos profundas y sin embargo, supieron llegar a un acuerdo y es que todos coincidían en que la tradición católica en España iba más allá de la propia religión, afectando a la propia cultura e idiosincrasia del país. De esta forma fue como se acordó redactar un artículo 16 donde se afirmaba que ninguna religión tendría carácter estatal, pero a la vez continuaba reconociendo que los poderes públicos han de tener en cuenta las creencias de los españoles, citando especialmente a la Iglesia Católica, no por candor o favoritismo, sino simplemente por razón de estadística democrática.

Quizás esto deberían conocerlo los analfabetos culturales que claman contra las procesiones en Semana Santa o que persiguen la abolición del portal de Belén en Navidad, porque como reza el anónimo, un país sin cultura es un país sin identidad y puede que algunos quieren quemar el DNI peninsular.

Brasil tiene a su Corcovado, a pesar de ser también aconfesional. España tiene Mezquitas y Juderías que rezuman Historia, igual que tiene cruces e Iglesias que hablan de una España ancestral. Hasta Turquía tiene una Iglesia, Hagia Sofia, cuyas bóvedas azules resplandecen orgullosas entre cientos de alminares.

Pero a nosotros nos ha tocado Pedrito, que quiere hacer Historia con la goma, haciendo borrón y cuenta nueva.