viernes, 30 de octubre de 2009

No soy corrupto, aprovecho las oportunidades

Gürtel, Santa Coloma, Palma Arena en Mallorca, el Palau en Barcelona, la baldosa de El Ejido, etc, etc, etc. (Mi profesora de lengua siempre decía que un etc. era suficiente, pero es que aquí el etc es mucho etc...).
El otro día hablaba de esto con mis amigos, la corrupción. ¿Qué está pasando en España?
En mi opinión, hay un doble problema:

- Por un lado, un problema institucional. El sistema creado en la transición se hizo como algo provisional, acuciado por las circunstancias. Entonces fue perfecto, y facilitó la transición pacífica de un sistema dictatorial a uno democrático. Sin embargo, 30 años después aún se mantiene, aunque chirríe. ¿Por qué? Seguramente porque los partidos mayoritarios han visto un filón, y no les conviene cambiarlo.

No cabe duda de la necesaria reforma del sistema electoral, una mejor regulación de partidos (financiación) y más transparente, un Senado competente y más revitalizado, un sistema de descentralización coherente, sin ambigüedades y sobre todo, con un mayor control, tanto interno como externo.
- Sin embargo, no debemos olvidar el país dónde vivimos, ya que también está el tema de la idiosincrasia española. Seamos sinceros, aquí seguimos siendo unos insolidarios y unos corruptos por naturaleza. Compramos una radio robada y nos autojustificamos diciendo "si no la compro yo la comprará otro". Y si el camarero se equivoca a nuestro favor, no sólo nos callamos sino que luego fanfarroneamos de ello con nuestros amigos.

Comentaba el otro día a un amigo el caso de un conocido que trabajaba en Suecia. El primer día de trabajo, en una multinacional automovilística, fue a la empresa con un compañero sueco, llegaron temprano, con tiempo de sobra, tanto era así que el parking aún estaba vacío.

Sin embargo, el compañero de este chico aparcó bastante alejado, para extrañeza del español. Al día siguiente sucedió exactamente lo mismo.

Ya el tercer día, y con algo de confianza, el español le preguntó al sueco que por qué aparcaba tan lejos, teniendo todos los sitios más cercanos vacíos y disponibles.

El sueco lo miró extrañado y le dijo, "bueno, puede ser que algún compañero venga más apurado de tiempo y necesite aparcar más cerca para no llegar tarde".

El español se quedó perplejo y empezó a entender que la forma de pensar allí es totalmente distinta a la española.

Cuando le contaba la anécdota a mi amigo, éste rápidamente saltó, y me dijo utilizando su usual ironía: "Ahora me siento mal porque llego todos los días el primero a mi trabajo y aparco lo más cerca de la puerta que puedo....mañana les dejaré el sitio a los pobres muchachos que no son capaces de levantarse a su hora, bastante tienen con ese sufrimiento de por vida!!! Pobrecitos!!....uno de ellos, mi jefe...llega a partir de las 9'30 para no pillar atasco, nada más que por eso se merece que incluso le aparque yo el coche!!!
Claro, lleva razón, siempre habrá algún listo que se aproveche de la situación, ese es el problema. Si todos pensásemos igual sólo el que realmente llegase tarde involuntariamente aparcaría delante, pero al día siguiente sería él el que cediese el sitio...pero claro, eso es demasiada utopía hasta para Carlitos Marx....
Volviendo al tema anterior, os dejo dos ideas para reflexionar:

- Los periódicos sacan todos los días nuevas tramas de corrupción, sin embargo, y curiosamente, no es un tema de los que más preocupa a los españoles...¿será que todos en el fondo justificamos su acción, con el clásico "si yo estuviera en su lugar también lo haría"?

- Ninguna trama de corrupción (desde la de Marbella de hace años hasta el Gürtel) ha salido de oficio, es decir todas las investigaciones han comenzado, o bien por casualidad, normalmente por una acción de la policía en otro caso distinto y donde, de rebote observan algún hilo que no encaja, empiezan a tirar y se encuentran todo el fregado o bien porque ha habido alguna denuncia previa (normalmente alguien que no se llevaba todo lo que él creía que se merecía, y escocido, acude a la policía, otro clásico...
En fin, que me voy a ir antes de que el camarero se de cuenta de que me ha cobrado sólo un café en lugar de los dos que realmente me he tomado...

jueves, 29 de octubre de 2009

Lo temático no es basura si está en su sitio

Hoy pienso que con la telebasura pasa como con el muñeco del anuncio del coche, ese que va creciendo conforme más amor le dan sus dueños.

Los programas indecentes, obscenos, violentos y morbosos crecen y crecen al mismo ritmo que su audiencia, porque no nos engañemos, las televisiones y productoras son empresas con afán lucrativo, y si invierten en mierda es porque la mierda da dinero, eso está claro.

Hoy leo que el próximo domingo, Digital+ estrena un nuevo programa titulado "Encerrados en la casa". No podía ser de otra manera, muchos hombres, sino todos, alguna vez han imaginado (alguno incluso deseado), viendo Gran Hermano, que en cualquier momento comenzaría una orgía entre varios de los participantes, en directo, con Mercedes Milá al otro lado de la pantalla y con cara de lela mientras observa, entre sorprendida y celosa, como "sus niños" juegan a los médicos sin necesidad de fonendo.

Pues bien, por fin un productor valiente también lo imaginó, y lo que es mejor, lo ha llevado a la realidad, así, el próximo día 1, comenzará el primer reality-sex español en el que siete concursantes, chicos y chicas, mostrarán al desnudo todas sus habilidades sexuales.

"!Qué desfachatez! !Hasta aquí podíamos llegar! Pensarán algunos"... "Han superado los límites de lo insuperable!" gritarán otros.

Pues a riesgo de ser políticamente incorrecto, tengo que decir que me parece estupendo, ya era hora de que las cosas se hiciesen bien. Y digo esto por dos razones:
Primero, porque creo que en este caso no se esconde nada tras el programa, lo han vendido como lo que es, un show porno, ni más ni menos, no hace falta disfrazarlo de investigación antropológica sociológicamente interesante, como haría la escatológica Merceditas.

En segundo lugar, Digital + acierta poniendo el programa donde corresponde, en su canal Taquilla de cine adulto. Vamos, que el que lo ve sabe lo que está viendo y paga por ello.
Además, durante el rodaje, un equipo del programa Mundo X de Canal+ ha visitado la casa y ha realizado entrevistas a sus participantes que ofrecerá a partir del próximo 27 de noviembre a las 00:50. Es decir, a horas dónde el que está despierto, debe, al menos, ser mayorcito.

Pues lo dicho, de momento, me parece bien, supongo que, no obstante, no habrá otro remedio que ver el programa para después poder juzgar sobre la calidad del mismo...

lunes, 26 de octubre de 2009

Su mejor arma: el silencio

Hoy pienso que en un momento en el que uno de los pilares de la democracia, los partidos políticos, están en entredicho y en el que los supuestos representantes de la ciudadanía, más que al servicio público parece que lo único que les importa es el suyo propio, se va uno de los grandes, el Excmo. Sr. D. Sabino Fernández Campo.


Podríamos destacar de él su frase más famosa, la que, en un momento de lucidez y dejándose llevar por su virtuosa intuición, hizo que España no cayese de nuevo en un período gris de la historia, "ni está ni se le espera", afirmó vehemente por teléfono ante la capciosa pregunta de un Juste Grijalba, entonces jefe de la división acorazada Brunete, que esperaba el OK de Armada para sacar los tanques por la mismísima Castellana.

No obstante, me quedo con otra frase suya, una de tantas sabias que por su cabeza salían, y que definía la lealtad como "decir siempre lo que sientes y dejar tu sitio si lo que dices no gusta".

Pues sí, hoy esa máxima que toda persona con cargo público debería llevar tatuada en la cabeza es justo lo opuesto a lo que está de moda, "digo lo que quieras oir, con tal de no irme, que este sillón me gusta mucho".

Sin embargo, si por algo se caracterizó fue por su discrección, por su silencio, como él mismo decía "en mi caso el silencio es la mejor lealtad".

Quizá por eso ha elegido un momento político así para irse, siendo leal a España, dando ejemplo... en silencio.

Descanse en paz

viernes, 23 de octubre de 2009

Citius, altius, fortius...corruptus

Hoy pienso que a veces me pongo pesado, pero es que leo el periódico esta mañana y no puedo evitarlo.

Resulta que tras los escándalos del COI por los sobornos que se hicieron a sus miembros en los JJOO de invierno de Salt Lake City en 2002, ahora salen a la luz unas declaraciones de el ex-ministro chino de deportes en las que afirma que Jaques Rogge, actual mandamás del olimpismo, pactó lograr los votos de los miembros europeos del COI para la candidatura china a los JJOO de 2008 a cambio de que posteriormente ese apoyo fuera recíproco a la hora de suceder en el cargo a nuestro compatriota Samaranch.

La BBC ya demostró, en un gran reportaje, mediante cámara oculta, que los votos de los "coítos" (no confundir con "coito", éste mucho más placentero) estaban a la venta del mejor postor.

¿Y qué? ¿Acaso alguien dudaba que esto de las olimpiadas funcionaba así? Chanchullos existen en todos lados (véase el premio Nobel, ¿verdad?) pero es que aquí, funcionan de forma transparente.

Quiero decir que aquí se permiten los lobbys durante los tres días antes de la elección final, se hacen cínicas visitas a las ciudades candidatas y se elaboran monstruosos informes. Pero al final, en todos los medios lo que se destaca es si tal líder irá o no al lugar de la elección y el peso que tiene a nivel mundial para poder influir en la decisión de los insignes miembros.
Es decir, que es algo sabido, reconocido y asimilado que, al final, no se elegirá aquella ciudad con mejor proyecto, sino que lo que cuenta es la presión política, carisma de un líder o... las dádivas.

Es más, creo que no cabe ninguna duda de que aquí los parámetros objetivos no existen y si una elección de tal envergadura, por el coste económico que conlleva, se deja en manos de cien personas, que pueden elegir por criterios subjetivos, sólo nos queda una cosa: "Te ofrezco esto a TI, a cambio de tu voto".

Madrid lleva dos fiascos seguidos. No sé si merecida o inmerecidamente. Pero ¿alguien duda de que Blair no prometió nada a Alberto de Mónaco a cambio de la capciosa preguntita que lanzó a la delegación madrileña hace 4 años?

martes, 20 de octubre de 2009

Hoy pienso que hace unos días comentaba con un amigo lo de la obtención del premio Nobel de la Paz por el idolatrado Obama.

Mi amigo parecía desengañado e incluso algo indignado. Según él, tras el fiasco en Copenague de la nominación de Chicago como anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2016, Obama necesitaba resarcirse por el descenso de popularidad, ya que por una vez, el dios Barack se hizo carne y habitó entre nosotros...y pareció no gustarle, así que necesitó encumbrarse otra vez en lo más alto, y para ello, nada mejor que usar de catapulta los mundialmente reconocídisimos Premios Nobel.

"Para mí", me decía mi colega, "estos Premios han perdido todo su prestigio y valor. Está claro que hay intereses económicos y políticos detrás de las nominaciones".

Por suerte, allí estaba yo para, con la ayuda de la verdadera memoria histórica, esa que se mide con hechos objetivos y datos reales, corregirle, y decirle que detrás de los premios Nobel siempre existieron intereses ocultos, incluso antes de que Mr. Yeswecan Obama necesitase tirar de ellos en beneficio propio.

Sólo hace falta recordar que hace tan sólo dos años el ganador de tan preciado galardón fue Al Gore, ¿Nobel de la Paz? Sí, él sabrá por qué.

Una década antes, en 1994, el premio, compartido, fue a parar a manos de Yasser Arafat, Shimon Peres e Yitzhak Rabin, por "sus intentos de crear la paz en Oriente Medio", lástima que sólo se valorasen esos intentos, y no los auténticos resultados, que no fue ninguno.

En 1973, a Henry Kissinger, entonces Secretario de Estado del Gobierno de los EEUU, compartió el premio Nobel con el norvietnamita Le Duc Tho, por el acuerdo de paz que firmaron para poner fin a tan sangrienta guerra. Hoy es considerado por muchos el mayor criminal de guerra que anda suelto por el mundo, con controvertidas actuaciones militares en Argentina, Chile, Indonesia o Camboya. Hoy, ni Garzón ha podido probar nada, aunque como muestra un botón, el líder norvietnamita rechazó el premio y la generosa dotación económica que conlleva mientras nuestro amigo Henry no tuvo ningún problema en aceptarla. Sin duda pensó que se la merecía.

Pero si vamos más allá, también podemos fijarnos en la lista de nominados, donde figuran nombres tan ilustres como Adolf Hitler, nominado en 1939, cuando ya había escrito su gran libro "Mein Kampf", había declarado su aversión por determinados sectores raciales de la sociedad e incluso había invadido militarmente ya Checoslovaquia. Por cierto, que unos años antes también había declarado que "para la mujer alemana su mundo es su marido, su familia, sus hijos y su casa". Si llega a ser entonces ministra nuestra Bibi...

Otro insigne nominado fue un tal Stalin, conocido dictador y gobernante de un régimen represivo caracterizado por la presencia de campos de trabajo, campañas de represión política, deportaciones y algún que otro genocidio. Este fue nominado no una, sino dos veces, en 1945 y en 1948. Claro, que era comunista, no fascista.

Menos mal que de vez en cuando a la Academia de Alfred Nobel no le queda más remedio que acertar y darle el premio a personas como la Madre Teresa de Calcuta o Mahatma Ghandi...huy, perdón !que a éste nunca se lo dieron! Pues no se lo merecería tanto...

miércoles, 14 de octubre de 2009

El tiempo da y quita razones

Hoy pienso que esa manida frase está llena de sentido y de razón.
Sabio debió ser aquél que la esbozó por primera vez... "el tiempo pone a cada uno en su sitio" y por supuesto, es el único que te puede dar o quitar la razón.

Y esto me viene a la mente porque hace unos días, Mario Conde presentó su libro "Memorias de un preso", en cuya presentación, todo ha sido elogios hacia su persona. Bueno, algo lógico, si tenemos en cuenta que a las presentaciones de un libro uno deja a sus enemigos en casa.
El caso es que Mario siempre fue un personaje, eso no cabe duda, sin embargo, desde que en 1994 ingresó en prisión, nunca más se supo.

Podríamos pensar que durante sus años en la trena lo normal es no estar para muchos alardes, sin embargo, una vez fuera, Mario no ha salido con sed de venganza, su tiempo en la sombra y la muerte de su mujer le han transformado, su arrogancia ahora es dignidad, su templanza se ha convertido en serenidad y su inteligencia parece más bien sabiduría.

No despotrica contra nadie, a pesar de que, por una causa o por otra, razones tiene miles. No quiere gritar. Me da la sensación de que ni tan siquiera persigue el éxito, al menos material.

Como digo, no puedo evitar pensar también en otro multimillonario que tras ser un exitoso banquero, ha acabado con sus huesos en la cárcel. Sin embargo, éstos son los únicos parecidos entre uno y otro, ya que la historia de Madoff poco tiene que ver con la de Mario Conde.

Ahora leo que Madoff ha tenido su primera pelea en la cárcel, y lo que es más curioso, ha salido vencedor, ganándose el respeto del resto de los reclusos. Seguramente acabará haciéndose el capo del trullo. Eso lo dice todo de quién es uno y quién es otro, y sobre todo, quién está dónde tiene que estar y quién, quizá, nunca tuvo que estar...







domingo, 4 de octubre de 2009

Un asunto de honor

Hoy pienso que entre mis conocidos cuento a menudo la anécdota de lo que me contó un funcionario japonés, hablando sobre nuestras respectivas culturas.

Con su simpatía y humildad características, me contaba mi colega que en Japón muere un funcionario cada vez que una Ley entra en vigor. "No sé si será el estrés al que somos sometidos durante su elaboración, o la responsabilidad que tenemos", me decía, "pero siempre hay uno al menos que no lo soporta y acaba con su vida".

Me hablaba así, del alto grado de significación que para ellos tiene el honor, esa palabra que para nosotros está obsoleta y sólo la escuchamos en las pelis americanas.

Ahora leo que el ex ministro de Finanzas de Japón, Shoichi Nakagawa, ha sido encontrado muerto en su vivienda en Tokio, barajándose como causa probable el suicidio.

Seguramente por estos datos no sabéis de quién hablo, pero si os digo que Nakagawa era aquel ministro que dimitió después de que en febrero participase en una bochornosa conferencia de prensa en la cumbre del G-7 de Roma, donde parecía estar ebrio, ya sí sabréis a quién me refiero.

Su partido , el PDL (conservador) perdió las elecciones de hace algo más de un mes, entre otras cosas por diversos escándalos.

Supongo que para Nakagawa no fue suficiente con dimitir en su momento, para él, la derrota aplastante en las urnas sería una cuestión de honor.

En nuestro país, donde las dimisiones sólo son ceses escondidos y uno no sale del despacho voluntariamente ni para satisfacer las necesidades fisiológicas, no voy a pretender ahora que nuestros políticos lleguen al extremo japonés, pero al menos, podrían empezar a incluir en sus propios diccionarios las palabras honor y responsabilidad... bueno, incluirlas... y aplicarlas, claro.