martes, 29 de abril de 2014

Caprichos de mi pluma para un 29


Hoy pienso que me perdonen los que esperaban otra cosa, pero es que mi pluma hoy sólo dibujaba así...

Y preguntaron a la luna las estrellas
si su luz brillaba débil… ¿cuál razón?
mientras robaba su presencia el nuevo día
dulce luna contestaba con tristeza
y escuchaba el firmamento su canción:

“Alguien brilla de belleza con más fuerza 
escondiendo las tinieblas con su risa,
dulcifica el verde mar con su silueta
y su piel canela atempera al viento su sabor


Duerme tranquila, entonaron a la luna los luceros
pues el sol no más no rozará su corazón,
esa niña hoy por fin ya tiene dueño
un dueño que es esclavo de su amor.

lunes, 28 de abril de 2014

No es running, es diversión

Hoy pienso que ayer disfruté de mi primera maratón urbana, iba a decir que corrí, pero no, no se trata de correr, se trata de divertirse, pero diversión en el más amplio sentido de la palabra.

Para los no iniciados en esto del running (que es como está de moda llamarlo ahora) durante la carrera hay unos corredores que van portando un globo gigante que anuncia el tiempo al que ellos llegarán a la meta, de forma que si te quieres fijar el ritmo adecuado para llegar en ese tiempo, sólo tienes que ir a su lado. Pues bien, minutos antes de la salida, allí estábamos todos los corredores juntos, apelotonados esperando el pistoletazo de salida, tanto los que se animaban con los 21 km. como los inconscientes que íbamos a por los 42 km. y pico de que consta la Maratón. 

Y allí estaba yo, junto al corredor que portaba un globo verde con la marca de 1 hora y 30 minuto. 

En ese momento, se acerca un chaval joven algo despistado y me pregunta muy serio: "Este globo, ¿es de la media o de la maratón entera?". Ante tal pregunta, sorprendido y sin palabras, otro corredor que estaba al lado, no pudo evitar contestarle: "Mira chaval, si me dices que vas a correr la Maratón en una hora y media, me hago una foto contigo ahora mismo y me voy a mi casa porque hoy ya me has regalado el día". Seguidamente se empieza a reír, me coge del hombro y me dice, "vamos a buscar el globo de las dos horas que nosotros somos menos ambiciosos, ¿eh?". El pobre chaval se rió con nosotros aunque no muy convencido... Imagino que lo entendió al enterarse de que el ganador de la Maratón, un Keniata, empleó "sólo" 2 horas y 9 minutos...

En este tipo de eventos tan masificados, a la hora de hacer la inscripción te piden que les digas el tiempo que crees tú que harás en la carrera. De esa forma te colocan por cajones, es decir, al principio los que van a ir más rápido y así sucesivamente, de forma que se eviten empujones, aglomeraciones y sobre todo, pérdidas de tiempo para los más rápidos teniendo que adelantar a aquellos que no lo son tanto.

En mi caso, puse 3 horas y media, y tuve el honor de ir situado en el primer cajón, tras los corredores de elite. El caso es que, de nuevo, poco antes del comienzo, y antes de que el chaval pusiese la nota de humor con lo que he contado, me fijo en una mujer mayor, de unos cincuenta y mucho años, situada un poco más adelante de mi. La mujer, con su chaqueta del chandal puesta por encima, y muy seria, allí estaba, como quien va a comprar el pan. Al empezar la carrera y salir todo el mundo disparado, la pobre mujer ponía las dos manos tratando de no tropezar con nadie mientras le venían corredores por todos lados... Por desgracia la adelanté y no sé qué fue de ella, pero sospecho que ella había salido a comprar el periódico y se equivocó de cola acabando en mitad de ese embrollo...

Sólo puedo decir que la experiencia ha sido increíble, el ambiente inmejorable, con un público dispuesto a darlo todo, animando sin parar, hasta el punto de que mientras corría, discerní a mi hermano a lo lejos, entre la gente, con el gesto torcido tratando de divisarme entre tanto loco corriendo, así que comencé a agitar mis brazos, como un náufrago en una isla desierta que trata de avisar a un barco que ve a lo lejos, pero mi hermano continuaba sin verme. Sin embargo, un hombre de mediana edad, que estaba a su lado, me mira, me sonríe y empieza a hacer el mismo gesto con sus manos... Imagino que pensó que me conocía o puede que simplemente estuviese siendo amable y empezó a animarme, no importa, fue un gesto curioso pero encantador.

Hoy no quiero aburriros con mis sensaciones en la carrera, ni de cómo logré superar el objetivo que me había fijado, ni siquiera de los calambres y tirones que me dieron por el camino... En lugar de eso, sólo resaltaré la gran organización del evento, y sobre todo la actitud de todos los voluntarios que no paraban de animarte y preocuparse por tu estado y ponértelo fácil para que siguieses corriendo.

Ésta no ha sido una carrera más, ha sido muy especial, primero, porque era mi primera maratón y segundo porque tengo dos nombres en la cabeza sin los cuales yo no habría llegado a la meta. 

Uno, mi hermano, que me motivó antes, me animó durante y me felicitó al terminar la carrera, pero sobre todo me mimó durante toda la semana y, aunque parezca increíble, no me dejó sólo en los 42 kilómetros que estuve corriendo. Hizo un esfuerzo titánico por encontrarme una y otra vez, y cada vez que miraba, allí estaba él con la cámara y gritando mi nombre. No sabéis lo que significa eso cuando entre tanta gente te sientes tan sólo. Por cierto, que ahí estuvo a su lado el gran Dani, muerto de envidia por no poder haber corrido y siempre con su especial encanto para dar ánimos.

La otra persona especial fue mi angelito. Ayer fue su santo, y aunque en un principio iba a subir a Madrid conmigo, finalmente no pudo. El sábado por la mañana, hablando de su santo, le pregunté que qué quería que le regalase, ella me miró y me dijo: "Papá, tu regalo es correr esa carrera tan dura y hacerlo por mi, pero no te olvides de gritar mi nombre."

En el kilómetro 40, sufrí dos tirones en ambas piernas, no podía continuar, me quedaba poco para entrar en el Retiro, donde estaba la meta, pero no podía ni dar un paso más. Un voluntario me echó un poco de Réflex y entonces ocurrió, os prometo que fue así. Me acordé de ella y de lo que me dijo, y empecé a decir su nombre una y otra vez, Leticia, Leticia Leticia... Poco a poco me repuse y llegué, ¡Vaya sí llegué! Con los brazos en alto y su carita de ángel al fondo.

Muchos pensarán que estoy loco y que correr es un sufrimiento absurdo, pero como empecé este post diciendo, es que no se trata de correr, se trata de aprender, de conocerse a uno mismo, de conocer a los que están contigo y te apoyan... Y los que no te apoyan. Resumiendo, ¡se trata de divertirse!

viernes, 25 de abril de 2014

Mira que eres cruel

- Pero sólo tengo 45 años, soy muy joven, no?

- ¡Ja ja! Hace poco una niñita de 8 años me dijo exactamente lo mismo...

- Siempre he hecho deporte, fui futbolista profesional, ¿sabes? ¡Y además me sigo cuidando bastante!

- No es suficiente...

- Además soy un luchador nato, ¡Puedo seguir luchando!

- Me sigues haciendo reír, ¡No seas ignorante! Si supieras la de gente que ha pasado por lo mismo pensando que también podía...


- Y dejé mi trabajo, que era lo que más quería, para dedicarme en cuerpo y alma a mi salud y recuperarme... ¡No me puedes reprochar que no haya hecho todo lo que estaba en mi mano!

- Anda, cállate ya y cierra los ojos, que ya es la hora, ¿no ves que conmigo no vale nada de eso?

- Mira qué eres cruel, cáncer...

Dedicado a Tito Vilanova (1968-2014). Descanse en paz.

jueves, 24 de abril de 2014

Educando con parches

"Un cirujano del siglo XVIII en un quirófano del siglo XXI no sabría probablemente ni dónde está. Pero un profesor del siglo XVIII en un aula del siglo XXI podría dar clase sin ninguna dificultad."
Stephen Downes.

Hoy pienso que anoche leí la propuesta lanzada por el Gobierno madrileño de dejar que los licenciados universitarios puedan acceder a las oposiciones de maestros, esto es, dar clase en los colegios de educación primaria.
 
Así, a bote pronto, tal y como está confeccionado nuestro actual sistema universitario y el acceso al cuerpo de maestros, me parece una barbaridad.
 
Tendríamos que retrotraernos a la antigüedad, donde para los clásicos griegos el ideal educativo residía en buscar la formación integral del educando, sintetizada en la "kalasogatia"; es decir, vivir feliz y bellamente. Para ellos, un maestro formaba a un alumno de forma integral, fomentando su desarrollo en todos las disposiciones humanas, esto es, intelectuales, morales y éticas.
 
Hoy se ha perdido parte de esa esencia en nuestro sistema y poco a poco hemos creado un método especializado y tan técnico, que, desde que los niños tienen 6 años les ofrecemos una silla y una mesa para que, desde allí y durante los próximos 20 años, tratarán de formarse intelectualmente a base de memoria, papel y lápiz.
 
Visto así, la propuesta de Ignacio González, no es mala. Nadie va a saber tanto inglés como un nativo nacido en Wisconsin, igual que nadie multiplicará mejor que un matemático doctorado Cum Laude cuya tesis trataba sobre el color de la ropa interior de Fourier.
 
No obstante, deberíamos plantearnos qué es más importante en un niño de 7 años, ¿el contenido o la forma? A esas edades, los temas a aprender son básicos, es decir, que para enseñar a sumar y restar o explicar los ríos de España quizás no sea imprescindible conocer el resto de ríos del mundo y todos sus afluentes y sí, en cambio, tener la paciencia y las dotes de enseñanza para motivar, divertir, enseñar y educar a los alumnos.
 
No creo siquiera que a esas edades sea bueno la diversidad de profesores. Creo que el tener un sólo tutor (con algunas excepciones, como puede ser el inglés o la educación física) es más instructivo para el niño, que busca un referente. Además, a esas edades en que se está formando la personalidad y en que cada niño tiene un nivel de madurez distinto, es muy importante que el maestro los conozca de forma personalizada e individual, que pase tiempo con ellos y que los trate de forma distinta y que sepa exigir a cada uno lo que necesite, y esto, con un maestro por asignatura, es prácticamente imposible.
 
Creo que la carrera de Magisterio, más que enseñar conocimientos, difunde metodología, pedagogía y los valores necesarios, que unido a los conocimientos básicos, que también han de ser instruidos, y la fundamental vocación que ha de venir de serie, hace que esta carrera sea necesaria para poder ser maestro, porque al fin y al cabo, como decía  Horace Mann, "el maestro que intenta enseñar sin inspirar en el alumno el deseo de aprender está tratando de forjar un hierro frío".
 
Es cierto que si el sistema educativo fuese distinto, las opciones podrían ser también otras, como la de realizar un grado universitario para licenciados en otras áreas y  que su obtención les diese la oportunidad de acceder a las oposiciones de educación primaria.
 
Ya de paso tampoco estaría mal que se implantase una formación continua real del profesorado, como también una evaluación de su desempeño. En fin, que hay muchas formas de mejorar nuestro denostado sistema educativo, pero buscando el origen del problema y atacando la raíz del mismo, no poniendo remiendos y más remiendos que, al final, sólo agigantan aún más los obstáculos e impiden su solución. 

miércoles, 9 de abril de 2014

Piropea, que no me ofende...

Hoy pienso que fue hace ya 12 años cuando aprobé mi oposición. Fuimos 3 afortunados y 10 chicas. Entonces ya existía eso de la discriminación positiva y quedaba poco para la Ley de paridad.

Hoy leo que la Consejería de Hacienda de la Comunidad Valenciana ha convocado oposiciones para Inspectores de Tributos, y que en su convocatoria discrimina positivamente... a favor de los hombres.

Así es, debido a la reducida representación de varones entre los aprobados, se ha decidido valorar, en caso absoluto de empate en las notas, que prime el sexo masculino.

Muchos han celebrado la noticia como un acto de sensatez que demuestra que la discriminación positiva es justa y no entiende de sectarismos ni ideologías, sino que simplemente trata de enderezar situaciones que la sociedad o la propia naturaleza torció en su día.

No soy yo muy partidario de la discriminación positiva, y así lo he defendido alguna vez. Y ello porque entiendo que precisamente, en un ejercicio de objetividad, el puesto ha de ir para aquel que más lo merece, independientemente de llamarse Manoli o Juanito. Pero además, porque en un acto de egoísmo, si me encuentro en mitad de un incendio, encerrado en un cuarto piso, quiero que me salve la vida aquel bombero o bombera que tenga más posibilidades y esté más capacitado para hacerlo, sin que me tenga que acordar allí arriba de la cuota paritaria cuando vea a una mujer subir por la escalera mecánica mientras me dice que ella no puede cogerme en brazos porque peso demasiado, igual que no quiero ir en una ambulancia, con mi vida pendiente de un hilo y que un machote conductor tarde 5 minutos más de lo que tardaría una habilidosa mujer que, sin embargo, no consiguió el puesto porque  ya había 3 mujeres en nómina.

De todas maneras esta noticia me la esperaba desde hace tiempo. He escrito muchas veces sobre el cambio que se está produciendo en la sociedad... Los hombres nos depilamos, llevamos pendientes en ambas orejas, tomamos Actimel para el colesterol y le preguntamos al camarero de un bar por los ingredientes secretos de esa salsa tan rica que lleva el estofado que nos ha puesto.... Mientras tanto, las mujeres se dan de leches en un avión borrachas en plena despedida de soltera, reivindican el pelo sobaquero, hacen comentarios lascivos sobre actores que hacen de narcotraficantes en alguna serie de televisión y se dan a la fuga en su coche cuando la policía les da el alto y las multa.

Estas oposiciones marcarán un antes y un después. ¿Positivo? Sigo pensando que la evolución no hay que forzarla si ello implica heridos por el camino, no creo en aquello de que para hacer una tortilla haya que romper huevos, aunque parezca una perogrullada. La discriminación es discriminación y sea positiva o negativa, es injusta, por propio concepto. Si justificamos los medios para conseguir el fin, mal vamos.

Dicho eso, trataremos de ir con los tiempos, atrás quedaron los Clark Gable y nuestro Bertín Osborne.  Hoy el hombre feo es feo y punto, ni oso ni hermoso y la mujer ya puede tirarle los tejos a un hombre sin necesidad de parecer una descarada o algo peor. Eso es bueno, no lo dudo, aunque no puedo evitar quedarme con algunas cosillas de antaño que no hacen daño a nadie y que a mi me sigue gustando... así que permitidme que le siga cediendo el asiento a una mujer en el autobús y que me ofrezca a invitarle a un café a esa amiga con la que departo un buen rato de tertulia... y si eso, ya me dejo yo decir algún piropo, que os prometo que no me ofende...

miércoles, 2 de abril de 2014

Aprender viviendo y vivir aprendiendo

Hoy pienso que últimamente oír hablar de PISA ya no nos suena a torres torcidas o pizzas con mucha mozzarela. No, ahora PISA huele a informe, y lo que es peor, a informe malo, a tirón de orejas.

Precisamente ayer la OCDE sacó un nuevo informe PISA en el que nuestros jóvenes vuelven a suspender. Aunque yo preferiría decir que somos nosotros los que hemos suspendido.

Esta vez no se trata de mero rendimiento académico, esta vez han evaluado la "resolución de problemas" y es ahí donde España se sitúa en el puesto 29 de los 44 que han realizado la prueba, ocupando el puesto 23 de entre los 28 países que pertenecen a la OCDE.

Resulta que nuestros chicos tienen dificultades para programar el mp3 y para manejar la aspiradora. ¡Cómete esa!

En seguida han saltado las alarmas, y por supuesto, todos empiezan a echar balones fuera con el clásico no he sido yo, has sido tú. La oposición critica al Ministro Wert, algo ya habitual, y el Gobierno dice que la culpa es de Zapatero, algo también muy habitual.

Leo que el Ministerio de Educación ha planteado ya poner en marcha una plataforma digital con las CCAA para ofrecer formación a los profesores en competencias pedagógicas innovadoras y la puesta en común de buenas prácticas docentes.

Como conclusión final pues, nuestros chicos no están preparados para enfrentarse a la vida diaria por culpa de una metodología docente basada únicamente en la memorización.

Pues sabéis, no estoy del todo de acuerdo.

Por un lado, no sé este tipo de estudios cómo se hacen, pero permitidme que discrepe, dentro de mi osada ignorancia, respecto a eso de que los adolescentes no se manejan con un mp3. Si de algo estoy convencido es de que cualquier adolescente me puede enseñar, sobre Iphones, smartphones o tablets, en 5 minutos, más de lo que yo he aprendido por mí mismo en varios años.

Lo de la aspiradora sí es más creíble, es más, muchos seguramente no sepan ni lo que es una escoba, pero, ¿de eso realmente tienen la culpa los profesores?

No dudo de que nuestro sistema educativo merece una buena vuelta, sin embargo, ¿este estudio es crítico con el sistema docente? Porque, a mi modo de ver, la preparación para la vida se debería obtener en casa, y sin embargo todavía no he escuchado ni una sola referencia al papel de la familia en todo esto.

Damos por sentado que el colegio es la fuente de todos los males. La sociedad, la vida y nuestros hábitos han cambiado. Ahora los papis, que antes eran papás y antes de ese antes eran padres, soltamos a unos renacuajos en el palacio educativo a eso de las 9, algunos incluso antes, todavía de noche, sin desayunar y medio dormidos. Los recogemos ya por la tarde, comidos y con los deberes y las actividades extra escolares ya hechas. Entonces es sólo momento de comprarle una chuche, llegar a casa, ponerle la tele para que esté tranquilo, darle la cena y a la cama.

Y todo esto, si somos afortunados y podemos llevarlos y traerlos al colegio, ya que en muchos casos son los abuelos los que se encargan de esa escasa labor que todavía hacíamos y que reducimos a la comida campestre del domingo.

Sin embargo, lo cierto es que al dejar a aquel niño allí, en la puerta del colegio, con él proyectamos una vida, con nuestras esperanzas, nuestras ilusiones y nuestras perspectivas. Y eso implica esperar resultados. Unos resultados a los que nos sentimos totalmente ajenos. Hemos delegado no sólo nuestras competencias, sino también nuestra responsabilidad y, como siempre, cuando uno delega,  después queremos y exigimos no sólo unos frutos, sino unos frutos acordes a nuestros anhelos, sin saber siquiera hasta dónde puede dar de sí un profesor, a los problemas a los que se ha enfrentado y, en la mayoría de los casos, sin conocer realmente a nuestro hijo.

La educación, la soltura, la cultura, las habilidades sociales y la superación de los problemas cotidianos se aprenden viajando, hablando, escuchando, jugando y compartiendo, pero también errando, discutiendo, regañando y llorando... En general, a vivir se aprende viviendo. 

El colegio ofrece muchas oportunidades para aprender, pero es en casa, a través del afecto y el cariño bien entendido donde tenemos la obligación y la responsabilidad de educar a nuestros niños para que sean capaces de afrontar ellos solos el mañana y eso, parece que, todos nosotros, lo hemos olvidado, incluso hasta cuando viene PISA y nos lo restriega por la cara...