viernes, 25 de junio de 2010

Las incongruencias de la hi-progresía

Hoy pienso que es lo que tiene ser tan progre. Defiendes todo tipo de prohibición, basándote en los derechos de los demás y en el tuyo propio (léase la prohibición de fumar en cualquier local público y las campañas anti-tabaco, por ejemplo), que de pronto te ves acorralado por tus propios argumentos.

En el caso de la igualdad de géneros (desacertada expresión, por cierto, ya que lo correcto sería decir igualdad de sexos) este tipo de creencia se ha llevado a su máxima expresión. Por la igualdad todo vale. Y nos hemos encontrado que si tu piso ardía y pedías desde la ventana auxilio, igual morías asfixiado porque el bombero que trataba de subir a rescatarte no era el más fuerte o el más preparado, era una mujer que accedió a través de una pruebas menos exigentes para mantener el cupo de paridad.
En el caso de la violencia de género (de nuevo, incorrecta expresión) la Ley 1/2004 ha llegado al extremo de castigar con mayor gravedad una paliza propinada por un hombre a una mujer que si aquélla hubiese sido a un anciano. Cosas de la discriminación positiva.


Sin embargo, ahora Bibi se ha encontrado con un problema. El PP ha logrado que el Senado apruebe su propuesta para prohibir el 'burka' (la túnica que cubre todo el cuerpo de la mujer, que sólo puede ver el exterior a través de una rejilla) y el 'niqab' (un velo en el rostro que sólo deja libres los ojos y una túnica hasta los pies) en todos los espacios públicos, incluida la calle. CiU y UPN han apoyado al Partido Popular, lo que ha permitido que su propuesta salga adelante por 131 votos a favor y 129 en contra.


Es incongruente que el PSOE vote en contra cuando en los 5 municipios catalanes donde ya se ha prohibido sí que han apoyado la prohibición, quizá es que en los pequeños ayuntamientos se es más práctico y no se hace tanta política.


Pero me interesaba la opinión de Bibi. Esa luchadora infatigable por los derechos de la mujer. Me extrañaba su silencio... Pero, qué va a decir, está claro que el burka y el niqab atentan contra el derecho más básico de la mujer, y que, por mucho que se empeñen algunos, no lo llevan voluntariamente, y aunque así fuese, sigue atentando contra el principio fundamental de la igualdad.


Tras 48 horas reunida con sus asesores, imagino yo, buscando un argumento para estar a favor de estas aberrantes prendas y por fin lo ha encontrado, asegurando que "una prohibición general" sólo supondría "añadir más penalización" a las mujeres que lo visten y que, a su juicio, ya "son víctimas" del 'burka'.


???? ¿Alguien entiende lo que ha querido decir? Yo desde luego no.


Después trató de explicar sus palabras y señaló que "objetivo no es sólo que los 'burka' desaparezcan de las calles, sino que las mujeres no tengan que llevarlo en la vida pública ni en la privada, y para conseguirlo hay que hacer un trabajo serio contando con las comunidades musulmanas desde la educación y la formación para que prevalezca el respeto a los derechos de la mujeres".


!Anda! Pues ese mismo razonamiento lo podría aplicar para la obligatoriedad de la paridad en los mandos directivos de las empresas, por ejemplo.


Es más, ya de paso, que hable con su colega Trini y piense que el tema del tabaco igual también debería abordarse desde un planteamiento serio y de base, ¿no?
Aunque bueno, en el tema del sexo sí que lo hacen sí, nada de prohibir, lo mejor es educar desde bien jovencitos cómo hacerlo, qué medios utlizar y hasta dónde... y si no tienes con quién, pues también te enseñamos a que te entretengas tú solito...

Esta Bibi... es lo que tiene la hi-progresía...

martes, 22 de junio de 2010

El hedor no está en las urnas, sino en los que cuentan los votos

"La lealtad al grupo que le ha acogido es obligada"
Jose Antonio Alonso. Portavoz del Congreso del PSOE

Hoy pienso que el artículo 67 de la Constitución Española señala en su segundo apartado que "los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo".

Esta frase, que debería ser una garantía del sistema parlamentario dispuesto por nuestra Constitución es hoy día y a todas luces un absurdo.

Nuestro sistema electoral huele mal desde hace tiempo, no cabe duda, pero es que, como suele suceder con los malos olores, nos hemos acostumbrado a tan fétido olor.

No es la primera vez que pasa, por ello, no quiero parecer que critico, en este caso concreto, al PSOE por referirme a su portavoz. Esta crítica abarca a todos los partidos, que, interesados en mantener este status quo que les da de comer y hasta de beber, no sólo no tienen intención de reformar sino que demuestran su falta de respeto hacia un sistema que hace aguas.

Y aquí tenemos a todo un portavoz del partido mayoritario y gobernante en el Congreso, recordándole a Gutiérrez, que eso de pensar por uno mismo y tener propia opinión rien de rien.

Antonio Gutiérrez, con pasado sindicalista, no cree en esta reforma, y con un artículo publicado en el País, ha mostrado su disconformidad con una exposición razonada, clara y argumentada. Vamos, que no parece escrito por un político y mucho menos por un sindicalista. Con ese mismo sentido común, ha manifestado de forma discreta y respetuosa que se abstendrá en la votación sobre la reforma laboral.

La respuesta de su partido, el látigo público, y seguramente, en la intimidad, alguna sugerencia de que, si sigue en sus trece, en las próximas elecciones igual no hay hueco para él en las listas socialistas.

Esto es un dislate, creo que hay dos caminos, y ambos pasan por una reforma del sistema electoral. O elegimos a un partido, y que el partido vote desde su casa, sin necesidad de que 350 maniquíes acudan a un bonito salón con azafatos uniformados para hacer el paripé, lo cual supondría un ahorro considerable para el erario público. O hacemos una reforma profunda del sistema electoral, que incluya listas abiertas o la ampliación de las circunscripciones electorales, por ejemplo, o seguiremos mascando tan denso hedor democrático.

Pero claro, estando pendientes de la Selección, ¿quién se acuerda ahora del sistema electoral?

miércoles, 16 de junio de 2010

España gana 0-1

Hoy pienso que no pasa nada. España ha jugado contra Suiza, le han metido un gol y no han podido batir la meta contraria.

Sin embargo, la roja ha hecho un buen partido, sobre todo porque ha sido fiel a sí mismo, a su juego, ese tiki taka (que diría el gran Montes) que nos llevó a levantar la Eurocopa hace 2 años.

Pim pam pum, pim pam pum,... con paciencia, toca y toca, sigue y sigue... hasta que llegue el gol. Han sido fieles a su filosofía, pero desgraciadamente el gol no ha llegado.

Suiza ha hecho su partido, han sido duros, han jugado concentrados y muy serios. La fortuna les ha hecho meter un gol de churro y el resto ya es historia.

No pasa nada, si EEUU, según su gente, es capaz de ganar 1-1, nosotros no vamos a ser menos, España hoy ha ganado 0-1, !qué narices!

sábado, 12 de junio de 2010

Ya nada es lo que era...

Hoy pienso que estoy viviendo un nuevo síntoma de vejez.

Como todos los que se hacen mayores, me hago cascarrabias, miro a mi alrededor y veo que los jovenes ya no son como los de antes, "nosotros sí que sabíamos disfrutar de la vida", medito.

Estos políticos no tienen la talla, no ya de los Churchill o Roosevelt, tan sólo de los Suárez o incluso del actual jarrón chino que se dedica a hacer pendientes.

Hoy ya no existen los Parchís, Regaliz o Enrique y Ana, o nuestros dibujos animados como Ulises, Dragones y Mazmorras o Comando G, que ponían en la sobremesa los fines de semana, ¿dónde han ido a parar?

La sensación con el Mundial de fútbol es la misma. Mi primer recuerdo de un Mundial es un anuncio del Corte Inglés, un balón volando por el aire y una palomita de un trajeado Arconada. Plácido Domingo sonaba de fondo.

Ya con más nitidez recuerdo los épicos 12 goles a Malta, Maceda y un francés con nombre de español que nos sacaba el balón de bajo los palos, y el portero trajeado a gatas tratando de evitar ser recordado de por vida por una cantada. Pero aquello era otra historia...

Y llegó la Quinta del buitre. Esta vez sí, nos decíamos, mientras algunos incluso querían llevar a Butragueño a la Moncloa por sus 4 chicharros a Dinamarca. Pero no pudo ser. Bélgica y los penaltys nos lo impidieron.

En Italia Michel se reivindicaba con su famoso "me lo merezco", pero su cabeza, o mejor dicho, su no cabeza nos impidió seguir frente a una blanda, todavía Yugoslavia.

En el 94 llegaron los Guardiola y compañía, la selección del oro del 92. Y esta vez sí podía ser, y pudo ser, si no llega a ser por Tassoti y Salinas. Ese día, a todos nos sangró la nariz un poquito. Para mí, ese día fue doblemente triste, el fútbol y el amor se entremezclaron diabólicamente, y como si de una maldición se tratase, ese día me golpearon la nariz dos veces.

1998, ¿quién no recuerda a Nigeria? Esa gran final entre Francia y Brasil la viví en un atasco, después de unos días con los amigos en la playa. Sin embargo, curiosamente, son esas cosas las que más unen, no recuerdo otras finales, pero ésa siempre la recordaré en un Ibiza blanco con las ventanillas bajadas escuchando los goles de Zidane.

Llegamos al nuevo milenio, 2002, con esos madrugadores partidos, mientras estudiaba mis eternos apuntes. El gandul, ¿o era Al-Ghandour? hizo llorar a Joaquín, pero también a todos los españoles, hasta Camacho soltó alguna lagrimita.

Hace 4 años, la Sexta se bautizaba con una cobertura brillante del mundial, el fallecido Andrés Montes se pasaba al fútbol e imponía su controvertida personalidad como comentarista. España arrasaba en la clasificatoria, pero de nuevo nos íbamos a casa antes de tiempo.

Este año venimos con una Eurocopa debajo del brazo, un equipo de categoría y mucha ilusión, por supuesto. Sin embargo, durante las últimas semanas no he visto un ambiente de mundial como otros años.

Ayer mi decepción fue total, para empezar un Mundial que da comienzo un viernes a las 4 de la tarde. Como buen futbolero, me dispongo a verlo en un bar con pantalla gigante. Aún son las 3, los 40 principales y sus videos musicales inundan tanta pulgada pixelada. Mi decepción viene cuando le pregunto al camarero si van a poner el partido. "¿Qué partido?" responde, "España no juega hoy, ¿no?".

Finalmente logro ver el partido. Pero aún llegará una decepción más grande, cuando llego por la noche a mi casa y pongo Telecinco, con la intención de ver a los Uruguayos jugar contra nuestros killers de hace 4 años... Pasapalabra no es Ribery, ni Christian Gálvez es Forlán, pero parece que el concurso diario tiene más adeptos que un partido del mundial.

Me siento en el sillón, me abro mi cerveza fresquita y pienso... ya ni mi cerveza es la Alcázar de antaño... me estoy haciendo mayor...