viernes, 22 de enero de 2016

El resto será Historia

"Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas".

Hoy pienso que esta frase no es de hoy aunque podría serlo. En realidad corresponde a Alfonso XIII, quien tras las elecciones del 12 de abril de 1931 decidió huir a Francia sólo con lo puesto, dejando únicamente una pequeña nota, entre la que figuraba la frase citada.

España, 1.931. Se convocan elecciones municipales, de las que salieron, a  nivel nacional, 14.018 concejales monárquicos y tan sólo 1.832 republicanos. Ya en segunda vuelta, una semana después, los monárquicos volvieron a ganar de forma aplastante, obteniendo 22.150 concejales frente a los 5.775 concejales republicanos.

A pesar de estos resultados, varios factores, como el que los republicanos ganasen en las grandes capitales, les otorgó cierta legitimad moral que supieron convertir en presión social primero y represión social después, haciendo que la traducción de las urnas fuese la opuesta a lo que las papeletas decían... llegó la República, sin pebliscito, sin referéndum, sin tan siquiera haber ganado en número de votos, pero lo que las urnas no dieron directamente se corrigió a través de la negociación... el resto es Historia.

España, 1.936. Ahora sí, turno de elecciones generales. El ambiente está caldeado y España y los españoles están de los nervios. Las cosas no eran como se había prometido y como bien refunfuñó el bueno de Ortega, no era esto, no era esto lo que esperaban muchos de aquella República, que lo único que hizo fue separar y crear más odio entre españoles.

Y así, viendo que la derecha, representada por la CEDA era mayoría, en aquellas elecciones se formó una coalición artificial para plantarles cara, nació el Frente Popular, donde se unieron socialistas, comunistas y nacionalistas, un mix antinatura con un único fin, derrotar a la denominada derecha.

Aquellas elecciones también supusieron una derrota para la izquierda, sobre un total de 9.716.705 votos emitidos, 4.430.322 fueron para el Frente popular; 4.511.031 para las derechas y 682.825 para el centro. Sin embargo, en los sucesivos días se empezaron a producir una serie de acontecimientos que acabaron con una increíble y sorprendente mayoría del Frente Popular que le permitió gobernar... una vez más, lo que las urnas no dieron directamente se corrigió a través de la negociación. El resto es Historia...

Alemania, 1.966. Los demócrata-cristianos (centro derecha) ganan las elecciones, pero sin mayoría suficiente, llegan a un acuerdo con el Partido Socialdemócrata (centro izquierda). Nace la primera "Gran Coalición". El nuevo Canciller, Kiesinger, fue militante del Partido Nazi, entonces tan sólo habían pasado 20 años de aquel desastre que inició Hitler, sin embargo, se impuso la cordura y el sentido de Estado al rencor y a la memoria histórica, de forma que ambos partidos, de forma responsable, llegaron a un acuerdo, por el bien de Alemania. El líder socialdemócrata Brandt, incluso formó parte de aquel gobierno como ministro de Asuntos Exteriores, manteniendo el progreso de un país hecho añicos tan sólo 20 años antes. La negociación mantuvo lo que las urnas dieron. El resto es Historia.

Alemania, 2005. Merkel gana las elecciones al SPD (los socialistas) por tan sólo 4 diputados, se hacía imposible entonces mantener el pacto del Canciller Schroeder con los verdes y a los conservadores tampoco les valía el apoyo del Partido Liberal. Finalmente Merkel, la más votada, fue Canciller con el apoyo del SPD, quien conservaría varias carteras ministeriales, lo que parecía impensable fue una realidad, nacía la segunda Gran Coalición. La negociación mantuvo lo que las urnas dieron. El resto es Historia.
Alemania, 2013. Merkel recibe el respaldo de los alemanes y reedita su victoria, sin embargo no consigue la mayoría absoluta, los liberales, no entran en el Congreso y no pueden seguir apoyándola. Merkel se vuelve a sentar con el partido de centro izquierda, el SPD y cierran un pacto, cediendo 6 carteras ministeriales, el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, ocupa el cargo de vicecanciller y ministro de Economía. La negociación mantuvo lo que las urnas dieron. El resto es Historia.

España, 2015. El PP reedita su victoria en las elecciones del 20 de diciembre. Sin embargo, el panorama político cambia totalmente al aparecer en escena dos nuevos partidos que consiguen diversificar los votos y hacer del Congreso un compendio de colores que exige el acuerdo entre ellos para poder formar un gobierno estable. Rajoy pregunta al resto de fuerzas, sin embargo nadie le quiere y entonces aparece Sánchez, quien desesperado por llegar a la Moncloa, busca la unión de fuerzas de la izquierda para alcanzar el tan ansiado sillón, pero ni así le llega, necesita el apoyo de nacionalistas (¿o son independentistas?), sin importar su ideología, todo sea por cenar en la bodeguita de Moncloa.
Y así llegamos a hoy. ¿Qué será será? ¿Un triste adiós de Rajoy llorando por el amor perdido de su pueblo? ¿Socialistas, comunistas, nacionalistas y el visto bueno de los antisistema, como en la España del 36? ¿O será Una Gran Coalición PP-PSOE como las de Alemania?...

Decía Aldous Huxley que la más grande lección de la Historia es que nadie aprendió las lecciones de Historia... el resto será Historia...







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