lunes, 9 de diciembre de 2013

Difama que algo queda

Hoy pienso que cuentan que la Revolución Francesa no se fraguó en los despachos de Danton, Robespierre o Marat, tampoco triunfó gracias a los libros y las ideas de Descartes, Voltaire o Montesquieu y ni tan siquiera la cruel limpieza social llevada a cabo por los Sans-Culotte fue decisiva En realidad, el punto culminante tuvo lugar algunos años antes cuando un grupo de escritores inundó el mercado con obras que pretendían exponer el perverso comportamiento de los nobles, aristócratas y demás grandes de aquella Francia todavía monárquica. Estas historias, basadas en rumores y a veces en la simple imaginación del autor, "revelaban" secretos de los reyes y sus amantes, actividades lascivas y extravagantes de una reina impopular cuyo mayor pecado fue nacer en el extranjero, asuntillos de los aristócratas y de hombres de mundo convertidos en grandes relatos llenos de morbo y sedición. Había nacido la difamación como arma de manipulación.

El otro día, leí en el periódico una noticia relacionada con el Mercadona que me trajo a la mente aquel origen de la difamación.

Hace ya casi 12 años que descubrí este supermercado. Recién mudado a Santa Pola, pueblo de playa veraniego, poblado y con mucho movimiento, sin embargo en invierno tornaba a una cara mucho más desolada. Un Dia, varias tiendas de ultramarinos y un supermercado desconocido con letras verdes, desconocido para mí, era toda la oferta para hacerme con las viandas diarias.

Fue un amor a primera vista. Sus dependientes, profesionales, simpáticos y diligentes, sus estanterías tan limpias, precios competitivos y una marca blanca, propia, de verdadera calidad, que además no escondía el verdadero origen del producto.

Han pasado los años y aquel supermercado, al igual que su dueño y creador, se han hecho muy conocidos y populares. ¿quién no tiene hoy un mercadona al lado de casa? ¿quién no ha probado algún producto Hacendado?. 

El caso es que Don Juan Roig, desde hace tiempo ha venido innovando para conseguir ese éxito del que su cadena de supermercados disfruta hoy día. Esa innovación, como todas, no ha sido fácil. Ha supuesto, por ejemplo, enfrentamientos con grandes marcas, para que bajaran sus precios y poder seguir siendo un supermercado competitivo, además de una gran inversión inmobiliaria. Pero ahí está, una empresa española que hoy compite con grandes multinacionales internacionales.

No obstante, me he debido perder algo por el camino, ya que durante todos estos años, también he asistido a campañas de difamación contra su política de hacer negocios, denunciando, por ejemplo, que los trabajadores eran explotados mediante contratos basura y exigencias infrahumanas... No puedo decir nada al respecto, aunque un día, hablando con un trabajador de allí me decía que era todo lo contrario, que las mujeres gozan de grandes privilegios en caso de quedarse embarazadas, que los sueldos son muy razonables y que en general, no tenía queja. 

Sin embargo, hace unos meses, también leí una noticia en varios diarios, además de llegarme a través del whatsApp y por algunas redes sociales. Se trataba de la compra de aceite que Mercadona hacía para luego venderlo como marca blanca. Como digo, fue una noticia que incluso se publicó en diarios digitales como Alerta Digital, criticando que compraban aceite africano y que lo envasaban en Portugal.

Hoy leo con satisfacción e inmensa alegría que la propia envasadora que le vende el aceite a Mercadona anuncia que este año le ha vendido 90 millones de kilos de aceite virgen extra. Aceite de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Cataluña y Madrid. Esta vez no es un bulo, nada de mentiras ni rumores, una información seria, la verdad. Sin envasadoras en Portugal o aceite africano.

Es curioso que incluso hay una página web que se denomina boicotmercadona. Quizás me falta información, quizás soy un ignorante, pero hasta donde llega mi percepción de mero consumidor, Mercadona se ha hecho algo más que un hueco en el difícil sector de la alimentación a base de trabajo, innovación y calidad.

Lástima que siempre haya otros intereses que traten de aniquilar lo que en el fondo, es bueno para todos... o para casi todos, claro... 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es curioso que comiences hablando de ese "peculiar" invento de los franceses y que entre los principales competidores de Mercadona se encuentren grupos franceses: Grupo Carrefour)y Grupo Auchan (Alcampo, Jumbo, Sabeco y Simply) que imagino que en algo más de 200 años algo habrán aprendido...