jueves, 3 de julio de 2014

La vida es cambio

"Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar"
Elliot Gould

Hoy pienso que hace ya tiempo que Internet dio un vuelco a la forma de entender el mundo, y fue Steve Jobs el que terminó de ponerlo patas arriba cuando casó a internet con el móvil, de cuyo matrimonio alumbró la aplicación, ese pequeño bebé que hoy todos conocen por App

Seguimos ganándonos el pan con el sudor de nuestra frente, pero en cambio, hoy se puede trabajar, desde una tumbona en la playa, sin más ayuda que tu Ipad. Es cierto que el amor sigue inundando corazones, pero también lo es que hay novios apasionados que sólo se conocen a través del Skype. Los políticos siguen careciendo de la credibilidad que nunca tuvieron, pero ahora se ven obligados a dimitir como consecuencia de imágenes subidas de tono colgadas en facebook. Yo sigo teniendo la típica vecina cotilla, sin embargo, ahora sólo bastan 140 caracteres y un par de minutos para convertir un rumor en una verdad ante notario, y aunque los probadores de las tiendas siguen teniendo su morbo, ya es más fácil comprar una falda con tu Iphone que aguantar la cola de Zara.

 Las cosas son así y no sirve de nada quejarse,  sea cual fuera la vida que llevábamos hace 20 años, tenemos que ser conscientes de que todo ha cambiado. Algún nostálgico reticente puede negarse a usar el Wassup, decisión muy legítima y loable, incluso a riesgo de perderse más de un chiste de Julio Iglesias. Sin embargo, la añoranza por cualquier tiempo pasado que fue mejor no tiene cabida en el mundo profesional y es que no fue otro que Heráclito, hace más de dos mil años el que avisó que "nada es permanente a excepción del cambio".

Somos la "generación instantánea" como  la denomina el escritor Francesc Miralles donde el presente se convierte en pasado en cuestión de segundos y la prensa fue una de las primeras damnificadas, pues con tanta información a tiempo real, un periódico de papel a la hora del mediodía, sólo sirve para rellenar los objetos frágiles cuando toca mudanza.

Ellos son los primeros que se han tenido que adaptarse y reinventar su nueva fisionomía, y aún están en ese camino... Diarios digitales, prensa para tablets, blogs informativos... son varias las ideas, todo antes de quedarse estancado, porque al contrario de lo que afirmaba Alfonso Guerra, el que no se mueve, no sale en la foto.

Igual ha pasado con las tiendas de ropa, las de tecnología, las de electrodomésticos, incluso de muebles, por no hablar de otros profesionales que han tenido que subirse al nuevo tren. Un amigo mío, abogado y valiente, ha innovado creando un blog en el que de forma didáctica trata de explicar caso a caso la intrincada orbe jurídica, al igual que otro amigo mío carpintero, que entre tarima y tarima ha creado una página web que haría las delicias del mismísimo Bill Gates.

Llevo varios días escuchando la polémica suscitada por los taxistas a causa de la competencia, en su opinión, desleal, que les ha surgido con algunas empresas que han aparecido a través de distintas aplicaciones de los móviles.

Sin embargo esto no es nuevo, ya hace 4 años comenzó una controversia con las mototaxis, unas scooter que empezaron a funcionar en Madrid, ofreciendo módicos precios y mayor rapidez en los trayectos.

En seguida surgieron las protestas de los taxistas, que veían como su negocio se veía alterado por unos intrusos invadiendo su terreno. El problema era que al ser vehículos de menos de tres ruedas, el Ayuntamiento no tenía competencia para su regulación ya que estaban exentos de autorización para circular, de acuerdo con el Reglamento de Transporte del Ministerio de Fomento.

Quizás los taxistas se equivocaron de objetivo, y en lugar de tratar de boicotear a los mototaxis, que simplemente realizaban un servicio tan legal como el suyo, deberían haber cargado sus tintas... o sus motores, contra el Ministerio, que es quien regula o desregula y autoriza o desautoriza.

Ahora pasa algo similar, los taxistas tratan de usar la fuerza bruta y acusan a empresas como Uber o BlaBlaCar de cargarse su trabajo y de arruinarles la vida. !Es curioso con qué facilidad empleamos esa expresión!

Pero ¿qué están haciendo esas empresas? ¿cómo funcionan estas Apps? BlaBlaCar funciona a través de su web, donde cada usuario anuncia el trayecto que va a realizar, el número de plazas disponibles y el coste por asiento, compartiendo así los gastos de viaje. Así de simple, es una red social que se encarga de poner en contacto a gente con un mismo interés, y en lugar de hacerlo a través de un corcho en la oficina, como toda la vida, lo hacen a través de una App del móvil. 

Por su parte, Uber es una aplicación financiada por Google, que permite a clientes buscar a conductores particulares disponibles para desplazarles en el trayecto que deseen.

La utilización de ambas Aplicaciones no son ilegales mientras no medie remuneración económica y como es lógico, estos servicios son mucho más baratos que el uso de un taxi.

De nuevo los taxistas se equivocan de objetivo. Estas empresas no hacen nada ilegal, tan sólo utilizan las nuevas tecnologías. En mi opinión, el problema radica en la excesiva regulación existente para los taxis. Claro, que esa excesiva regulación es la que ha garantizado durante muchos años su monopolio en las carreteras, de forma que los ayuntamientos han controlado el número de licencias y los requisitos para ser taxista, limitándolo y por tanto garantizándolo.

Ahora esa misma regulación que antes les beneficiaba se les ha vuelto en su contra, y ellos protestan, tratando de presionar para que todo siga igual, lo cual, no sólo va en contra de los nuevos intrusos que tratan de ganarse la vida, sino del propio interés general, ya que es el ciudadano el que finalmente se ve perjudicado.
 
Quizás sea el momento de realizar una gran reforma del sector, eliminando las tarifas obligatorias (que cada uno ponga el precio que quiera, libre mercado también llamado) que no exista limitación de licencias ( tan sólo los requisitos mínimos para ser taxista) y abrir el mercado al alquiler de coches con conductor (que se diferencia de los taxis en que no se pueden parar por la calle, hay que reservarlo con antelación).

Uno de los mejores jugadores de toda la historia del Hockey, Wayne Gretzky, tenía una máxima, "patinar hacia el lugar a donde va a ir el disco, no hacia el lugar donde ya ha estado". Siempre he creído que esa debe ser la forma de encarar la vida, porque la vida es progreso y el progreso es cambio, y todas son ineludibles e inevitables.

¿Os imagináis que el Estado no hubiese permitido el uso del automóvil porque los dueños de los carruajes denunciaban la competencia desleal de aquéllos por ser más rápidos, cómodos y baratos?

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