martes, 11 de agosto de 2009

Si Rousseau levantase la cabeza...

Dice la Ley Orgánica del Poder Judicial que el Estado de derecho requiere junto a la separación de poderes del Estado que existan unos órganos institucionalmente caracterizados por su independencia.

Parece que para algunos, no basta con dominar, y en consecuencia utilizar a su antojo el cuarto poder del Estado, también tienen claro que, si es necesario, también hay que dominar, y en consecuencia, utilizar, el poder judicial.

Lo del Fiscal Conde Pumpido y el Juez Garzón durante el negado diálogo de ETA con el Gobierno fue flagrante, pero la memora histórica, perenne para lo que interesa, aquí es más bien corta, y de aquéllo nadie tuvo que rendir cuentas.

Que nuestra Vicepresidenta salga enrojecida de ira por una decisión judicial y afirme, ante todas las cámaras y grabadoras, que la Fiscalía General del Estado recurrirá la sentencia, antes de que la propia fiscalía haya leído la citada sentencia, tampoco ha supuesto ningún escándalo.

Ahora, hemos asistido a unas detenciones de unos políticos (del PP) por una presunta trama de corrupción, como si se tratase de sanguinarios asesinos... bueno, no, porque, por poner a un ejemplo, a los (cabrones) de los etarras o a un asqueroso y depravado pederasta se les permite ocultar su rostro para preservar su derecho a la intimidad, o a los periodistas no se les deja sacar fotos de su entrada al calabozo manteniéndoles una inexistente dignidad.

Sin embargo, citar como imputados a Rafael Durán y a Rafael Romero, y llevarlos esposados y permitiendo ser fotografiados ante todos los periodistas, y mantenerlos el tiempo máximo detenidos (72 horas) antes de tomarles declaración, por un delito de malversación de fondos públicos, es mantener la ley.

No se trata de gobernar bien para seguir gobernando, es tan sólo cuestión de eliminar la oposición, y para eliminarla, habrá que hacer lo que haga falta, publicidad a través de los manipulados, pero mayoritarios medios de telecomunicación, medias mentiras (y algunas enteras) alegadas por los gobernantes y acusaciones sin probar llevadas a cabo por el poder judicial.

No, esto no es China, no es Venezuela, ni tan siquiera la extinta Unión Soviética o el tercer Reich, es España, el Estado Social y Democrático de Derecho que describe el artículo 1 de nuestra Constitución...

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