miércoles, 27 de enero de 2010

La delgada raja roja

Hoy pienso que el programa de 21 días, presentado por Samanta Villar siempre me ha parecido falso.

La idea no me parece mal, siguiendo la moda de lo que se lleva ahora, una especie de "reality", cámara en mano, para contar o denunciar situaciones del mundo real.

Pude ver un par de programas, por curiosidad, y de la decepción instantánea pasé a la indignación.
"21 días de anoréxica", a ver, esta chica deja de comer un par de días, se mete en una clínica para trastornos de la alimentación ¿y ya piensa que puede sentir y pensar como una anoréxica? ¿Tan fácil y simple cree que es una enfermedad psíquica como esa? Un comentario a los pocos días de iniciar su particular doctorado: "La comida me da náuseas".

Una de dos, o toma por tontos a los telespectadores o toma por tontas a todas las chicas anoréxicas. No sé qué es peor.

"21 días fumando porros", se fuma tres porros y ya se cree yonqui, haciendo comentarios estereotipados al estilo "no me acuerdo de lo que me acaban de decir, ji ji ji...". Ni que decir tiene que no se atrevió a hacer el reportaje como heroinómana, eso sí hubiese sido más profesional, real e instructivo, pero claro, igual los efectos sí hubiesen sido realmente perniciosos...

"21 días viviendo en una chabola". Acabó en un juzgado por colaborar en un delito de robo de cobre. Gracias a eso subió la audiencia y justificó su buen hacer como profesional del periodismo. "Sabía que era ilegal, pero mi trabajo de investigación me impidió llamar a la policía" debió pensar Samanta.

Lo de esta semana ha terminado por descubrirla. Tras una semana anunciando a bombo y platillo que "cómo no es lo mismo contarlo que vivirlo, voy a hacer porno durante 21 días“, el lunes se emitió el reportaje titulado "21 días en el mundo porno".

No voy a regocijarme diciendo que ya sabía que no haría de actriz porno, eso era algo a todas luces esperado, aunque no menos contradictorio. Es decir, si fumó porros, si "se hizo" anoréxica, si robó para sentirse una marginada y si se citó con alguien a ciegas, ¿por qué no iba a hacer de actriz porno? Qué pregunta más absurda, porque un par de caladas de maría o fingir que te ves gorda en el espejo porque ayer no comiste no es lo mismo que sentir los 25 cm. de Nacho Vidal dentro de tu vagina, que se lo digan a Lucía Lapiedra...perdón, a la dulce Miriam!

Lo peor es que ella, sabedora de la decepción de los inocentes televidentes que de verdad pensaban que iban a ver a Samanta cantando al son del baile del perrito, tuvo la gran ocurrencia de decir que iba a hacer de directora y rápidamente sacar imágenes al más puro estilo "La banana mecánica"o "Un pene llamado Wanda".

Samanta, ya sé que es un conflicto anal, pero esta vez has superado la delgada raja roja que separa lo ético de lo fálico, aunque para tu orgasmo, he de recoñocer que la estafa lideró en espectadores su franja horaria, con algo más del 18% de televidentes.

¿Qué esperabas, me pregunto a mi mismo, si el último premio Ondas es para un programa donde 4 zánganos se dedican a despotricar y a chillar sin ningún tipo de modales y donde la diva del programa es una hortera y ordinaria que se enorgullece de serlo?

"Semental querido Watson" que diría uno de los actores del gran trabajo de Samanta...

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