lunes, 15 de febrero de 2010

La honestidad por bandera


Hoy pienso en cómo reaccionaría si un día cualquiera, como hoy, fuese a un cajero a sacar unos eurillos y me encontrase en la ranura un sobre con más de 3 millones de las antiguas pesetas.


¿Saldría corriendo con el botín? ¿Buscaría la cámara oculta? ¿Miraría de reojo a ver si alguien me observa mientras me meto el sobre en el bolsillo? Supongo que, como tantas otras veces, por mucho que opinemos, sólo en una situación así sabríamos realmente cómo actuar.


El caso es que eso es lo que le pasó el sábado a un hombre empleado de una empresa de un polígono industrial de Elche, que acudió a una sucursal de la CAM para efectuar un ingreso en un recinto al que sólo tienen acceso con llave empresas para realizar abonos los fines de semana.


Allí se encontró en el buzón con un paquete atascado y, para su sorpresa, comprobó que este paquete contenía una gran cantidad de billetes y una nota manuscrita en la que se podía leer "el nombre de la empresa y 19.000 €".


El hombre cogió su sobre y se presentó en la Comisaría más cercana, donde se pudo encontrar al verdadero propietario.


No cabe duda de que es un comportamiento ejemplar, sobre todo en estos tiempos que corren.


La pregunta es: ¿Fue honestidad o sabía el hombre que había una cámara grabándole en el cajero, y por lo tanto sería fácilmente reconocible?


¿Estamos ante un caso de ética y moral en su esencia o el hombre sabía que si no entregaba el dinero, estaba cometiendo un delito y que tarde o temprano la policía daría con él? ¿Es un delito apropiarse de un sobre con dinero que te encuentras en la calle?

Para ser lunes, son demasiadas preguntas y demasiada su profundidad... en cualquier caso, bien está lo que bien acaba, sobre todo para el que olvidó allí la calderilla...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer desde el escenario de los Carnavales, lanzaban balones de futbol. Y en una pilló a una señora despistada y se llevó un balonazo. El presentador se lamentó y le dijo que le regalaba otra. La lanzó y la gente se tiró a por ella. De rebote, yo, que no hice amago me viene a mí. Y cortésmente, se la dí a la señora, que ni me dio las gracias. Según se la doy se acerca la nieta con otra pelota (seguramente la del pelotazo). Con las dos en las manos, me mira... y se da la vuelta y abandona el recinto.
MORALEJA: La que cada uno quiera sacar.
Pero el dinero ¿seguro que era de la empresa del sobre?
FDO. El tonto que dio la pelota a quien no se la tenia que dar.

pino dijo...

Siempre he pensado que en la Cabalgata de Reyes las ancianitas se transforman en auténticas poseídas que luchan por un caramelo pisoteado en el suelo como si les fuese la vida en ello...

Anónimo dijo...

Pisoteando a los niños...

Anónimo dijo...

¿Qué? ¿Qué haría si me encuentro un sobre lleno de dinero en el suelo? Bueno, eso me ha recordado un pasaje de una lectura imborrable de mi memoria que os paso:

"—¿Qué haría usted si se encontrara con un sobre cerrado, llevando también el sello y la dirección?
—Abrir el sobre y leer su contenido.
—¿Se atrevería usted a hacerlo?
—¡Usted no me ha dicho que el sobre no fuera dirigido a mí!"

Sí, muchos lo habréis recordado también. Se trata de "Los renglones torcidos de Dios" de Torcuato Luca de Tena.

En la anécdota que cuentas mencionas que el sobre tenía escrito el nombre de la empresa, pero en tu pregunta no decías nada... ;)
Saludos,
nano

PD: Doy fe, también, de lo de las abuelas metiéndote un alambre del paraguas -cóncavo al cielo- por el ojo e impidiendo que la lluvia de caramelos moje de sonrisas a los que habitan por debajo del medio metro.

pino dijo...

QUé gran libro! A mi me lo recomendó una gran lectora y desde luego que acertó.
HE seguido la noticia y parece que la empresa se va a poner en contacto con el honesto hombre para "agradecerle" su gesto.
Tal y como están los tiempos, el mejor agradecimiento sería ofrecerle un puesto en su empresa...

Anónimo dijo...

Pues yo lo contrataba, por lo menos sabes que es honrado.