martes, 8 de marzo de 2011

Hello, I must be going!

Hello, I must be going!

Con este título profético, Phill Collins titulaba su Segundo disco en solitario en 1982.


Hoy, casi 30 años después, Phill se retira de la música haciendo honor a ese título.

Para los poco entendidos en música y que además nos quedamos atascados en dos décadas atrás, ver el adiós de este viejo rockero nos hace sentirnos algo huérfanos.

Aún recuerdo ese Tonight tonight que era tan fácil de tatarear (tunait, tunait, tunaaaaait, oooh oooh) y con el que comenzaba mi andadura como adolescente. Más tarde vinieron otros éxitos como Another day in Paradise o Dance into the light que me fueron acompañando a lo largo de esos años, hasta acabar, ya criadito, yendo al cine a ver Tarzán, donde se superó con ese en mi corazón estarás y que le valió un Oscar.

Sin embargo, Collins ya había comenzado mucho antes en esto de la música, primero como batería del grupo Genesis, del que más tarde y a pesar de las reticencias de sus compañeros se haría solista y líder indiscutible como no podía ser de otro modo.

Los años y distintos problemas de salud le han pasado factura, y así, ayer decidió dejar la música por su pérdida de capacidad auditiva, una vértebra dislocada y daños nerviosos.

Sin embargo, la principal causa por la que frena su carrera, según ha explicado, es porque así puede "ser padre a tiempo completo" de sus "dos hijos pequeños". ¿Puede haber una mejor razón?

Por suerte y de momento, aún nos siguen quedando los Bruce, Mark y Bono...

En un mundo donde los excesos son la norma, donde los mejores han abusado de todo lo bebible, esnifable e inyectable y ahora, hasta hacer colonias seminales está de moda, la verdad, la mejor alegría que podía tener es ver a uno de los grandes abandonar de esta forma, por la puerta grande, saludando al tendido y de la mano de sus hijos...

4 comentarios:

mermi dijo...

Muy bonito, pero la causa es la salud y la fuerza para hacerlo los hijos, es distinto..eso sí, igual de bonito.

Anónimo dijo...

Pues si Beethoven pudiese hacer suyas las palabras de Gill (el pescadito a rayas blancas y negras lider de la pecera de Nemo) diría: "Nunca me ha afectado"

pino dijo...

Pues sí, a Beethoven no le afectó, y creo que a él tampoco, ya que sus problemas de oído comenzaron hace tiempo. Yo simplemente creo que está cansado y ha preferido dejarlo y refugiarse en su familia y en un país tranquilo (vive en Suiza) que buscar aliños psicotrópicos...

Anónimo dijo...

Te has dejado al incombustible MICK qua a sus 70 tacos aún brinca sobre los escenarios.
Y a LOS PECOS, que vienen a Jaén. Y no gratis en los carnavales. Al Infanta Leonor 35 € la entrada. ¡TOMA YA!