jueves, 3 de marzo de 2011

La Justicia al final es justa

Hoy pienso que tras lo que comentaba ayer de los indignos letrados, hoy tengo que decir que veo la luz tras el túnel y que igual que criticamos aquello que nos parece mal o incluso nos indigna, también debemos felicitar a aquellos que se esfuerzan por hacerlo bien, y sobre todo a los que lo consiguen.

La Audiencia de Alicante ha acordado suspender la condena impuesta a Mari Carmen, la mujer de Benejúzar que mató -tras rociarle con gasolina y prenderle fuego- al violador de su hija, cuando ésta tenía 13 años.

Dicho así, podríamos entrar en un debate sobre el ojo por ojo y sus peligrosas consecuencias. Pero si contamos el caso completo y os recuerdo la historia seguro que no hay desacuerdo.

Un hombre, se encuentra en un descampado a una vecina, una niña de 13 años que pasea a su perro. La amenaza con una navaja y la viola. Tras ser detenido y confesar, es condenado a 10 años de cárcel.

Pasados 7 años y a pesar de la condena, Ramón "el pincelito" ya lleva tiempo en la calle y se dedica a pasear por su antiguo barrio, no sólo alardeando de hombría sino mofándose de la familia de la chica y hasta amenazandolos de muerte.

La gota rebosa una calurosa mañana de verano. La madre de la niña está esperando el autobús y el pincelito pasa junto a ella y le pregunta por su hija y su familia. Seguidamente se mete en un bar tan tranquilo a tomarse un café.

La mujer no puede más y sobre la marcha se dirige a una gasolinera, llena una botella y entra al establecimiento, se topa con el pincelito y tras decirle un «para que no me olvides», rocía con gasolina la cabeza y parte del cuerpo del hombre y le prende fuego con una cerilla. El pincelito muere.

Cuatro años después es condenada a 9 años y 6 meses de cárcel, casi la misma condena que le fue impuesta al violador de su hija.

Ahora, mientras se tramita el indulto, además de que la Audiencia de Alicante sostiene que es procedente la suspensión de la condena por concurrir "motivos excepcionales", el propio ministerio fiscal no se opone a esa medida.

Pues hoy me siento bien, en este caso la Justicia falló, en mi opinión, varias veces, primero permitiendo que el violador de una niña esté en la calle en 4 años, después por permitirle pasearse por las mismas calles donde vivía su víctima y su familia y finalmente por condenar a la madre de la víctima por un acto del todo irreprochable por las circunstancias en que se produjo.

Sin embargo, al final, parece que alguien acierta y el simple sentido común triunfa. Por fin, la Justicia es justa...

2 comentarios:

mermi dijo...

Recuerdo la impotencia y la indignacion q sentí cuando el caso estaba en las noticias.Todas las madres del mundo nos pusimos en su piel y cogíamos la botella y la cerilla.

Anónimo dijo...

tengo una niña de 14, yo, haría lo mismo.