jueves, 29 de septiembre de 2011

Desde el balcón de su casa...beyond...

Hoy pienso que alguien me ha hecho recordar el 20 de agosto de 1991.


Hacía escasas horas que había cruzado el charco y me encontraba en una residencia universitaria con un grupo de estudiantes extranjeros, que como yo, se disponían a comenzar sus estudios en los Estados Unidos. Recuerdo que conocí a varios chicos soviéticos (todavía), la mayoría hijos de altos cargos civiles y militares.


Particularmente hice buenas migas con un chico de Moscú con el que compartía habitación y que tenía una inteligencia fuera de lo común. Como anécdota os contaré que no sólo hablaba inglés perfectamente, sino que me pidió prestado el diccionario inglés-español (del que no me desprendía en ningún momento) y al cabo de la semana que allí permanecimos fue capaz de mantener una conversación en español conmigo, lo cual me dejó estupefacto.


Como os comentaba, ese día 20 nos disponíamos a dar una vuelta por el campus, y al ir a buscar a los chicos soviéticos, nos los encontramos frente al televisor, con rostro serio y totalmente ensimimismados.


Yo me acercé a mi compañero de cuarto y, con mi entonces pobre inglés, le pregunté qué sucedía.Me dijo que por fin se habían decidido, "at last! ...ya era hora". Yo no entendía nada. Así que más despacio me explicó que los comunistas, junto a unos cuantos militares y con la KGB de fondo, habían dado un golpe de Estado en la URSS.


"But that is bad, ¿no?", le respondí como pude. Él me miró extrañado y me dijo: "los occidentales no entendéis nada. Los comunistas somos los únicos que os podemos salvar del capitalismo y lo haremos, una vez que echemos a traidores, como Gorbachov, de nuestro país".


Yo no sabía si había entendido bien lo que me había dicho, así que opté por irme con mis amigos y dejar allí a los bolcheviques hipnotizados ante la pantalla.


Al volver, con la noche bien entrada, me encontré a mi compañero en su cama, leyendo, por cierto, mi diccionario. Al entrar, fue él el que me dijo en español un ¿qué tal, amigo?", que sirvió para romper el hielo y volver a sacar el tema de su país.


"Defiendo el comunismo", me decía, "para que todos los chicos de mi edad tengan las mismas oportunidades, que todos puedan estudiar y más tarde trabajar".


Mi respuesta fue instantánea: "¿Y todos los chicos tienen la oportunidad de venir aquí como tú?".


"No, pero es que nosotros somos los elegidos, y estamos aquí para que, el día de mañana, sigamos guiándolos y enseñándoles el camino de la solidaridad y la igualdad. Ellos no tienen que saber tanto como nosotros. Para eso estamos aquí nosotros, para enseñarles y decirles lo que tienen que saber, si no es por nosotros estarían perdidos, como lo estáis vosotros".


Tratando de disimular mi cara de estupefacción, le dije, "bueno, pero no es muy lógico que si pensáis que el capitalismo es el demonio, vengáis a educaros a su país paradigma, no?


"Mira, nosotros no somos como el resto, y no podemos educarnos ni vivir como ellos (??!), por eso te diré un secreto. Esto estaba planeado desde hace tiempo y nuestros padres lo sabían, por eso nos enviaron aquí porque, si la cosa no sale bien, al menos podríamos quedarnos aquí, sin peligro, y a salvo".


"¿Y por qué no china o cuba?" contesté.


"¿China?", allí tendríamos que vivir como viven los chinos y nosotros no somos como los demás, tenemos que vivir como nos merecemos, nosotros somos ricos!, y en China o Cuba no nos dejarían disfrutar de nuestro patrimonio".


"Pero tenéis patrimonio?!, ¿no se supone que no creeis en la propiedad privada?".


"Claro que no, pero te repito que eso es el pueblo, la gente común, "we are beyond" (ese día aprendí el significado de beyond).


Hoy me he acordado de esta historia al escuchar a Pepiño Blanco defendiendo el por qué lleva a sus hijos a un colegio privado. "Quería llevarlos a un colegio bilingüe y los públicos no me daban la opción".


Se lo ha puesto a Esperancita muy fácil, quíen rápidamente le ha contestado diciendo que en Las Rozas hay 7 colegios públicos bilingües... y de paso dejando caer que vive en Las Rozas, uno de los pueblos más elitistas de Madrid.


"En cualquier caso, es mi decisión", culminó el gran Pepiño... "because I´m beyond", le faltó añadir.


Bueno, ahora es Pepiño, ayer Bardem se fue a los USA a dar a la luz, Castro llama médicos españoles para que lo curen y Chavez tampoco se deja tratar su cáncer en su país...


Es lo que tiene el socialismo, es precioso luchar por conseguir la igualdad, pero mirando hacia abajo, desde el balcón de su casa un piso más arriba que el resto... o lo que es lo mismo, beyond...


Por cierto, mi amigo ruso se proclamó ese mismo año campeón de ajedrez del Estado de Ohio... me pregunto si volvería a Rusia algún día...

domingo, 25 de septiembre de 2011

El hereje


"El caldo de cultivo del hombre, del hombre sobre todo inteligente, es la libertad, y no puedo concebir que otro hombre, en nombre de lo que sea, le prive de esta libertad"
Miguel Delibes

Hoy pienso que he aprovechado este fin de semana para terminar "El hereje", magnífico libro de Miguel Delibes.

Tengo que empezar diciendo que tengo predilección por este autor. Quizás sea el hecho de que mi primer libro leído de forma "voluntaria" (sin previo encargo en el cole) fuese precísamente "el príncipe destronado" o puede que sea su característico estilo directo y sencillo, pero el caso es que repetí con "El camino" y ya desde entonces, como digo, este escritor no deja de sorprenderme.

Podría hablar de este libro como una gran narración de una historia del siglo XVI en la que se refleja la vida y costumbres del Valladolid de la época, o también podría resaltar la forma en que Delibes describe, de forma amena pero con precisión la lucha de la Inquisición contra los que no pensaban como "debían" (es decir, como ellos), quizás debería decir que Delibes vuelve a hacer eso que hace tan bien, ciñéndose a lo interesante y no entrando en palabras innecesarias. Incluso podría ponerme algo pedante y destacar la indagación que hace el autor de las relaciones humanas en toda su integridad.

Al comenzar a escribir este post, empecé describiendo la historia del protagonista, Cipriano Salcedo, un vallisoletano que le toca vivir en una época de convulsiones políticas y religiosas, donde ambos conceptos iban unidos de la mano. Huérfano desde su nacimiento y falto del amor de su padre, que le culpa de la prematura muerte de su madre, Cipriano recorre la vida buscando el amor y la felicidad, algo que sólo pudo encontrar en el afecto de su nodriza Minervina, una relación que le sería arrebatada y que llevaría en el corazón toda su vida.

En esa búsqueda, se pone en contacto con las corrientes protestantes que, de manera clandestina, aparecen en esos años en España y que sin embargo, será perseguida de forma intensa y cruel por el Santo Oficio.

En cualquier caso, no voy a decir nada de esto. En su lugar, destacaré dos ideas con las que me quedo.

Una la libertad, ese concepto tan simple y sin embargo, tan difícil de llevar a la práctica. Hoy mismo lo hemos vivido con el cierre de la Monumental de Barcelona como consecuencia de la prohibición de las corridas de toros. A mi no me gusta algo y lo prohíbo sin respetar a aquél que puede que sí le guste.

La otra idea va en relación con algo que el bueno de Cipriano tenía y de la que hoy carecemos la mayoría, la integridad y la honestidad consigo mismo.

Leer este libro merece la pena por muchas razones, pero a mi me ha servido para reflexionar introspectivamente y tratar de aprender de Cipriano y de su historia, donde encuentro multitud de moralejas.

Espero y deseo que a vosotros os pase lo mismo.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Un Hilton muy accesible... ¿o no?

Hoy pienso que estoy pensando seriamente cambiar de domicilio. A ver qué os parece este chollo que he visto hoy en internet:

Una habitación de 13 metros cuadrados, cocina, sala de estar, comedor y patio. Además, las zonas comunitarias disponen de un pequeño gimnasio, zona sociocultural y deportiva, una pista polideportiva y una piscina climatizada.

Según he leído también cuenta con consulta médica propia, supermercado (economato lo llaman), peluquería, un taller ocupacional (que en estos tiempos de crisis puede ser muy útil para aprender un nuevo oficio) , una enfermería, biblioteca, panadería y una lavandería.

Sin embargo, aunque pueda parecer un chollo, no es tan fácil conseguir habitar en tan preciado hogar, ya que aunque no cuesta un euro, necesitas cometer un delito.

Ésta es la nueva cárcel de Nanclares de Oca, que ha sido inaugurada esta mañana. Un aliciente más para malhechores y demás gente de mal vivir, aunque como digo, no es ningún chollo, ya que hoy día, hagas lo que hagas parece imposible que te enchironen...

Recuerdo ahora las palabras del Sheriff de Maricopa (Arizona), famoso por dirigir una cárcel en la que los presos vestían calzoncillos rosas, y que afirmaba que "una cárcel no es el Hilton" ya que según él, en la cárcel sólo estaba gente que cometía delitos y, por tanto, no merecían lujos ni comodidades excesivas, enseñando así un principio, hasta hace poco, elemental para todos: "si no quieres cumplir la condena, no cometas el crimen".

Aquí en España somos así, recortamos gastos en Educación, Sanidad y hasta recortamos las pensiones, pero eso sí, las cárceles, como el Hilton... aunque en realidad sea tan difícil entrar...

jueves, 15 de septiembre de 2011

Recortes con fundamento

Hoy pienso que estos días los sindicatos han encontrado la excusa que llevaban esperando meses e incluso años. Erigirse en adalid de los derechos del proletariado, del ciudadano de a pie, del pobre trabajador español que sufre las consecuencias de esta terrible crisis.

Hasta ahora habían estado callados, fieles a la mano que les da de comer y agazapados, sabiendo que su oportunidad llegaría.

Y así es, sabían que la odiada Esperancita caería en la trampa. Y cayó, porque la presidenta de la Comunidad de Madrid sigue cogiendo a la crisis por los cuernos tratando de implantar reformas.

Todos somos conscientes de que la situación actual es insostenible y que los recortes públicos son necesarios. Sin embargo no queremos que se toque la educación, la sanidad ni los servicios sociales. Todos los alcaldes quieren que siga el grifo para sus carreteras, que no toquen su ansiado AVE. Los vecinos de mi barrio se enfadan porque el ayuntamiento dice que no hay dinero para las fiestas de este año, algunos se quejan de que las obras de restauración del castillo del pueblo se han paralizado... todos somos conscientes de que hay que recortar los gastos... de los demás, claro.

Y mientras tanto, Esperancita trata de aligerar su presupuesto. Y para eso hay dos formas. Realizando recortes baratos sin sentido pero que supongan el menor coste político posible y hacer reformas serias que busquen una mayor eficiencia, o lo que es lo mismo, un mayor rendimiento por un menor coste económico.

Eso es lo que ha hecho precísamente Espe. Y me llama la atención que los sindicatos que hoy se rasgan las vestiduras por una reforma que supone, entre otras medidas, la ampliación del horario lectivo de los profesores en dos horas, sobre todo cuando esa ampliación de horario les supondrá a aquellos un incremento salarial, son los mismos que no levantaron la voz cuando el Gobierno bajó el sueldo a los funcionarios desde el 5 al 12% sin ningún tipo de justificación, rompiendo un Convenio firmado por la Ministra 7 meses antes.

La Administración madrileña ha recortado gastos, cierto, pero maximizando recursos. No es un recorte de la calidad educativa como dicen. Hablan de la supresión de interinos como un drama totalmente injusto, pero la realidad es que se debería haber hecho hace tiempo. Lo que no es de recibo, por ejemplo, es que un interino que realizaba una sustitución los últimos 15 días del curso escolar en junio, estuviese cobrando hasta septiembre.

Aún me sorprende más que un Señor Ministro de Educación, consciente de la necesidad de recortar presupuestos, aliente la huelga y diga que la educación se preserve de tijeretazosl, cuando además, este mismo Ministro, el año pasado redujo los gastos de su ministerio un 2%, "como consecuencia de la crisis".

Con la que está cayendo creo que nos hemos echado a la calle muy pronto, y que los sindicatos, necesitados del calor popular y del reconocimiento que han ido perdiendo por méritos propios, han pecado de impacientes, saltando a la primera de cambio.

Tenemos que ser conscientes de la extrema gravedad en la que nos encontramos y de que se nos va a exigir algún otro esfuerzo más duro quizás que trabajar dos horas más a la semana.

Después de ver ayer a Felipe González, quizás tenga que ser él el que implante las medidas necesarias, ya que hasta que no ha dicho él que nuestra situación es realmente seria y delicada, mucha gente no ha empezado a preocuparse...