Hoy pienso que estos días los sindicatos han encontrado la excusa que llevaban esperando meses e incluso años. Erigirse en adalid de los derechos del proletariado, del ciudadano de a pie, del pobre trabajador español que sufre las consecuencias de esta terrible crisis.
Hasta ahora habían estado callados, fieles a la mano que les da de comer y agazapados, sabiendo que su oportunidad llegaría.
Y así es, sabían que la odiada Esperancita caería en la trampa. Y cayó, porque la presidenta de la Comunidad de Madrid sigue cogiendo a la crisis por los cuernos tratando de implantar reformas.
Todos somos conscientes de que la situación actual es insostenible y que los recortes públicos son necesarios. Sin embargo no queremos que se toque la educación, la sanidad ni los servicios sociales. Todos los alcaldes quieren que siga el grifo para sus carreteras, que no toquen su ansiado AVE. Los vecinos de mi barrio se enfadan porque el ayuntamiento dice que no hay dinero para las fiestas de este año, algunos se quejan de que las obras de restauración del castillo del pueblo se han paralizado... todos somos conscientes de que hay que recortar los gastos... de los demás, claro.
Y mientras tanto, Esperancita trata de aligerar su presupuesto. Y para eso hay dos formas. Realizando recortes baratos sin sentido pero que supongan el menor coste político posible y hacer reformas serias que busquen una mayor eficiencia, o lo que es lo mismo, un mayor rendimiento por un menor coste económico.
Eso es lo que ha hecho precísamente Espe. Y me llama la atención que los sindicatos que hoy se rasgan las vestiduras por una reforma que supone, entre otras medidas, la ampliación del horario lectivo de los profesores en dos horas, sobre todo cuando esa ampliación de horario les supondrá a aquellos un incremento salarial, son los mismos que no levantaron la voz cuando el Gobierno bajó el sueldo a los funcionarios desde el 5 al 12% sin ningún tipo de justificación, rompiendo un Convenio firmado por la Ministra 7 meses antes.
La Administración madrileña ha recortado gastos, cierto, pero maximizando recursos. No es un recorte de la calidad educativa como dicen. Hablan de la supresión de interinos como un drama totalmente injusto, pero la realidad es que se debería haber hecho hace tiempo. Lo que no es de recibo, por ejemplo, es que un interino que realizaba una sustitución los últimos 15 días del curso escolar en junio, estuviese cobrando hasta septiembre.
Aún me sorprende más que un Señor Ministro de Educación, consciente de la necesidad de recortar presupuestos, aliente la huelga y diga que la educación se preserve de tijeretazosl, cuando además, este mismo Ministro, el año pasado redujo los gastos de su ministerio un 2%, "como consecuencia de la crisis".
Con la que está cayendo creo que nos hemos echado a la calle muy pronto, y que los sindicatos, necesitados del calor popular y del reconocimiento que han ido perdiendo por méritos propios, han pecado de impacientes, saltando a la primera de cambio.
Tenemos que ser conscientes de la extrema gravedad en la que nos encontramos y de que se nos va a exigir algún otro esfuerzo más duro quizás que trabajar dos horas más a la semana.
Después de ver ayer a Felipe González, quizás tenga que ser él el que implante las medidas necesarias, ya que hasta que no ha dicho él que nuestra situación es realmente seria y delicada, mucha gente no ha empezado a preocuparse...
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