martes, 20 de marzo de 2012

Imagináos...

Hoy pienso que podría existir una Dirección General de un Organismo Público de una Comunidad Autónoma cualquiera.

Imaginaos que esa Dirección General estuviese compuesta por una Directora nombrada por libre designación, teniendo a su cargo 3 Subdirecciones, con 3 Subdirectores también de libre designación, a cargo, cada uno de ellos, de 3 Jefaturas de Servicio con sus 3 Jefes de Servicio respectivos, también de libre designación.

Para los que no están puestos en el argot administrativo, “de libre designación”, explicaré que se trata de puestos de confianza, es decir que no son puestos cubiertos bajo el auspicio de los principios de mérito e igualdad, sino que el Gobierno elige a quién debe poner al mando de la Administración para poder ejecutar sus políticas,proyectos y decisiones.

En la Administración del Estado, desde 1997 es obligatorio que los Directores Generales sean funcionarios de carrera (salvo tasadas excepciones). De libre designación, sí, pero funcionarios al fin y al cabo, con el fin de evitar que personajes como el bueno de Antonio Alcántara  y su “Cuéntame” pudiesen ser Directores Generales de Agricultura sin tener un mínimo conocimiento del campo o siquiera de la Administración Pública.

Sin embargo, en la mayoría de las CCAA, donde también rige una norma similar, se ha ido flexibilizando la norma y generalizando la excepción, manejando hoy el enchufe y el amiguismo como mecanismos principales de colocación de los altos cargos.

Así llegamos de nuevo a mi cuento: imaginaos una CCAA donde el Gobierno lleve gobernando 30 años y por tanto, haya hecho de la Administración su propia casa, manejando las subvenciones a su gusto, y nombrando a su gente en todo puesto que les parecía procedente.

Imaginaos que ya tocasen elecciones, y que por primera vez en 30 años las encuestas les hiciesen temer por su cortijo particular.

Imaginaos que en aquella Dirección de la que os hablaba, los altos cargos deciden idear un plan y reúnen a todo el personal, incluidos funcionarios de carrera, cuyo puesto está ganado con sudor, esfuerzo y justicia.

Imaginaos que la Directora les conmina a que cada uno de ellos consiga 5 votos para sus jefes, los que llevan 30 años… “venga, todos tenéis familiares y amigos a quien convencer”. Y los funcionarios se miran entre incrédulos e indecisos… y entonces la Directora comienza la arenga clásica… “que vieeeenen… que vieeeenen”…"que llega la posguerraaaa..."...

Ahora imaginaos que no es un cuento y que esto ha ocurrido de verdad…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me lo creo, pero no dejo de quedar pasmado al oirlo. Como se entere el presidente del Bayern...
Fdo: El sueco

Anónimo dijo...

Creer, creer no se lo cree ni Agus, pero bueno difama que algo queda. Venga tío que eres funcionario, distingue un poco.

:¿El voto sigue siendo secreto?

pino dijo...

Lástima querido anónimo que tú me conozcas y yo a ti no.
Aún así, te agradezco que participes en mi blog y que pongas en duda lo que en él escribo. Santo Tomás también tuvo que meter los dedos en las llagas...

Rafael Anticortijo dijo...

Anónimo de las 21.57 de 21 de marzo: qué poca vergüenza tienes, paniaguado; ¿qué mamandurria disfrutas? ¿tienes algún familiar enchufado en la Junta de Andalucía? Gente como tú es imprescindible para que Andalucía sea un estercolero de corrupción, enchufismo y despilfarro, más semejante a Marruecos o Argentina que a cualquier región francesa o alemana. No sé cómo no te dan náuseas por la mañana al contemplarte en el espejo del baño.