jueves, 9 de mayo de 2013

Sabina es mucho Sabina

Hoy pienso que mis ideas y mi gusto por la música siempre han ido por caminos opuestos, algo así como un duelo del viejo oeste, en el que ambos se dan la espalda, cuentan diez pasos, separándose cada vez más, hasta contar hasta diez, entonces se dan la vuelta... y en ese preciso instante, mi contrariada mente no sabe si disparar al cantante de enfrente, por esas declaraciones antagónicas a mi pensamiento, o rendirme a la evidencia de su melodías y de sus letras...esas que ya de por sí, mucho antes llegaron a mi corazón para quedarse.

Imagino que para escribir y componer hay que saber soñar, y por eso seguramente los grandes cantautores suelen ser zurdos ideológicos, porque sueñan y sueñan, aunque olviden despertar, sin escuchar de fondo a Segismundo soliloqueando su ilusión, su frenesí y esos sueños que sueños son...

Ismael Serrano, un cantante siempre atrapado en azul aunque inspirado en el Che y su querida guerrilla, y sin embargo, habla de guerra amando, susurra el amor besando... a veces suspirando y hasta sufre cantando, luego habla de la vida, y es entonces cuando sientes que es la tuya la que está hablando.

De Serrat me da vergüenza hablar, porque seguramente una sóla palabra que me atreva a escribir, sólo puede emborronar cualquier partitura que haya salido de sus labios. Pedro Guerra, alguien puede decir que es empalagoso quizás, pero no seré yo quien reproche a alguien componer con el corazón en la mano... y siguiendo y siguiendo, puede que hasta Tontxu tenga su aquel. A éste último nunca le encontraba la gracia, hasta que un día, de casualidad, me lo encontré actuando en el Café Libertad 8, y allí me quedé con la boca abierta y disfrutando con sus rimas improvisadas y su falso falsete.

Me recuerdo a mí mismo, con 15 años, en el salón de mi casa, con mis dos tesoros, dos CD´s, no vinilos ni cintas, CD´s, algo nuevo que había salido al mercado y que costaban una pasta. Pero allí estaba yo, sacrificando un mes de paga, para hacerme con mi "Tunnel of Love" de Springsteen y el último de Joaquín Sabina... y era éste el elegido, cada sobremesa, después de comer y antes de volver a clase, cuando ponía una y otra vez sus canciones, mientras cantaba, mirando al vacío, ese  "quién me ha robado el mes de abril" y aquel "una de romanos", suspirando por esa niña que se sentaba a mi lado en clase y que, por timidez o cobardía, nunca llegaré a saber si yo también le gustaba a ella.

Y es que Sabina es Sabina, puede que le falte la sensibilidad de Ismael Serrano, seguramente carece de la agudeza musical de Serrat y, desde luego, no tiene el puntito comercial de Alejandro Sanz, y sin embargo, sus canciones son pura vida urbana, un romanticismo de ladrillo y asfalto, en el que un cigarro no huele a gominola y una copa de whisky sólo sabe a whisky, sin hielo, sin engaños, sin matices, describiendo la noche entre tinieblas, dedicando la soledad a los que se sienten aislados y perjurando contra las chicas que alguna vez le hicieron daño y a las que odia por seguir amando.

Claro, luego viene el Sabina que no canta, el que habla y siempre lo hace más de la cuenta, el que piensa que sólo pueden gritar los que tienen razón y que casualmente son los que piensan como él. Y es cuando aparece en mi cabeza la escena del Oeste que antes relataba.

Y hoy he hablado con él, poca cosa, no vayáis a pensar, sin embargo, en persona, me ha parecido un gran tipo. Puede que sea la edad (la suya... y la mía), quizás tampoco ha habido tiempo para más o a lo mejor es que es cierto que hablando se entiende la gente.

El caso es que hoy, mientras estaba a su lado, hablando de vanalidades, el niño de 15 años, tatareaba una canción de memoria y pensaba que, por mucho que algunos digan, Sabina es mucho Sabina...

1 comentario:

Pajares dijo...

No te quejes. Lo mio es peor. Lo que a ti te pasa con esos musicos que admiras, a mi me pasa con mi circulo de amistades. Asi que vivo condenado a ser "El rojo que da por saco". Ja ja. Menos mal que me consta que, en el fondo, muy muy en el fondo, sabeis que tengo razon (ironico)