miércoles, 2 de abril de 2014

Aprender viviendo y vivir aprendiendo

Hoy pienso que últimamente oír hablar de PISA ya no nos suena a torres torcidas o pizzas con mucha mozzarela. No, ahora PISA huele a informe, y lo que es peor, a informe malo, a tirón de orejas.

Precisamente ayer la OCDE sacó un nuevo informe PISA en el que nuestros jóvenes vuelven a suspender. Aunque yo preferiría decir que somos nosotros los que hemos suspendido.

Esta vez no se trata de mero rendimiento académico, esta vez han evaluado la "resolución de problemas" y es ahí donde España se sitúa en el puesto 29 de los 44 que han realizado la prueba, ocupando el puesto 23 de entre los 28 países que pertenecen a la OCDE.

Resulta que nuestros chicos tienen dificultades para programar el mp3 y para manejar la aspiradora. ¡Cómete esa!

En seguida han saltado las alarmas, y por supuesto, todos empiezan a echar balones fuera con el clásico no he sido yo, has sido tú. La oposición critica al Ministro Wert, algo ya habitual, y el Gobierno dice que la culpa es de Zapatero, algo también muy habitual.

Leo que el Ministerio de Educación ha planteado ya poner en marcha una plataforma digital con las CCAA para ofrecer formación a los profesores en competencias pedagógicas innovadoras y la puesta en común de buenas prácticas docentes.

Como conclusión final pues, nuestros chicos no están preparados para enfrentarse a la vida diaria por culpa de una metodología docente basada únicamente en la memorización.

Pues sabéis, no estoy del todo de acuerdo.

Por un lado, no sé este tipo de estudios cómo se hacen, pero permitidme que discrepe, dentro de mi osada ignorancia, respecto a eso de que los adolescentes no se manejan con un mp3. Si de algo estoy convencido es de que cualquier adolescente me puede enseñar, sobre Iphones, smartphones o tablets, en 5 minutos, más de lo que yo he aprendido por mí mismo en varios años.

Lo de la aspiradora sí es más creíble, es más, muchos seguramente no sepan ni lo que es una escoba, pero, ¿de eso realmente tienen la culpa los profesores?

No dudo de que nuestro sistema educativo merece una buena vuelta, sin embargo, ¿este estudio es crítico con el sistema docente? Porque, a mi modo de ver, la preparación para la vida se debería obtener en casa, y sin embargo todavía no he escuchado ni una sola referencia al papel de la familia en todo esto.

Damos por sentado que el colegio es la fuente de todos los males. La sociedad, la vida y nuestros hábitos han cambiado. Ahora los papis, que antes eran papás y antes de ese antes eran padres, soltamos a unos renacuajos en el palacio educativo a eso de las 9, algunos incluso antes, todavía de noche, sin desayunar y medio dormidos. Los recogemos ya por la tarde, comidos y con los deberes y las actividades extra escolares ya hechas. Entonces es sólo momento de comprarle una chuche, llegar a casa, ponerle la tele para que esté tranquilo, darle la cena y a la cama.

Y todo esto, si somos afortunados y podemos llevarlos y traerlos al colegio, ya que en muchos casos son los abuelos los que se encargan de esa escasa labor que todavía hacíamos y que reducimos a la comida campestre del domingo.

Sin embargo, lo cierto es que al dejar a aquel niño allí, en la puerta del colegio, con él proyectamos una vida, con nuestras esperanzas, nuestras ilusiones y nuestras perspectivas. Y eso implica esperar resultados. Unos resultados a los que nos sentimos totalmente ajenos. Hemos delegado no sólo nuestras competencias, sino también nuestra responsabilidad y, como siempre, cuando uno delega,  después queremos y exigimos no sólo unos frutos, sino unos frutos acordes a nuestros anhelos, sin saber siquiera hasta dónde puede dar de sí un profesor, a los problemas a los que se ha enfrentado y, en la mayoría de los casos, sin conocer realmente a nuestro hijo.

La educación, la soltura, la cultura, las habilidades sociales y la superación de los problemas cotidianos se aprenden viajando, hablando, escuchando, jugando y compartiendo, pero también errando, discutiendo, regañando y llorando... En general, a vivir se aprende viviendo. 

El colegio ofrece muchas oportunidades para aprender, pero es en casa, a través del afecto y el cariño bien entendido donde tenemos la obligación y la responsabilidad de educar a nuestros niños para que sean capaces de afrontar ellos solos el mañana y eso, parece que, todos nosotros, lo hemos olvidado, incluso hasta cuando viene PISA y nos lo restriega por la cara...

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