jueves, 10 de noviembre de 2016

Otro apocalipsis en la Casablanca

Hoy pienso que hoy hace 46 años y 5 días Ronald Reagan salió elegido Presidente de los Estados Unidos.

Ronald Reagan ya daba miedo desde su época como actor, donde ejerció de delator de otros compañeros en aquella caza de brujas llevada a cabo por Mc Carthy. Más tarde, ya metido en política, como gobernador de California, se declaró enemigo acérrimo del comunismo, antiabortista  y gran patriota, poniendo la defensa de su país por encima de todo.

Tras la revolución islámica de Irán y de la invasión soviética de Afganistán, EEUU viviá momentos complicados, la gente tenía miedo y se veía amenazada, así fue como llegó a la Casablanca un hombre que creía en la guerra y en el liberalismo extremo, a pesar de contar con muchos enemigos y opositores desde el mundo del espectáculo y de la prensa. Fue Henry Fonda el que llegó a decir "un mal actor nunca podrá ser un buen presidente".

Una vez instalado en la avenida de Pensilvania lanzó el mayor programa de rearme en paz de la historia de EE.UU, y comenzó distintas intervenciones militares para derrocar regímenes marxistas en el Tercer Mundo, como la invasión de Granada, el apoyo militar y económico a la Contra nicaragüense y a la guerrilla islámica de Afganistán. De esta manera, todo hacía indicar que el Presidente iba a cumplir los peores augurios.

Sin embargo, todo cambió con la subida al poder de Gorbachov al otro lado del telón de acero, y así, durante el segundo mandato de Reagan, la política exterior dio un giro absoluto, olvidando ese sentimiento anticomunista y sembrando los mimbres de la caída del muro de Berlín. 

Respecto a su política económica nadie tiene dudas, la "Reaganomics" se destacó por la reducción del 25% en el impuesto a la renta, disminución de la inflación, reducciones en las tasas de intereses, incremento en los gastos militares, eliminación de lagunas jurídicas en el código fiscal, liberalización del comercio, una severa recesión durante 1981-1982 seguida por una robusta expansión económica.

Precisamente en aquellos temas sociales que la gente también temía, no llegó a ser capaz... o no quiso reformarlos, aún a pesar de su previa y manifiesta oposición al aborto o al sistema de salud sufragado por impuestos. 

Hoy, Ronald Reagan es recordado como uno de los mejores Presidentes que los EEUU ha tenido, un reconocimiento que coincide tanto dentro como fuera de sus fronteras. En 2014, en una encuesta realizada por la Universidad de Quinnipiac, mientra Reagan salía en lo más alto, el farolillo rojo no era para Nixon y su Watergate, tampoco para Bush y su Guerra del Golfo... el dudoso honor de ser el peor Presidente en toda la Historia de los EEUU era para el simpático y siempre sonriente Barack Obama, y es que como bien decía Clinton (Bill, claro) "es la economía, estúpido".

EEUU se ha levantado hoy con un nuevo Presidente, Donald Trump, un hombre cuyo odio y temor recuerda mucho a aquel con el que Ronald Reagan entró también a la Casablanca. 

Quizás sea porque allí no existe una disciplina de partido como en España, puede que sea porque el Senado y el Congreso limitan el poder del Presidente. A lo mejor es porque el primer discurso de Donald Trump al conocer su victoria tenía ya un tono conciliador muy distinto a cuando todavía era candidato unas horas antes. 

O acaso será porque cuando, tras semanas de insultos e incluso amenazas, al escuchar a su oponente en las urnas, la Sra. Clinton, reconocer la victoria de su oponente y pedirle al pueblo americano darle una oportunidad "porque ahora es nuestro Presidente", uno se acuerda del "no es no" tan español y se da cuenta de que a pesar de su chulería, su despotismo y sus  continuas salidas fuera de tono, Donald Trump no será tan mal Presidente como algunos lo quieren pintar...

sábado, 22 de octubre de 2016

La mano muerta de la herencia

Hoy pienso que en la Edad Media, ya existían distintos tributos, eso que hoy conocemos como impuestos, tales como el diezmo o las acémilas. Sin embargo,  existía uno denominado "la mano muerta"  y que consistía en que si un siervo moría, la mayor parte de sus bienes pasaban a manos del Señor feudal; con el tiempo, no obstante, este impuesto fue evolucionando hasta convertirse en una tasa que los herederos de un vasallo pagaban al señor feudal para poder recibir la herencia de propiedades y títulos.

Hace unos días, el Tribunal de Justicia Europeo ha declarado ilegal el Impuesto de Sucesiones español por ser discriminatorio entre residentes nacionales y no nacionales. Entiendo que el TJUE solo entre en lo que le concierne, pero es que a mí se me ocurren bastantes más razones por las que este impuesto es además de ilegal, injusto, insolidario y deshonesto, más propio de los tiempos feudales de antaño.

- En primer lugar, este impuesto supone una triple imposición, es decir, grava algo por lo que ya se pagó anteriormente dos veces. Por ejemplo, cuando tu padre se compró una casa, pagó los respectivos impuestos por ello,o el IVA o el de Transmisiones Onerosas, sumado a los gastos notariales y registrales. Además, en el momento de percibir el dinero con el que fue ahorrando para comprar esa casa, pagó el IRPF, es decir el impuesto por los ingresos percibidos y que él decidió destinar a una casa. Entonces, ¿por qué ahora hay que volver a pagar otro impuesto con todos los gastos que además conlleva?

- En segundo lugar, supone una penalización al ahorrador, es decir, si tu padre decidió gastárselo todo en vida y no dejarte nada (cosa muy legítima, por otro lado) el Estado tan contento, pero si en cambio decidió ahorrar, o pagar una hipoteca, para dejarte un piso en herencia... en ese caso el castigo del Estado por tan deleznable acción es un impuesto directo que encima hay que pagar en 6 meses y con dinero, lo cual no está al alcance de todo el mundo,  y en cuyo caso, el Señor feudal, perdón, el Estado, pasaría a ser dueño y señor de los bienes de la herencia.

- Por otro lado, supone una injusticia absoluta, que una persona no pueda recibir una herencia, pongamos una casa, por la que sus padres estuvieron trabajando y viviendo toda la vida, por el hecho de no tener disponible una cuantía importante de dinero o peor aún, que  tenga que endeudarse para poder acceder a la herencia, cuando en algunos casos incluso la propiedad tiene un valor más afectivo y sentimental que económico.

- No olvidemos que también que además de la mano muerta, también hay que hacer frente al impuesto municipal de la plusvalía y que también hay que pagarlo...

- Este impuesto es una apología comunista además de una reminiscencia feudal, por cuanto supone una inversión de la propiedad, ya que en realidad el Estado nos está diciendo: "esta casa es mía, no de tus padres, y si la quieres tendrás que pagar por ella, tienes 6 meses, o me quedo con ella". 

Yo por mi parte, no me canso de decirle a mis padres, por esta y alguna otra razón, que sigan viajando y gastando, no me vayan a dejar un marrón... o una mano muerta.

viernes, 14 de octubre de 2016

Un juglar llamado Dylan

Hoy pienso que los juglares eran cómicos y músicos ambulantes, que se dedicaban a tocar instrumentos, cantar canciones y a realizar todo tipo de actividades para divertir al pueblo (chistes, magia, acrobacias o aquello que produjese alguna risa o, al menos entretuviese a la gente). 

No, no se hacían ricos con esto, eran humildes, de clase baja y no eran sino vistos como unos saltinbanquis con los que te ríes un rato. Desde el principio fueron criticados por la nobleza y la Iglesia, por el lenguaje vulgar que empleaban, y por eso no actuaban en castillos ni palacios, sino que iban de pueblo en pueblo cantando y recitando por calles y plazas. 

«Mester traigo fermoso / non es de juglaría / mester es sin pecado, ca es de clerecía / fablar curso rimado / por la cuaderna vía / a sílabas contadas, ca es grant maestría», decía el Libro de Aleixandre, despreciando así  el mester de juglaría y diferenciándolo claramente del mester de clerecía, propio de los hombres cultos y de los clérigos, lo cual sí se consideraba Literatura.

Hoy todo el mundo ha oído hablar del "Cantar de mio Cid" y nadie duda en incluirlo como una gran obra literaria, a pesar de ser un Cantar de gesta, propia de juglares de aquella época. Pero hoy reconocida precursora de la literatura española, sin cuyos mimbres no habría, seguramente, cuerdos Quijotes ni perdidos poetas en Nueva York.

Hoy han concedido a Bob Dylan el Premio Nobel de Literatura. Un sacrilegio para algunos, un merecido reconocimiento para otros. 

Quizás hoy pueda ser contradictorio que un cantante que siempre ha cantado mal sea merecedor del premio más preciado en el mundo de la literatura, sin embargo, ¿qué es la literatura sino el arte de conseguir emociones mediante palabras? 

El propio Bob Dylan decía de él mismo que no tenía una voz bonita y que no cantaba bonito, pero que tampoco quería hacerlo. Quizás, Bob Dylan tenga más de juglar que de cantante y puede, que por fin, 800 años después, un juglar sea, merecidamente, admitido en lo más alto de la literatura.

martes, 21 de junio de 2016

Esquivando el futuro

Hoy pienso que Cornelius Vanderbilt fue un empresario americano hecho a sí mismo, lo suyo fueron los barcos, desde chiquitito y así, poco a poco, peleando y sudando, consiguió hacer un imperio basado en el transporte de mercancías con barcos de vapor, dominando diversas rutas comerciales a lo largo y ancho de los EEUU.

Sin embargo, Cornelius se dio cuenta de que el futuro no estaba en las rutas fluviales de los barcos, sino en el ferrocarril. Aquel caballo de vapor que todavía no contaba ni siquiera con raíles ni infraestructura por la mayoría de su gigantesco país no tenía para muchos ningún futuro, entre otras cosas, por el coste que supondría ponerlo en marcha. 

Pero Vanderbilt creyó en ello, pensó que aquel medio de transporte era más eficaz, más rápido y, a largo plazo, más barato, es decir, todo ventajas, excepto para el que utilizase el barco de vapor, que vería su negocio arruinado.

De esta forma es cómo en lugar de aferrarse a sus barcos,  luchar contra el progreso y exigir al Gobierno que mantuviese el status quo existente, prefirió arriesgarse, innovar, reinventarse, invertir en el ferrocarril, construir vías y hacerse con contratos de combustible para ser él el principal transportista por todo el país.

Así es como barco de vapor pasó a la historia y hoy lo vemos como una atracción turística de una época pasada de la Historia.

Hoy leo en el periódico que la Confederación Española de Transporte en Autobús se queja del daño que le está haciendo el tren. Ellos mismos aportan datos como el que los viajeros que quieran trasladarse a Salamanca desde Madrid apenas tardan una hora y media larga en Alvia frente a las dos horas y media en autobús "exprés", siendo el precio más o menos el mismo...  y la gente, afirman indignados, ¡escoge el tren!  

El caso de Valencia todavía es más llamativo, el precio más barato para viajar a esta ciudad el próximo 20 de julio en AVE es de 21,70 € (clase turista), mientras las tarifas de uno de los principales operadores de autobuses interurbanos oscilan entre los 30 y los 36 euros. Eso sin contar con el tiempo invertido: apenas una hora y 54 minutos en los primeros frente a cuatro horas y 15 minutos en los segundos.

La patronal de autobuses denuncia el caso, dicen que el Estado debería garantizar su supervivencia subvencionando sus viajes, que son más caros, más lentos y más incómodos, en lugar de apostar por el tren de alta velocidad, que sin duda es más beneficioso para todos... excepto para el dueño del autobús.

Estoy seguro de que los autobuses aún tienen un gran recorrido y una gran utilidad en nuestra sociedad, pero sin embargo, quizás sea hora de que planteen adaptarse a la nueva situación, reinventarse, como hizo Vanderbilt, en lugar de exigir que aquello que, a todas luces es más beneficioso para todos, no siga evolucionando y así poder mantener su negocio como hasta ahora.

Podéis imaginaros si los propietarios de los carruajes de caballos se hubiesen salido con la suya cuando protestaron por el daño que les haría el plan de Henry Ford para abaratar los costes y hacer los coches accesibles a todas las clases sociales... ¿Seguiríamos hoy esquivando moñigas por calles de arena?
Imagino que, cuando hace más de 5.000 años, aquel esloveno al que se le ocurrió utilizar una especie de círculo para realizar su labor artesanal fue tildado de loco y más de uno pensaría que estaba perdiendo el tiempo con aquel engendro que inventó, hoy llamado rueda. 

Y es que como dijo Kennedy, seguramente inspirado en alguien, está claro que el cambio es ley de vida, cualquiera que sólo mire al pasado o al presente, se perderá el futuro..

domingo, 5 de junio de 2016

No todo vale en 140 caracteres

Hoy pienso que cuando uno cree que lo ha visto todo, alguien llega y te enseña que no, que en España puede que no quepan más botellines, pero que el número de éstos puede ser inversamente proporcional al número de tontos.

Hace unos días me contaba un amigo la nueva moda progre ahora exaltada y subvencionada por los podemitas de reescribir la Historia cambiando el Antes de Cristo (A.C.) por el acrónimo A.N.E (Antes de nuestra era) dándole un matiz aconfesional absurdo, ya que, a pesar de todo, esta última expresión sigue reconociendo que nuestra era comienza con la vida de Jesucristo. Imagino que, entonces, es simplemente un ejemplo más de su bergante marketing (todo por el voto) o bien es que, por prescripción médica, tratan de evitar el sarpullido en los dedos que les debe salir por escribir el nombre del referente cristiano. 

Y entonces llegó la fatídica noticia del viernes pasado, el joven motorista Luis Salom moría en el Circuito de Montmeló, paradójica y cruelmente en su casa, durante los entrenamientos para la carrera del domingo. 

A eso de las cinco de la tarde, mientras se confirmaba su muerte, todos los medios se hacían eco de la fatal noticia y Twiter era un hervidero de pésames y condolencias a la familia y amigos, surgió una nueva oportunidad para el hombre que no desperdicia ninguna.

Ahí estaba él, a eso de las seis y cuarto, tras enterarse del nefasto suceso. Su rápida mente pensó en cómo sacar rédito de la noticia. Imagino que primero pensó en cómo cargar con la responsabilidad a este sistema corrompido y putrefacto del que sólo él nos puede liberar. "No te pases, macho, que eso no va a colar" debió decirle su colega Errejón, y entonces entre ambos, idearon un mensaje más sutil. 

Primero, dirigirse a los "familiares y amig@s" de Luis Salom, con ese arroba tan de moda, aunque no esté admitido por la Real Academia Española de la Lengua, pero que queda superguay y superparitario (otro palabro chachi), pero que digo yo, que ya puestos, deberían haber ido más lejos y haberse superado con un familiares y familiaras, para dejar el listón más alto y ser más innovador, que es lo que se lleva.

Luego está la parte tan pedante como necia: "que la tierra le sea leve". Digo pedante, porque utiliza una locución latina, "Sit tibi terra levis" utilizada en el mundo romano precristiano como epitafio y poco conocida hoy día. Y digo necia, porque si su intención era evitar el uso de la vulgar "Descanse en paz" (DEP), epitafio traducido del "Requiescat in pace" (RIP) y que es utilizada al final del responso que la Iglesia Católica reza por los difuntos, debería saber, que igual que ocurre con los Reyes Magos, por ejemplo, hoy su significado es más extendido y generalizado que su mero matiz religioso concreto.

Supongo que cuando él se despide de alguien, siempre usará un "hasta luego" o ese moderno "chao", pero nunca dirá "Adiós", ya que, al igual que ocurre con el "adieu" francés, procede también del latín ("sedeas ad deum"), y significa "yo te encomiendo a Dios"... Ah! Y si un día se nos pone anglófono, más le vale utilizar un "see you later" en lugar del clásico "good bye", porque este también procede de un "God be with you" que no necesita mucha traducción...

En cualquier caso, querer utilizar el dolor de una familia y la muerte injusta y prematura de un chaval que sólo quería disfrutar y competir montado en su moto, para soltar su discurso vaporoso en 140 caracteres, demuestra que este hombre vive creyendo que los siete Reinos son reales y que, como ocurre en su serie preferida, todo vale para conquistarlos...

PD. Me comenta un amigo virtual que olvidaba algo importante, Luis Salom era católico confeso y orgulloso de serlo. Puede que sea casualidad, pero como bien me enseñó mi amigo Carlos, en la televisión y en la política las casualidades no existen, así que quizás el tweet de Pablo esté escrito con toda la ironía y el cruel sarcasmo de alguien que no olvida ni perdona la imagen de ese chico arrodillado, rezando, delante de su moto, antes de cada carrera...


viernes, 29 de abril de 2016

Mejor no te supervitamines ni te mineralices

Hoy pienso que todavía recuerdo cuando de pequeño nos sentábamos delante de la pequeña pantalla y gritábamos al unísono aquello de "y no olviden supervitaminarse y mineralizarse" con que nos despedía Super Ratón después de deleitarnos con una de sus grandes aventuras en las que, con su ánimo y valentía, siempre lograba hacer triunfar la justicia.

Han pasado muchos años, y justo ahora, en plena resaca de la película "Batman VS Superman: El origen de la justicia", reflexiono y me identifico con ese Bruce Wayne, que a pesar de seguir calzándose sus mallas de murciélago, se siente cansado, harto del crimen y ni siquiera él cree en el bueno de Superman, como si esta sociedad no tuviese remedio.

Ocurrió hace una semana, cerca de las siete de la mañana, no fue en Gotham ni en Metrópolis, sino en el metro de Madrid. De vuelta a su casa tras una noche de servicio, un policia, ya de calle, ve a cuatro jovenes (3 chicos y una chica) que le dan  mala espina. A los pocos minutos su corazonada se confirma cuando observa cómo le roban el móvil a una chica dormida en un vagón.

El policía llama al 091, y empieza a seguirlos. Cuando se disponen a salir del metro se identifica como policía y les pide su documentación. Sin mostrar ningún nerviosismo ni temor, los ladronzuelos se ponen chulitos y con tono desafiante le increpan "¡Déjanos en paz, madero de mierda. ¡Tú no estás trabajando, déjanos en paz! Vas a acabar mal". El policía intenta entonces pararles el paso y detenerlos, pero se resisten. Cuatro contra uno, a nuestro superhéroe le pesó más su sentido de la justicia que las matemáticas, sacó su defensa extensible, pero  se la arrebataron. A partir de ahí, es fácil de imaginar.  Comenzaron los golpes, puñetazos, patadas... gritos jaleándose entre ellos "¡Te vamos a matar! ¡Tú no eres policía, eres un puto maricón!", una paliza en toda regla.

Por suerte llegaron otros compañeros policías que detuvieron la pelea y pudieron arrestar a estos salvajes.No era la primera vez, los 4 tenían ya antecedentes por delitos por lesiones, contra la salud pública, por violencia, resistencia a la autoridad, desobediencia o robo, unos angelitos, vamos. Ahora se les imputa además un delito de hurto, atentado a agente de la autoridad y lesiones... Sin embargo, una semana después, nuestro superhéroe está de baja, jodido y magullado, mientras nuestros 4 amigos ya están en la calle.


Hace justo ahora dos meses, un conductor de autobús fue brutalmente agredido cuando llamó la atención a unos chavales que estaban acosando a unas pasajeras en un autobús de línea de Madrid. Miguel Ángel, nuestro héroe, insistió y les pidió que las dejasen en paz. Finalmente, paró el autobús y se dirigió a ellos para impedir que siguieran molestando a las dos pasajeras. Sin pensárselo dos veces, los jóvenes lo sacaron del bus por la fuerza y lo patearon en plena calle.

Batman afirmaba en "El caballero oscuro" que un héroe podía ser cualquiera. "Incluso un hombre que hace algo tan simple y reconfortante como poner un abrigo sobre los hombros de un niño para hacerle saber que el mundo no se ha terminado”. Eso fue en el 2012, tan sólo 4 años después, el nuevo Batman está decepcionado con el mundo, hastiado y agotado... Lógico, cuando ve que por mucho que lo intenta,cada vez hay más Jokers y Pingüinos por las calles haciendo daño con total impunidad... al final es lógico que no se fíe ni de Superman...



Me da a mi que si hoy volviese Super Ratón a nuestras pantallas, vería el telediario y al llegar su turno, diría entre lágrimas de desesperación, "No, olvídalo, mejor no te supervitamines ni te mineralices, no vaya a ser peor..."

viernes, 5 de febrero de 2016

Mascando el chicle de la paz

Hoy pienso que el cura y el barbero lo tuvieron claro. Comenzaron rociando la habitación de agua bendita, "no esté aquí algún encantador de los muchos que tienen estos libros", después se dispusieron a hacer una gran montaña de aquellos libros malditos, para salvar únicamente aquellos pocos, que a su juicio, merecían salvarse.

Y así quemaron y abrasaron los libros, culpables de aquel mal que afectó a su amigo, pero no contentos con eso, decidieron tabicar la puerta que daba a aquella habitación maldita, de forma que fuese como si nunca hubiese existido.

Hoy, no es la locura de Don Quijote, ni estamos en 1605, es otro mal, el tabaco. Fumar mata, y por eso, hay que matarlo, a él y todo aquello que huela. La OMS, haciendo de maese Nicolás han pedido (o puede que exigido) que se prohiban a los menores de 18 años todas las películas en las que salga un cigarrillo encendido, ya sean actuales o de "antiguamente", como dicen mis musas.

Quizás dentro de poco vayan más allá y estos adalides de la salud quieran hacer la fogata del cura y el barbero, salvando "Cuéntame", como ellos decidieron salvar el "Amadís de Gaula" o "Casablanca", como, con cierta ironía, ellos perdonaron la vida a "La Galatea". O puede que salven la escena del cruce de piernas de Sharon Stone, porque no tengan ojos para ver el cigarro que ella sostiene...



Una vez oí que lo que no se dice, nunca existió, así que, si los libros de Alonso Quijano se queman, igual vuelva en sí y Don Quijote desaparezca... Pero también corremos el riesgo de perdernos la pelirroja sensualidad de Gilda, de que nadie sepa interpretar la triste mirada rebelde de James Dean o de que Humphrey Bogart sienta sus labios tan desnudos que no pueda pronunciar una sóla palabra. 

- Ah! Bueno- , dirán algunos, -que la prohibición (de momento) es sólo para niños...-  bien, pues privemos entonces a los niños de ver a Cruela de Vil  tratando de hacerse con todos aquellos cachorros de lunares negros, o que no vean cómo Pinocho se marea y se llega a poner verde con aquel puro digno de un Cohiba e incluso que no se rían con las ocurrencias de aquel cuervo andaluz que enseñaba a Dumbo lo cruel y a la vez lo maravilloso que podía ser el mundo real.

Y recuerdo entonces aquella conversación entre Montag y Fabel en Fahrenheit 451. "¿Comprende ahora por qué los libros son temidos y odiados? Revelan poros en la cara de la vida. La gente cómoda sólo quiere ver rostros de cera, sin poros, sin vello, inexpresivos. Éste es un tiempo en que las flores crecen a costa de otras flores, en vez de vivir de la lluvia y la tierra. Los mismos fuegos de artificio, tan hermosos, proceden de la química de la tierra. Y sin embargo, queremos nutrirnos de flores y fuegos de artificio, sin completar el ciclo que nos llevaría de vuelta a la realidad.

Pues eso, mejor no educar, mejor no mostrar lo que está bien y lo que está mal, mejor no enseñar a nuestros hijos el mundo real, mantengamoslos en una burbuja, y si hace 40 años era normal que los padres fumasen en un coche, con sus 4 hijos detrás, anegando el poco espacio de un humo insoportable, ahorrémonos la explicación de que aquello era una barbaridad, tratar de que conozcan, valoren y piensen... no, en un mundo donde el tiempo cuenta y es más oro que nunca, aunque sea para ver el último chiste que nos mandan por wassup, es mucho mejor borrar la memoria, quemar los libros, censurar películas y hacer como que nunca hubiesen existido. Un problema menos y a otra cosa, mariposa.

 Decía Jean Paul Sartre que incluso el pasado puede modificarse, tal y como no paran de demostrar los historiadores. Quizás dentro de unos años nos cuenten cómo los indios y sus tribus llegaban a acuerdos mascando el famoso chicle de la paz...

jueves, 28 de enero de 2016

Show me the money

Hoy pienso que hace unos días, estando en el Burger King, observaba cómo unos chavales que no llegaban a los 14 años, pedían una hamburguesa mientras escrutaban atentos todas las mesas vacías. De repente, se me acercó uno de ellos y me preguntó si la bandeja usada que había en la mesa vacía de al lado era mía. "No", respondí curioso. 

Sin ningún pudor, el chaval agarró los tres vasos que, entre papeles y manchas de ketchup, se vislumbraban y se dirigió victorioso hacia sus amigos. Les seguí con mi vista, adivinando sus siguientes movimientos. Efectivamente, no tardaron en acercarse a los grifos del denominado "free refill", donde puedes llenar tu vaso tantas veces quieras, y así lo hicieron. 

Seguí con mi comida, perdiéndolos de vista, y olvidándome de ellos, pero al salir del local, los encontré en la terraza de fuera, corriendo y jugando a tirarse los vasos llenos unos a otros. Mordiéndome los labios, opté por quedarme a admirar el espectáculo. Cuando uno vaciaba el vaso de coca cola, tratando de empapar a su colega, rápidamente entraba en el Burger y volvía a llenar el vaso, dispuesto a repetir la operación. 

Tras unos largos y tensos minutos, no puede reprimirme y les llamé la atención (hacerse cuarentón es lo que tiene, uno se vuelve inevitablemente cascarrabias) "¿os parece bien lo que estáis haciendo?", les pregunté medianamente tranquilo.

- "¿Qué pasa? Lo hemos pagado, podemos hacer con la Coca Cola lo que queramos, tenemos derecho ¿no? " Me contestó el más avispado.

"Show me the money", pensé para mis adentros, mientras me largaba del lugar, resignado, algo cabreado y recordando aquella escena en la que Cuba Gooding Jr. le pedía a Tom Cruise que gritase con él, a ritmo de rap, que le mostrase el dinero...





Esa escena bien podría ser una parábola satírica de lo que ha convertido este nuestro Estado de Bienestar.

Papá Estado, sentado en su sillón, al teléfono, atendiendo todas las peticiones de personas que realmente necesitan de su ayuda, de su apoyo y de su garantía. Pero poco a poco van llamando más y más... unos con más razón, otros con más necesidad, y algunos, con más morro, por si cuela. "Show me the money!", gritan todos. Sin saber que el chicle se va estirando, que cada vez somos más los que creemos que es nuestro derecho, incluso aquellos que ni tan siquiera compraron el vaso, y sin importarnos que Papá Estado cada vez tenga menos o sin plantearnos que no siempre debe ser él el que vele por nosotros.

Y me recuerda aquella vez que, en un pueblo de Ohio, tras un partido de fútbol, nos fuimos todo el equipo a un Burger King. Por aquel entonces nunca había visto en España ese sistema del "free refill", así que, con el presupuesto normal de un adolescente, mirando la pela, o el dólar mejor dicho, me froté las manos y pedí un vaso del tamaño más pequeño, pensando rellenarlo cuantas veces hiciese falta. El otro español, a mi lado, hizo la misma operación, no hizo falta decirnos nada. Sin embargo, el resto de mis compañeros, oriundos del lugar, pidieron distintos tamaños de vasos, y de precios, lógicamente.

Ante lo obvio de mi razonamiento, le pregunté a uno de ellos por qué se pedía un vaso grande, pudiendo pagar menos por un vaso chico y beber lo mismo, y él con cara de extrañado, me sentenció con una lógica tan aplastante como honesta: "Si no hubiese "free refill" pediría un vaso grande, porque tengo mucha sed y voy a beber mucha Coca Cola". 

Fue entonces cuando me di cuenta de que en España ningún político podría demandar a la ciudadanía aquello que Kennedy requirió a los suyos, cuando les dijo "no pregunteis qué puede hacer vuestro Estado por ti, preguntad mejor qué  podéis hacer vosotros por vuestro Estado"... Lo que todavía no acierto a saber es si será culpa del político o del ciudadano... o de ambos...

viernes, 22 de enero de 2016

El resto será Historia

"Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas".

Hoy pienso que esta frase no es de hoy aunque podría serlo. En realidad corresponde a Alfonso XIII, quien tras las elecciones del 12 de abril de 1931 decidió huir a Francia sólo con lo puesto, dejando únicamente una pequeña nota, entre la que figuraba la frase citada.

España, 1.931. Se convocan elecciones municipales, de las que salieron, a  nivel nacional, 14.018 concejales monárquicos y tan sólo 1.832 republicanos. Ya en segunda vuelta, una semana después, los monárquicos volvieron a ganar de forma aplastante, obteniendo 22.150 concejales frente a los 5.775 concejales republicanos.

A pesar de estos resultados, varios factores, como el que los republicanos ganasen en las grandes capitales, les otorgó cierta legitimad moral que supieron convertir en presión social primero y represión social después, haciendo que la traducción de las urnas fuese la opuesta a lo que las papeletas decían... llegó la República, sin pebliscito, sin referéndum, sin tan siquiera haber ganado en número de votos, pero lo que las urnas no dieron directamente se corrigió a través de la negociación... el resto es Historia.

España, 1.936. Ahora sí, turno de elecciones generales. El ambiente está caldeado y España y los españoles están de los nervios. Las cosas no eran como se había prometido y como bien refunfuñó el bueno de Ortega, no era esto, no era esto lo que esperaban muchos de aquella República, que lo único que hizo fue separar y crear más odio entre españoles.

Y así, viendo que la derecha, representada por la CEDA era mayoría, en aquellas elecciones se formó una coalición artificial para plantarles cara, nació el Frente Popular, donde se unieron socialistas, comunistas y nacionalistas, un mix antinatura con un único fin, derrotar a la denominada derecha.

Aquellas elecciones también supusieron una derrota para la izquierda, sobre un total de 9.716.705 votos emitidos, 4.430.322 fueron para el Frente popular; 4.511.031 para las derechas y 682.825 para el centro. Sin embargo, en los sucesivos días se empezaron a producir una serie de acontecimientos que acabaron con una increíble y sorprendente mayoría del Frente Popular que le permitió gobernar... una vez más, lo que las urnas no dieron directamente se corrigió a través de la negociación. El resto es Historia...

Alemania, 1.966. Los demócrata-cristianos (centro derecha) ganan las elecciones, pero sin mayoría suficiente, llegan a un acuerdo con el Partido Socialdemócrata (centro izquierda). Nace la primera "Gran Coalición". El nuevo Canciller, Kiesinger, fue militante del Partido Nazi, entonces tan sólo habían pasado 20 años de aquel desastre que inició Hitler, sin embargo, se impuso la cordura y el sentido de Estado al rencor y a la memoria histórica, de forma que ambos partidos, de forma responsable, llegaron a un acuerdo, por el bien de Alemania. El líder socialdemócrata Brandt, incluso formó parte de aquel gobierno como ministro de Asuntos Exteriores, manteniendo el progreso de un país hecho añicos tan sólo 20 años antes. La negociación mantuvo lo que las urnas dieron. El resto es Historia.

Alemania, 2005. Merkel gana las elecciones al SPD (los socialistas) por tan sólo 4 diputados, se hacía imposible entonces mantener el pacto del Canciller Schroeder con los verdes y a los conservadores tampoco les valía el apoyo del Partido Liberal. Finalmente Merkel, la más votada, fue Canciller con el apoyo del SPD, quien conservaría varias carteras ministeriales, lo que parecía impensable fue una realidad, nacía la segunda Gran Coalición. La negociación mantuvo lo que las urnas dieron. El resto es Historia.
Alemania, 2013. Merkel recibe el respaldo de los alemanes y reedita su victoria, sin embargo no consigue la mayoría absoluta, los liberales, no entran en el Congreso y no pueden seguir apoyándola. Merkel se vuelve a sentar con el partido de centro izquierda, el SPD y cierran un pacto, cediendo 6 carteras ministeriales, el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, ocupa el cargo de vicecanciller y ministro de Economía. La negociación mantuvo lo que las urnas dieron. El resto es Historia.

España, 2015. El PP reedita su victoria en las elecciones del 20 de diciembre. Sin embargo, el panorama político cambia totalmente al aparecer en escena dos nuevos partidos que consiguen diversificar los votos y hacer del Congreso un compendio de colores que exige el acuerdo entre ellos para poder formar un gobierno estable. Rajoy pregunta al resto de fuerzas, sin embargo nadie le quiere y entonces aparece Sánchez, quien desesperado por llegar a la Moncloa, busca la unión de fuerzas de la izquierda para alcanzar el tan ansiado sillón, pero ni así le llega, necesita el apoyo de nacionalistas (¿o son independentistas?), sin importar su ideología, todo sea por cenar en la bodeguita de Moncloa.
Y así llegamos a hoy. ¿Qué será será? ¿Un triste adiós de Rajoy llorando por el amor perdido de su pueblo? ¿Socialistas, comunistas, nacionalistas y el visto bueno de los antisistema, como en la España del 36? ¿O será Una Gran Coalición PP-PSOE como las de Alemania?...

Decía Aldous Huxley que la más grande lección de la Historia es que nadie aprendió las lecciones de Historia... el resto será Historia...







viernes, 8 de enero de 2016

Queridos Reyes Magos

Queridos Reyes Magos,

Hoy pienso que nunca he estado más contrariado en día tan especial como es el 6 de enero. 

Vale, es cierto que hubo un año que me trajisteis carbón. Sí, de azúcar, pero carbón al fin y al cabo. Otro 6 de enero no disteis con el color de las zapatillas que había pedido. Incluso un año me encontré bajo un bonito envoltorio una camiseta de fútbol... ¡con los colores del equipo contrario!

Pero a pesar de todo eso y de que sigo esperando ese Scalextric que llevo pidiendo desde los 8 años, la verdad es que siempre me habéis mimado, consiguiendo de cada 6 de enero un día mágico.

No son los regalos ni son los camellos, ni tiene, siquiera, que ver con el Niño Jesús. Se trata de acostarme cada 5 de enero con la misma ilusión con la que lo hacía de niño, dejando los 3 vasos de leche en la entrada y deseando que amanezca para abrir los regalos. Es ver que cada 6 de enero el tiempo se detiene y vuelvo a ser aquel mocoso que corre al salón, ante la atenta mirada de mis padres, para ver todo inundado de coloridos embalajes.

Los años han pasado, y ahora soy yo el que mira atento la carita alucinada de todos los renacuajos que se arremolinan en la puerta del salón esperando la señal para entrar, y aún así, escondo con cuidado mis pulsaciones y mis nervios por entrar en esa habitación que, por un día, es un mundo sin conquistar lleno de luz y arco iris.

El suelo lleno de papeles de colores hechos trizas, comer roscón hasta no poder más, dando cada bocado despacito deseando ser el afortunado que se lleva el premio gordo que alguien muy parecido a vosotros mete cada año, regalando fantasía para el resto del año. Llamadlo tradición, nostalgia o sinrazón, pero es algo muy especial cuya magia radica en mantener, año tras año, la misma liturgia bañada en cariño, esperanza y amor.

Sin embargo, este año no supe qué pensar cuando os vi por la tele en la Cabalgata de Madrid. ¿por qué os teníais que disfrazar? Vosotros sois los Reyes Magos de Oriente, sí, Melchor, Gaspar y Baltasar. No importa si lo dice la Biblia, tampoco si incumplís la paridad de la Ley de Igualdad, o si algunos piensan que vuestras capas están desfasadas y que había que darle más color. Vuestras coronas están por encima de cualquier Rey, Presidente o Comandante, porque vuestra única ideología es la felicidad de los niños, tengamos la edad que tengamos. Vosotros regaláis magia, y eso no podéis permitir que os lo quite ningún lobo disfrazado de abuelita. 

No os lo reprocho, imagino que no tuvo que ser fácil para vosotros vestiros con esa indumentaria y dejar que la clásica fiesta dedicada a los niños se conviertiera en un atroz esperpento de luz y sonido, expulsando carretas por no ser afines a la ideología imperante en Cibeles o con DJ,s pinchando música más propia de un after que de un espectáculo para niños.

Y sí, lleváis razón, podría haber sido peor, podrían haberos suplantado tres mujeres vestidas de algo indescriptible, haciéndose llamar Libertad, Fraternidad e Igualdad... más que nada por si traen la guillotina detrás, quién sabe, después de usarla con vosotros igual vienen a por mi por escribiros esta inocente carta...

Puestos a imaginar, podría haber formado parte de la cabalgata algún intransigente disfrazado de ¿pictoplasma? que, aprovechando su cobarde anonimato blanco y peludo, decidiese soltar algo que duele, hiere y que puede romper la magia que esa fiesta tan cínica no había sido capaz de destruir.

Quién sabe, igual os obligan a hablar del cambio climático o puede que decidan poneros voz de mujer, suele pasar con los que mezclan adoctrinamiento con educación y confunden tradición con ideología.

Por suerte yo os conozco, y sé que seguiréis viniendo cada año, y aunque seguro que estáis algo enfadados y no tendréis muchas ganas, después de lo vivido este año, aún así, tengo claro que, si vinisteis cuando mis abuelos eran niños, entre bombas y odios forzados, si habéis conseguido arrebatar sonrisas olvidadas y habéis recuperado la esperanza y alegría de aquellos que la creían perdida, sigo teniendo la certeza de que volveréis el año que viene, porque vosotros no podéis fallarnos.

Yo os prometo que seguiré poniendo vuestros vasos de leche en la entrada, despertándome antes de tiempo y saboreando los traidores bostezos que, tan temprano, se me escapan entre risas, caramelos y regalos, y os seguiré escribiendo mi carta, empezando por Queridos Reyes Magos, incluso aunque me obliguen a empezarla con un Queridas Reyas Magas.

PD. Espero que no os olvidéis de donde vivo, y no os engañe el nuevo nombre de la calle, ya que hace poco lo sustituyeron, relevando el de toda la vida, dedicada a un escritor español, por el de otro escritor, también español, ambos andaluces, gaditano el primero y cordobés el otro, poetas y creativos ambos, uno creía en Dios y otro en Alá, pero ambos cantaban al amor. Sólo mil años separaban a ambos, pero sin embargo, según parece, vivir en una dictadura te hace menos digno que haber vivido en un Califato...