Una vez más, uno asoma la cabeza a la actualidad internacional y enseguida tiene que esconder su testa cual avestruz azorado.
Creo que fue el domingo cuando pude ver las imágenes del ministro de finanzas japonès, Shoichi Nakagawa, dando una rueda de prensa durante la última reunión del G-7 en Roma, en un estado más propio de un tertuliano de la Tómbola que de un ministro.
He tenido la suerte de trabajar con funcionarios Japoneses, y si por algo sobresalen es por su capacidad de trabajo y su sentido de responsabilidad. Así que pensé: "este no dura ni dos telediarios". 
Lo he clavado, hoy martes, 48 horas después, Nakagawa ha presentado su dimisión. El ministro mantiene, no obstante, que pese a las imágenes que le muestran somnoliento y con dificultad al hablar, no estaba borracho. En cambio, achaca al 'jet lag' y a los medicamentos la sofocante situación.
Excusas pone, sí, pero dimite. Eso lo primero, luego ya hablaremos del Gobierno, que dirían los geniales Tip y Coll.
Aquí en España a nuestro Ministro de Justicia, Bermejo lo pillan de cacería con el Juez instructor de un caso de posible corrupción que afecta a cargos del principal partido de la oposición, y se ríe mientras reconoce que su encuentro con el juez Garzón «probablemente» pudo ser «inoportuno». Pero de ahí a elevar este asunto a categoría de «problema institucional y transformarlo en una conspiración» sólo ocurre «cuando alguien anda tan desesperado que necesita una cortina de humo», señaló en referencia a la petición de dimisión por parte de Rajoy.
La verdad es que en este país hay que estar muy desesperado para pedir la dimisión de algún cargo público hoy día...
Por cierto, que hay por ahí un alcalde con altas pretensiones y con talante olímpico al que han pillado en un estado etílicamente parecido al de Nakagawa... bueno, había una diferencia, el alcalde salía de una recepción y un micrófono de un programa informal casi lo asaltó, no estaba dando una rueda de prensa sobre la reunión del G-7...
En cualquier caso, no creo que tampoco por esto rueden cabezas, que esto es España... y Olé!!
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