Hoy pienso que en un momento en el que uno de los pilares de la democracia, los partidos políticos, están en entredicho y en el que los supuestos representantes de la ciudadanía, más que al servicio público parece que lo único que les importa es el suyo propio, se va uno de los grandes, el Excmo. Sr. D. Sabino Fernández Campo.
Podríamos destacar de él su frase más famosa, la que, en un momento de lucidez y dejándose llevar por su virtuosa intuición, hizo que España no cayese de nuevo en un período gris de la historia, "ni está ni se le espera", afirmó vehemente por teléfono ante la capciosa pregunta de un Juste Grijalba, entonces jefe de la división acorazada Brunete, que esperaba el OK de Armada para sacar los tanques por la mismísima Castellana.
Pues sí, hoy esa máxima que toda persona con cargo público debería llevar tatuada en la cabeza es justo lo opuesto a lo que está de moda, "digo lo que quieras oir, con tal de no irme, que este sillón me gusta mucho".
Sin embargo, si por algo se caracterizó fue por su discrección, por su silencio, como él mismo decía "en mi caso el silencio es la mejor lealtad".
Quizá por eso ha elegido un momento político así para irse, siendo leal a España, dando ejemplo... en silencio.
Descanse en paz
3 comentarios:
¿Podrías aclararme el contexto en el que dijo "en mi caso el silencio es la mejor lealtad"?.
Es que así, solitaria, y teniendo en cuenta el terreno donde trabajaba, me parece una amenaza en toda regla. ¿Qué piensas?.
Al parecer lo dijo en más de una ocasión. Fernández Campo aseguró que nunca escribiría sus memorias. "El honor de haber servido tan de cerca y tan directamente al Rey y a su familia tiene una contrapartida: la lealtad y la discreción. En una palabra, el silencio".
No creo que este hombre tuviese necesidad de amenazar, probablemente se trataba simplemente de valores propios, vamos una deuda consigo mismo el primero.
"En mi caso, el silencio es la mejor lealtad. EL honor de haber servido tan de cerca y tan directamente al Rey a su familia tiene una contrapartida: la lealtad y la discrección, en una palabra, el silencio".
Creo que tiene poco más que explicar, ¿no?
Por añadir algo más de sus comentarios.
De cualquier modo, y sin entrar en el debate pro/anti- monárquico, lo cierto es que este hombre ejemplificó la defensa de unos valores en los que creía hasta el punto de mantenerse fiel a la monarquía incluso después de ser defenestrado en 1992 cuando dejó de ser Jefe de la Casa Real y no por voluntad propia.
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