Hoy pienso que mis temores se van haciendo realidad, aunque ciertamente ya hubo mucha gente que lo profetizó.
Los cigarros son sólo una excusa para legitimar al gran hermano (al de 1984, no al de Berlusconi) a entrar en nuestras vidas y decirnos lo que tenemos que hacer y lo que no.
En el País Vasco van a prohibir fumar en los coches mientras haya niños menores. Por fin encuentran una excusa para entrar en nuestras casas, la salud del menor.
Claro, que por la misma regla de tres, también tendrán que prohibir fumar dentro de casa si hay menores, lo cual implicará o poner cámaras de vigilancia o permitir "redadas" de la policía para ver si nos pillan con el cigarro en la boca.
Supongo que la salud es el mejor de los pretextos para justificar lo indefensos que nos encontramos los ciudadanos ante nuestra propia idiotez y la necesidad de que papá Estado nos defienda de nosotros mismos, a costa, por supuesto, de nuestra propia libertad.
Lo siguiente será vigilar que no le damos a nuestros niños bollería industrial, esa tan dañina que han prohibido en los colegios. Puede que hasta nos acaben dando el menú, con suerte hasta volvemos a las cartillas de racionamiento, lo que garantizaría de todas todas lo que comen nuestros pequeños. Después quizás nos prohiban tener alcohol en nuestros domicilios para que los niños no hagan botellón en casa... todo con sus respectivas cámaras vigilantes, por supuesto.
Los cigarros son sólo una excusa para legitimar al gran hermano (al de 1984, no al de Berlusconi) a entrar en nuestras vidas y decirnos lo que tenemos que hacer y lo que no.
En el País Vasco van a prohibir fumar en los coches mientras haya niños menores. Por fin encuentran una excusa para entrar en nuestras casas, la salud del menor.
Claro, que por la misma regla de tres, también tendrán que prohibir fumar dentro de casa si hay menores, lo cual implicará o poner cámaras de vigilancia o permitir "redadas" de la policía para ver si nos pillan con el cigarro en la boca.
Supongo que la salud es el mejor de los pretextos para justificar lo indefensos que nos encontramos los ciudadanos ante nuestra propia idiotez y la necesidad de que papá Estado nos defienda de nosotros mismos, a costa, por supuesto, de nuestra propia libertad.
Lo siguiente será vigilar que no le damos a nuestros niños bollería industrial, esa tan dañina que han prohibido en los colegios. Puede que hasta nos acaben dando el menú, con suerte hasta volvemos a las cartillas de racionamiento, lo que garantizaría de todas todas lo que comen nuestros pequeños. Después quizás nos prohiban tener alcohol en nuestros domicilios para que los niños no hagan botellón en casa... todo con sus respectivas cámaras vigilantes, por supuesto.
Luego nos tocará el turno a nosotros, ya sabéis, hay que vigilar el colesterol y prevenir los fatídicos infartos, y si no es por salud, siempre nos convencerán diciendo que es por el ahorro que supone para la Seguridad Social...
De momento, ya hemos dado un paso de gigante, han conseguido entrar en el ámbito privado, en la esencia de la libertad, esa que hace ya más de un siglo Marx defendía que había que sacrificar por el bien de la sociedad. Ahora la caja de pandora se ha abierto... ya están aquííííí...
De momento, ya hemos dado un paso de gigante, han conseguido entrar en el ámbito privado, en la esencia de la libertad, esa que hace ya más de un siglo Marx defendía que había que sacrificar por el bien de la sociedad. Ahora la caja de pandora se ha abierto... ya están aquííííí...
2 comentarios:
Ostras tú, había perdido tu sitio, y ha vuelto a aparecer entre mi maraña de bookmarks...
A ver. Creo que hay una manera realmente deliciosa y entretenida de saber (o no, les va a dar igual), si fumas-bebes-comeshamburguesas-hacescunnilingus en la casa. No necesitan cámaras, ni aparataje especial. Se llama delación, y a estos tipos les pone muchísimo. Esto sí que rompe una sociedad de individuos. Por el espinazo.
También quiero comentarte que el curso pasado, en el menú de la guardería de mi hijo -que sabes, me es muy cercana- me sorprendió que varias veces al mes tomaban salmón. Lejos de mí el oponerme, claro -el pescado azul, la omega dieciocho y todas esas cosas (ver últimas noticias sobre la longevidad en Japón, juas, juas)-. El caso es que pregunté, porque me extrañó darle, a bebés, un pescado con un sabor tan fuerte y tan particular (adorable para mí). La respuesta de la guardería -que viene a colación de tu artículo- fue: Imposición de la Junta de Andalucía. Obviamente, y cómo suponía, les había costado a las "seños" varios años de vida menos por estrés, el darle la cosa a los enanos.
En fin... Tengo, mi querido Picapino, unos documentales esclarecedores... En blanco y negro, salen unos chicos y chicas lozanísimos, haciendo gimnasia. Un, dos, un, dos. Todos sanos. Todos fuertes. Todos rubios y con ojos claros. Un, dos, un, dos...
Y su líder también ganó las elecciones democráticamente, ¿verdad?
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