Hoy pienso que alguna vez lo he comentado ya. No soy sospechoso de ser un ferviente católico ni nada que se la parezca, no es que sea bueno ni malo, simplemente no lo soy. Sin embargo, últimamente me encuentro defendiendo a la Iglesia Católica en muchas conversaciones, y todo porque tenemos tendencia a interpretar un mismo acto de forma distinta según de quién provenga.
Aquí en España, por ejemplo, algunos entienden que una procesión en plena Semana Santa atenta contra la libertad de las personas que no son Católicas, y ello sin tener en cuenta que si bien es cierto se trata de una manifestación religiosa, no lo es menos que es respetuosa, pacífica y autorizada por la autoridad competente. No entiendo pues en qué momento una procesión logra agredir la libertad de una persona, cuando no se meten con nada ni con nadie. Pero es que además, esos mismos que critican son los que pretenden luego llevar a cabo una manifestación denominada por ellos mismos como atea, en la que insultan y atentan verbalmente contra representantes de la Iglesia Católica y sus símbolos. Por cierto, que es curioso que se metan sólo contra la Iglesia Católica, cuando es una manifestación autodenominada “atea”. Claro, que esos mismos son los que se rasgan las vestiduras cuando ven un cruficijo en un lugar público y luego defienden en su barrio al musulmán que pretende que su hija acuda al colegio con el pelo cubierto.
Hace unos días, salió a la luz una peculiar película titulada “La inocencia de los musulmanes”, según parece la película es una especie de documental panfletista en el que presenta a Mahoma en infinidad de papeles: pederasta, homosexual, mujeriego y criminal ávido de sangre.
Está claro que es una película provocadora y fuera de lugar, que pretende herir los sentimientos de todos los que profesan la religión islámica, pero está más claro aún que la respuesta que ha tenido en el mundo musulmán es aún más radical y a todas luces desproporcionada. Ataques violentos en distintos países, incluyendo la invasión de la embajada norteamericana en Libia, que supuso la muerte de 4 americanos, incluyendo la del propio embajador… hasta en Níger se han permitido el lujo de asaltar una Iglesia (con saqueos e incendios incluidos) y hacer una procesión con una imagen de una Virgen al grito de “Alá es grande” para acabar destrozándola.
He oído a algunos decir que la película buscaba precísamente que pasase lo que ha pasado... y claro, no puedo por menos que revelarme a semejante disparate. He visto películas, chistes y parodias sobre Buda y especialmente del Dios cristiano. Y nunca ha habido una respuesta de ese tipo. Es más, en este nuestra España, hace poco un tribunal declaró inocente a Javier Krahe por hacer un documental titulado “cómo cocinar un Cristo”, y de hecho, en esta historia, para la mayoría de la gente con la que hablé, la víctima era él, un artista al que la retrógada Justicia trataba de inhibir su talento innato...claro, que al que metió en la cacerola no fue a Mahoma…
En fin, que visto lo visto, y tal y como publica la revista El Jueves esta semana, creo que el mejor consejo que se puede dar a alguien hoy día es, que si quieres que no se rían de ti, pon una chilaba en tu vida y hazte musulmán...
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