Hoy pienso que tras ver el encuentro entre el controvertido Risto y más controvertido Zapatero, tenía que escribir un post sobre ello, sin embargo no sabía bien cómo abordarlo.
Es lo que tiene ZP, me provoca tantas sensaciones que se van acumulando hasta acabar aturullándose en mi cabeza, y así, cuando un amigo me preguntó esta semana que qué me había parecido el estreno del programa Chester, empecé a balbucear, después carraspeé un poco, luego me salí con un par de monosílabos y finalmente varias frases entrecortadas y sin conexión unidas a varias palabras malsonantes.
Recuerdo a un viejo amigo mío, que antes que amigo fue jefe, no sé si el mejor que he tenido, pero seguro que él que más me ha enseñado. Mi amigo, socialista de los de la época de Felipe, había sido diputado y senador, y ya en la época zapateril, en la que la experiencia y la formación fueron azuzadas y trocadas por la juventud a cualquier precio, se vio defenestrado a un puesto menor para alguien cuyo pecado era peinar canas y acumular años de trabajo.
Me contaba él, cuando entonces era mi jefe, una anécdota tan graciosa como gráfica. En Navidad, era tradición (no sé si aún continúa) que los diputados jugasen un partido de fútbol. Así que allí que iban nuestros representantes, se plantaban unos pantalones cortos y se tiraban a la hierba. Mientras decidían en qué posición jugaba cada uno, como en cualquier patio de colegio, siempre quedaba vacante el puesto de cancerbero, ya se sabe, el de más responsabilidad, más incomprendido y por ende, el de más vocación.
Mientras se miraban unos a otros, alguien cayó en la cuenta del jovencito larguirucho que permanecía al fondo, y que le dijo: "tú, el de Valladolid, ¿cómo te llamabas?" - "Jose Luis", respondió desde el fondo. -"Pues hala, José Luis, tú de portero". -"No sé... yo soy más de baloncesto". Protestó tímidamente -"Bueno, tú ponte y haz lo que puedas". -"Bueno vale". Sentenció el bueno de José Luis.
Y así fue como Zapatero se hizo con la portería del equipo. Según me contaba mi amigo, era tan malo como él mismo avisó, pero nadie se atrevió a decirle nada porque ninguno quería jugar de portero, y lo que fue peor, estuvo jugando varios años en esa posición como titular indiscutible.
No sé si sería verídica o no esta historia, pero así me la contaba mi amigo y así se la oí narrar varias veces.
Zapatero fue un Presidente por accidente, llegó como candidato casi sin querer, dos días antes de aquel fatídico 11-M ni él mismo tenía hecha la maleta para la Moncloa, y sin embargo llegó. Eso podría excusarle de muchos defectos propios y otros tanto errores que cometió, sin embargo, el otro día, viéndole en la caja tonta, me confirmó algo que yo siempre percibí en él, su torpe uso de la demagogia.
Fue cuando Risto entró a matar, con su maestría característica, así de sopetón, sin calentar ni nada:
- "Crees que merecemos políticos mejor preparados? Do you speak English?
A bote pronto, ante tan taimada pregunta, se me ocurren miles de respuestas sensatas y facilonas con las que salir del paso, algo como por ejemplo: "Durante mis años en Moncloa me he dado cuenta de que saber idiomas es algo importante, aunque no esencial. Desgraciadamente en mis años de formación no tuve oportunidad de viajar al extranjero, no era tan fácil y la calidad de la educación a nivel de idiomas dejaba mucho que desear. Por eso creo que es importante que nuestros hijos... bla bla bla"
Sin embargo, nuestro ZP, se queda en blanco, pone cara de pocos amigos y espeta un "En España hay mucha gente que no habla inglés", tratando de tirar del clásico "mal de muchos..."
Por desgracia para él, Risto es un tipo mentalmente rápido, y aunque aquí lo tenía fácil, el tiro fue certero... "Pero no representan a todos los españoles", disparó.
ZP traga saliva, y entonces se acuerda de sus tiempos de crío, cuando jugando al pilla pilla, se veía acorralado, se iba a una pared cualquiera y gritaba "!salva!". Sigue repasando mentalmente su vida y recuerda aquellas tardes en la sede vallisoletana de juventudes socialistas... "cuando no podáis argumentar más, tirad de demagogia, eso nunca falla!", les decía su mentor. Y así vio la luz, ya tenía respuesta para Risto.
"¿De verdad crees que alguien que no haya estudiado inglés, democráticamente no puede gobernar? Esa es una concepción meritocrática, no democrática. Elitista"
Misión cumplida, sonrió, alzó sus cejas y se dijo a sí mismo: "qué bueno eres, Jose Luis, una vez más has salido airoso, has triunfado".
Y ahora, cuando pienso cómo explicarle a este hombre que exigir a un Presidente del Gobierno, formación, experiencia, sensatez, sentido de Estado, coherencia y honestidad no es que no sea elitista, es que debería ser incluso absurdo, porque en un país democráticamente serio, debería ser algo inherente a esa persona, y por tanto, ni siquiera exigible.
Entonces recuerdo el final del programa y la dedicatoria que Risto le regala al expresidente, quien un segundo antes seguía tirando de "talante y de las virtudes de la democracia y la libertad".
"Ojalá algún se día se junten en este país talante y talento..."y ZP sonríe, creo que sin enterarse de la puñalada que le acaba de lanzar. Y pienso que para explicarle todo esto a este hombre, serían necesarias algo más de dos horas...
1 comentario:
Ahora a comentar el de Loquillo.
Ja, ja
El sueco
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