jueves, 8 de enero de 2015

Que Dios nos pille confesados

"Aquellos que entregan la esencia de la libertad a cambio de la seguridad temporal, no merecen ni la seguridad ni la libertad"
 Benjamin Franklin

Hoy pienso que ocurría un 30 de septiembre de 1938. Francia, Italia, Reino Unido y Alemania firman los Acuerdos de Munich, permitiendo que Hitler incorporase los Sudetes checoslovacos a su Alemania nazi mediante la invasión militar de dicho territorio.

En realidad todo comenzó unos meses antes, cuando en marzo de ese mismo año Alemania se anexionaba Austria, así, como quien se lleva un jamón del supermercado y los guardas de seguridad no le dicen nada por miedo a las represalias del propio ladrón. Con Checoslovaquia fue un poco más de lo mismo. Hitler amenaza con liarla parda si no le dan lo que piden y ante eso, el Primer Ministro Británico, Neville Chamberlain, con su sonrisa complaciente, actúa una vez más de papá irrresponsable y con tal de evitar el berrinche de su caprichoso hijo, le compra la chuche que le pide. 

- "Anda toma, chiquitín, ahí tenéis los Sudetes, pero no llores más", le dijo aquella noche Chamberlain a Hitler, volviendo orgulloso a su patria y afirmando: "Es la segunda vez en nuestra historia que regresamos de Alemania a Downing Street con una paz honrosa. Creo que es una paz para nuestro tiempo".

Aquel día las muchedumbres inglesas aclamaron a su Primer Ministro y llenos de entusiasmo bloquearon Downing Street y sus accesos para darle la bienvenida. 

A la mañana siguiente, un viejo gruñón, diputado del Parlamento inglés, denunciaba ese Acuerdo afirmando "hemos sufrido una derrota total y absoluta". La tormenta que desató tales palabras no se hizo esperar y aquel viejo, un tal Winston Churchill, fue abroncado e incluso abucheado por la mayoría de la bancada, que finalmente aprobó, por aplastante mayoría, la política del Gobierno "mediante la cual, se evitó la guerra en la reciente crisis".

Ayer 3 individuos con sobredosis de religión islámica en sus venas mataron a 12 personas por Alá. No es la primera vez, y lamentablemente no será la última. Pero nadie dice nada, nadie hace nada, en Europa todo se cura con un minuto de silencio. Seguimos jugando a ser los más buenos del patio, y si nos quitan el almuerzo, con una sonrisa basta, porque seguramente hemos evitado una paliza.

Y mientras tanto, sigamos con la mordaza puesta, no vayamos a herir susceptibilidades, olvidemos nuestro origen, nuestras costumbres y nuestra historia, no hay nada nuestro, porque, como dijo ZP en un ataque de quimera "la tierra no pertenece a nadie, salvo al viento".

Y cuanto más intransigentes son ellos, más toleramos nosotros. Así, los equipos de fútbol modifican sus escudos y símbolos porque, a pesar de su historia y su origen, pueden ofender a alguien, y es que si París bien vale una misa, borrar una cruz bien vale un talón de petrodólares.

En Andalucía algunos denuncian la celebración de la Toma de Granada, no se nos vayan a enfadar los musulmanes, que aquel día dejaron de ser los dueños de la ciudad... Y si les explicas que al fin y al cabo, la toma de esa ciudad se produjo de forma pacífica y pactada y que además, en realidad no suponía más que la reconquista de una ciudad que unos siglos antes, los propios musulmanes habían invadido de forma sanguinaria y violenta, te miran raro... balbucean y finalmente escupen un "¡intolerante!"

También en Andalucía la Junta se ha empeñado en expropiar la Mezquita de Córdoba para así devolverla a su original utilización, y que puedan llevarse a cabo ritos religiosos islámicos. De nuevo la Junta olvida que antes de ser mezquita, ese lugar albergó una basílica visigótica en honor a San Vicente Mártir, y que fueron los muslmanes los que la destruyeron para construir encima la mezquita. Mezquita que, sin embargo, tras la reconquista, se mantuvo en pie, respetando la construcción. Además, y desde un punto de vista tan jurídico como legítimo, ese templo es propiedad de la Iglesia desde hace 8 siglos,  teniendo derecho a darle el uso que estimen conveniente y sin que pueda ser expropiado basándose en un supuesto interés general. Ya puestos, imagino que cederán su uso también a los budistas, a los judíos y a los seguidores de la Cienciología...

Podríamos seguir hablando de casos, como las chicas que en nombre de la religión exigen llevar el velo islámico a clase, aunque no esté permitido ningún tipo de atuendo, gorro o pañuelo para el resto de alumnos. "lo nuestro es un derecho a la expresión de la religiosidad", aducen, mientras parecen ignorar que en cualquier país musulmán, esas mismas chicas no podrían reclamar derechos tan básicos como conducir o incluso acudir a la Universidad, con o sin pañuelo.

Y ahora, miro hacia los lados y sólo veo Chamberlains y Daladiers y me digo mientras niego con la cabeza, como no aparezca un nuevo Churchill, que Dios nos pille confesados... 

PD. Para no herir susceptibilidades y salvaguardar mi propia seguridad, añadiré que Alá también nos pille confesados...


2 comentarios:

Alfonso Quesada Hervás dijo...

Como ejemplo también valdría recordar como Monctezuma le dió el oro a los españoles con la idea de que así también los dejarían en paz y se irían...

pino dijo...

Buen apunte, Alfonso.
Puestos a hacer memoria, me viene a la mente el Tratado de Fontainebleau, en el que Godoy en nombre de Carlos IV, permite dejar pasar las tropas francesas por territorio español para invadir Portugal, a cambio de pillar algo de territorio portugués, pero sobre todo quedar protegidos por los franceses y asegurar su independencia...