¿Cómo reacciona un terrorista de ETA al saber que su familia está siendo extorsionada por sus compañeros de organización? Debido a su intensa actividad, el aparato de recaudación de la banda, GEZI, acrónimo de Gora Euskal Zerga Iraultzaila! (viva el impuesto revolucionario vasco), acostumbra a generar abundante documentación que no siempre queda a salvo de la policía. Y es que, a despecho de su propia consigna -"Léelo y destrúyelo"-, la dirección de ETA parece haber adquirido el hábito burocrático de guardar copia de todo; también de las informaciones sensibles y comprometedoras.
El dossier Lierni, encontrado en uno de los pisos de seguridad de la cúpula en Francia, ilustra bien la doble percepción y doble moral que hace que los terroristas se abran las carnes ante la posibilidad de que sus familiares lleguen a padecer algo del sufrimiento que ellos procuran a diario al conjunto de sus víctimas.
El drama personal y familiar de tantos vascos amenazados y sometidos al chantaje económico se compadece mal con la historia que aquí se desvela. Dados los protagonistas y el enredo de la trama, el caso Lierni sugiere más bien una obra de teatro de género menor, aunque de seis actos.
- (Todo lo que se cuenta y se describe a continuación responde, hasta en su literalidad, a los escritos incautados a la dirección de ETA. Han sido depurados y suprimidos los datos y referencias personales y familiares del ámbito íntimo o privado, prescindibles a los efectos informativos y aleccionadores de esta pieza).
Acto primero
La acción transcurre en una vivienda del casco viejo de Saint-Pée-sur-Nivelle, a 50 kilómetros de la frontera. En una habitación con las persianas echadas, un tipo que peina canas escribe en el ordenador. Cuando termina, imprime una copia y repasa el texto. Es una carta dirigida a nombre de Txiki Begiristain y Marta Armendaritz a un domicilio de Beasain (Guipúzcoa), y está fechada en Euskal Herria, diciembre de 2002.
La carta dice lo siguiente:
"Señor Txiki BEGIRISTAIN,
Saludos:
La organización Euskadi Ta Askatasuna le quiere expresar lo siguiente:
Hemos tenido conocimiento de que la Policía Nacional se ha dirigido a usted diciendo que su nombre aparecía en una carta cogida a la organización relacionada con el impuesto revolucionario o con un secuestro. Es mentira. Una mentira más. Suponemos que no le daría ninguna credibilidad, pero le hemos querido asegurar que es así, ya que creemos que está a favor de Euskal Herria.
Sí es cierto, en cambio, que la lucha a favor de Euskal Herria requiere muchos esfuerzos tanto en lo referente a recursos sociales, como bien sabe, como en lo referente a las necesidades económicas. Por ello, aparte de su voluntad y del apoyo moral y económico que le da a su familiar Lierni, si quisiera ayudar económicamente a la lucha que llevamos a cabo en defensa de Euskal Herria se lo agradeceríamos sinceramente, quedando siempre de su mano tanto la cantidad como la frecuencia (de una vez, anual...).
Por ello, y al igual que hacen muchos abertzales, quizá nos querría hacer llegar una cuota anual. Si su respuesta es afirmativa, le proponemos que la cantidad de esa cuota sea de SEIS MIL (6.000) euros. Le repetimos que es una petición de voluntad, y a la espera de tener pronto noticias suyas, reciba un cálido y cordial saludo.
Viva Euskal Herria Libre!
Viva Euskal Herria Socialista!
Euskadi Ta Askatasuna
E.T.A.
Nota: Le va otra carta para su amigo Joxe Mari Bakero".
El hombre estampa en la parte inferior de la carta el sello con el anagrama de ETA y la introduce en un sobre en blanco. Luego continúa trabajando en el ordenador, transcribiendo el contenido de varios papeles arrugados escritos con letra minúscula que van dirigidos a GEZI.
Acto segundo
En una celda de la prisión de Soto del Real, una reclusa en la treintena escribe a mano con letra microscópica un extenso escrito. La carta empieza con un animoso "¡HOLA, CAMARADA!", pero el rostro de la interna parece crispado.
"(...) Soy Lierni Armendaritz, una militante de ETA que está secuestrada en las cárceles españolas. Ya me han condenado a 57 años. (...) Tal y como dije en un juicio, estoy orgullosa de ser militante de ETA, o por lo menos hasta hace poco podía decir eso con orgullo. (...) ¿Qué ha pasado? Que a mi cuñado, el ex futbolista Aitor [Txiki] Begiristain, le habéis pedido dinero y, por si eso no fuera poco, se lo habéis hecho del modo más torpe y chapucero.
Digo habéis porque normalmente diría hemos, ya que en los juicios que he mencionado antes, además de expresar mi orgullo, asumí todas las acciones de ETA, hasta las de antes de nacer yo. Pero yo no puedo asumir de ninguna manera el amenazar a mi familia, y además, cuando de ninguna forma no es enemigo!!! Estamos confundidos... (...).
Es cierto que mi cuñado gana más que un sencillo trabajador, pero ¿hemos perdido la cabeza hasta este punto como para pedir también dinero a éstos?
(...) No quiero decir que en este momento no pueda pagar, pero sí que estamos llegando a extremos chapuceros, antes de llegar a amenazas así tendríamos que tener datos... porque creo que los de mi familia ya estamos pagando suficiente, ¿no? (...) No sé quién ha sido el responsable de esto, pero mejor si no me lo decís, ya que me lo cargo. Mi madre me ha dicho que ha pensado que sois unas personas sin corazón, y si esto no ha sido un malentendido, pensaré que por ahí hay un asqueroso perro. El tema es que esta bonita carta la dejasteis en el buzón de la casa de mi madre. Mi madre llamó a mi hermana por teléfono y ésta le dijo que la abriera sin problemas... Mi madre colgó el teléfono asustada con las deliciosas palabras que guardaba vuestra carta. El mismo día yo hablé con mi madre, y pensad cómo estaría que inmediatamente noté que algo grave sucedía. Me cargaré con mis manos a ese sucio imbécil!!
(...) Las mujeres de mi familia somos muy cabezotas, por eso no abrí la boca en la comisaría y por eso mi hermana y mi madre no le dirá nada a Aitor. Eso sí, mi madre inmediatamente quemó esa maldita carta. (...) Son dos cosas las que os querría pedir:
1. La confirmación de que vais a dejar en paz a mi familia.
2. Pedirle excusas oficiales a mi madre y explicarle que no somos personas sin corazón.
Sin más, con la esperanza de que quemaréis esta carta inmediatamente (mi familia está por medio), y con la esperanza de que todo se solucionará pronto, me despido.
HASTA QUE NOS DEJEN EN PAZ, SIEMPRE GUERRA!!
2002-XII-27".
Acto tercero
Habitación interior de un apartamento en una urbanización HLM (vivienda de protección oficial de bajo alquiler) de Bayona (Francia). Hay dos hombres sentados ante un pequeño escritorio ocupado por un paquete de folios, un ordenador y una impresora. En la pantalla del ordenador figura un fichero registrado con la palabra "Egurra" (leña) que contiene listados de nombres y apellidos, con sus direcciones y teléfonos, agrupados bajo los epígrafes: "morosos" y "delatores". El hombre de más edad es el que ha aparecido con anterioridad en la casa de Saint-Pée-sur-Nivelle. Enarbola un arrugado escrito y parece excitado.
-O sea, que le mandamos a su cuñado una petición por las buenas, en un tono amistoso y una metodología hipercorrecta, y resulta que la tía nos llama perros y nos amenaza. ¡No te jode! ¿Y tenemos que tragarnos sus escupitajos? Está claro que no está equilibrada.
-Nos ha escrito un tal Otsoa (Lobo) que, por lo visto es Juan Carlos Yoldi, un ex preso de Ataun que fue parlamentario en su época y que ahora anda como abogado en el TAT [Torturaren Aurka Taldea, comité contra la tortura]. Dice que Lierni está preocupada porque piensa que la organización puede actuar contra su cuñado y que sobre esto quiere nuestra opinión y nuestra garantía.
-¿Y cómo hostias está enterado él de este asunto?
-Por lo que me cuenta Kamel, Otsoa es hermano de Mila Yoldi. Los txakurras [perros, referido a los policías] les dijeron a Txiki y a Bakero que habían encontrado una carta sobre ellos a un miembro de la organización detenido en México, y en esa época los únicos detenidos en México y expulsados fueron Mila Yoldi y Joseba Ramada. Mila y Lierni estuvieron juntas en Soto del Real y seguro que hablaron del asunto de Txiki y Bakero.
-Lo que vamos a hacer es enviarle a Lierni una copia de la carta que le mandamos a su cuñado para que compruebe que era una carta por las buenas y retire los insultos. AND ha leído lo nuestro y lo suyo y está alucinado. Dice que Lierni está jodida de los cascos.
-Hay que mandarles el dossier Lierni completo, con las cartas y todo, pero con la recomendación de que se deshagan de ello inmediatamente.
-También hay que volver a escribirles a Txiki y a Bakero.
Acto cuarto
Es la misma casa de Saint-Pée-sur-Nivelle, la misma habitación y el mismo hombre. Junto al ordenador hay varios escritos dirigidos a GEZI y un sello con el anagrama de ETA.
El hombre escribe:
"En Euskal Herria, mayo de 2003.
Señor,
Saludos:
La organización Euskadi Ta Askatasuna le quiere expresar lo siguiente: como hemos podido saber, la carta que te mandamos ha creado inquietud y malentendidos tanto en ti como en tu familia, los cuales nuestra organización los considera muy graves. (...) Hace poco nos hemos enterado por vías que no son oficiales (tú nunca te has puesto en contacto con nosotros para aclarar las cosas, aun teniendo la vía para ello) que has hablado con gente sobre este tema, con la intención de que llegue a nuestros oídos la noticia de que no puedes pagar.
Señor Txiki XXXXXX, (...) nuestro tono es en todo momento el tono que utiliza una organización abertzale para dirigirse a otro abertzale. Una vez que recibas esta carta, queda en tus manos responder a lo que te mencionábamos, al igual que el pedir responsabilidades a los que han liado la cosa. Desde la organización Euskadi Ta Askatasuna creemos que con esta explicación dejamos claras nuestras intenciones. Del mismo modo, te queremos hacer saber que no es costumbre de la organización escribir cartas de este tipo, ya que no es nuestro problema corregir las malvadas y erróneas interpretaciones que se hacen de nuestras acciones. En este caso, en cambio, hemos tenido en cuenta el ser familiares de nuestra compañera Lierni. Sin más, y esperando tener pronto noticias tuyas, nos despedimos".
***
Siguen los goras de rigor a la Euskadi libre y socialista, pero esta vez la despedida no finaliza con "un cálido y cordial saludo".
Acto quinto
Soto del Real, febrero de 2004. La reclusa Lierni Armendaritz escribe: "(...) Metisteis la pata y, en vez de solucionarlo, lo estáis estropeando más. La respuesta que recibí no es la que esperaba y mi sensación es que me tomasteis por tonta. (...) Ni mi familia ni yo sabemos cómo son las cartas que mandáis a los demás, pero, aunque sea implícitamente, hay una amenaza si no se paga. Todos sabemos que, si con la última carta no se paga, la amenaza se va endureciendo... En mi familia, la única que está a favor de la lucha armada soy yo, por tanto, si no hay amenaza de por medio, no van a pagar. Eso sí, no nos sobra el dinero, pero tened claro que intentan participar lo más posible tanto económicamente como personalmente en las diferentes iniciativas no armadas de los abertzales y los de izquierda. (...) Y qué decir del coste que tiene mi estancia en la cárcel. (...) Había tranquilizado a mi madre diciéndole que todo estaba arreglado, pero por segunda vez sucedió lo mismo, que la carta le llegó a mi madre...??? Ella me la dio a mí y yo, sin poder evitar el llorar, la rompí y la tiré al water. (...) ¡Podían castigar a mi madre por colaboración y, además, había otra carta para otra persona!
(...) Como os he dicho, la leí envuelta en lágrimas. Acusabais a mi madre de haber estado llamando a puertas para pedir ayuda sobre este tema. Yo toqué tres puertas, ¿quizá hice mal en mi desesperación? (...) Con la segunda carta habéis puesto en grave riesgo la salud de mi madre. Mi familia ya está sufriendo bastante con que yo esté en las garras del enemigo. (...) A lo mejor podéis pensar que las cartas no hacen daño por el hecho de estar escritas en un tono suave, pero no es así. No quiero volver a oír a mi madre llorando por vuestra culpa. Los hay más ricos que mi familia, a montones, a lo mejor no tan conocidos y que no tienen a un familiar represaliado o que lo tienen y no se hacen cargo de él emocionalmente y económicamente. (...) No más cartas, no más peticiones a mi familia. (...) A mí, pedidme lo que queráis.
¡HASTA QUE NOS DEJEN EN PAZ, SIEMPRE GUERRA!".
Acto final
Un bar céntrico de Barcelona. En medio del bullicio se oye la llamada insistente de un teléfono móvil. José Mari Bakero responde al periodista de EL PAÍS. "Es una cuestión de la que no me gustaría hablar. Sí, estuve viviendo en México; primero, durante ocho meses, como jugador del Veracruz, y luego, en 2000, un año entero, como entrenador de El Puebla".
En una clínica de Tokio, el director deportivo del Barça, Txiki Begiristain, y su mujer, Marta Armendaritz, hacen compañía al hermano del primero, que ha sido hospitalizado de urgencia a causa de una grave afección. Preocupado por la salud de su hermano, el que fuera extremo izquierdo de la Real Sociedad, del Barça y de la selección española no tiene, por lo visto, humor y ánimo suficientes como para abordar por teléfono un asunto tan vidrioso que le dio tantos quebraderos de cabeza. "No quiero hacer declaraciones sobre una historia que considero ya muerta", le indica a una persona de su confianza para que se lo transmita a EL PAÍS.
***
Txiki Begiristain compartió con el ex ministro socialista de Sanidad Ernest Lluch la candidatura que en 2000 trató de aupar a la presidencia del Barça al publicista Lluís Bassat. El 21 de noviembre de ese mismo año, el denominado comando Barcelona, del que formaba parte Lierni Armendaritz, mató de dos tiros en la cabeza a Ernest Lluch.
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