miércoles, 4 de febrero de 2009

¿Quién decide sobre la muerte?

Supongo que estáis al tanto de la controversia surgida en Italia en relación a la decisión de el Tribunal Supremo de Italia autorizando la semana pasada la suspensión de la alimentación y la hidratación de Eluana Englaro, que quedó en estado vegetativo en enero de 1992, tras sufrir un grave accidente de coche.

Como cada vez que surge un caso similar, la polémica está servida:
Eutanasia sí o eutanasia no, esa es la cuestión.

En primer lugar, me gustaría aclarar el significado de Eutanasia, la cual según la Real Academia de la Lengua es, en su primera acepción, aquella acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él.
Y definiéndola también como la muerte sin sufrimiento físico.
Esta aclaración es como consecuencia de algún artículo que he leído donde se señala que este no es un caso de eutanasia propiamente dicho, porque Eluana "no necesita respirador o máquinas que la ayuden a sobrevivir. Abre y cierra los ojos y respira sola. Pero los jueces han establecido lo que la ciencia no puede hacer. Las autoridades sanitarias de la ciudad de Udine han dado vía libre para que le retiren la sonda nasogástrica".
Una vez aclarado de qué hablamos, empezaré diciendo que en éste, como en tantos otros casos, es muy difícil de posicionarse de forma clara. Y que me es muy difícil decantarme por una postura clara, aunque algunos me tachen de relativista...
No obstante, mis dudas quedan algo disipadas por lo especial del caso. Pienso yo que en este mismo supuesto, si fuese el marido quien decidiese poner fin a tan lastimosa vida, sospecharíamos que este hombre está cansado de vivir así durante tanto tiempo, que, en realidad se trata de una decisión egoísta, en la que piensa en sí mismo, queriendo poder seguir adelante con su vida y dar fin a más de 17 años de angustiosa agonía.

Sin embargo, aquí es su padre el que ha tomado la decisión, y sinceramente, creo que un padre que toma esta resolución, está pensando tan sólo en su hija.
Dicen que lo peor que le puede suceder a un padre es ver morir a un hijo. Pero no es cierto, puede haber algo peor, decidir que tu hijo muera. Y esa decisión debe ser tan dura, pero tan madurada que me cuesta criticarla. El amor de un padre es puro y totalmente desinteresado, por tanto, no es tan sólo respetable, sino ponderable la actuación de Beppino, el padre de esta pobre chica.
He leído muchas opiniones al respecto, pero me quedo (y hago mía) la de Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de Diputados, quien ha señalado:. "Envidio a quienes tienen certezas sobre el caso. Personalmente solo tengo dudas, una sobre todas: ¿dónde está el límite entre un ser vivo y un vegetal? Creo que solo los padres de Eluana tienen derecho a dar la respuesta. Y advierto el deber de respetarla".
Qué suerte que aún quedan algunos políticos sensatos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A este político por poco se lo comen con papas,no sólo sus compis del ejecutivo sino los del santísimo Vaticano.Estoy completamente de acuerdo con el enfoque q le das a esto. Realmente son los padres las úicas personas que tienen, dadas estas circunstancias, derecho a( como está mandado) decidir lo mejor para su hija .Dicho sea de paso, es a a ella sin duda, lo que más quieren en el mundo. Y esa panda de defensores de la "vida" que se creen con derecho si quiera a opinar y entrometerse en el dolor q esta familia está sufriendo, ya podían dejarse de lecciones morales, que es muy fácil opinar sobre el dolor ajeno.

pino dijo...

Claro que se lo han comido con papas. Como digo, quedan pocos políticos sensatos...