lunes, 10 de mayo de 2010

Ya queda menos para 1984

Hoy pienso que esta declaración me ha llamado mucho la atención: "El ruido y la música no nos deja dormir, sobre todo en esta época. Cuando llega el verano y tenemos que abrir un poco las ventanas, en casa ni se oye el teléfono ni la televisión, a no ser que la pongas al máximo de volumen". La persona que dice esto no vive junto al aeropuerto, tampoco frente a una discoteca al aire libre, ni tan siquiera junto a un cine de verano.

Vive en la plaza de Santa Ana, en Madrid, y sus quejas son por unas mesas, unas sillas, y personas ocupándolas, hablando y riendo: las terrazas de verano.

También leo que en Murcia llueven las quejas de vecinos porque, dicen, obstaculizan el paso de peatones y suelen generar suciedad y ruidos.

En Madrid, de nuevo, leo que al menos 90.000 vecinos de barrios como Chueca, Dos de Mayo, Santa Ana y La Latina, se han visto afectados estos días por el estruendo que generan los veladores al aire libre, que en la capital superan los dos millares. "Ya no hay gente bebiendo en la plaza del Dos de Mayo, pero ahora el ruido lo generan las terrazas".

Cada vez nos molestan más cosas, queremos adaptar el mundo a nuestras medidas, a nuestras preferencias y sobre todo, a nuestra comodidad. Somos más egoístas y más intolerantes.

Hace unos meses, observé con sorpresa, en una plaza peatonal, un cartel que prohibía a los niños jugar a la pelota. Luego nos quejamos del sedentarismo en los niños, de su obsesión por los videojuegos y del incremento del número de casos de obesidad infantil. Si ya de por sí es difícil encontrar una plaza sin coches, donde los niños puedan descargar toda su energía, las que hay tienen prohibido jugar en ellas.

Primero fueron los botellones, después los niños y sus pelotas, las campanas de las iglesias, que durante siglos han sonado cada hora, de pronto se convierten en estrépitosas detonaciones, y ahora también las terrazas de verano, ¿qué será lo siguiente que moleste al sufrido ciudadano? ¿Las reuniones de los amigos en la casa de uno de ellos? ¿Quizás un bar abarrotado de amigotes viendo un partido de fútbol?

Es posible que, como ocurría hace 50 años, las parejas no puedan darse un beso en el parque, se podría molestar un desconsolado ciudadano que acaba de sufrir un desengaño...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta no es mi España. Ya mismo nos cierran los bares a las 23 horas como en otros paises, ya mismo no se podrá fumar en ningún lugar de ocio, y sabes lo que significa esto? que la Colmena cerrará porque no habrá nadie que se divierta y llegue tarde a su casa.

Anónimo dijo...

Botellón, terrazas,...Te has preguntado esto:
"...¿qué será lo siguiente que moleste al sufrido ciudadano? ¿Las reuniones de los amigos en la casa de uno de ellos?"

Pero desconoces que ya hay respuesta a esa pregunta con datos objetivos y para demostrarlo te vas a quedar con la boca abierta:
"En el año 2009 se han puesto un 1.200% más de multas en Madrid por hacer ruido en casa. El Ayuntamiento de Madrid abrió 157 expedientes sancionadores a PARTICULARES en 2009, frente a los 12 de 2008. En total (incluye bares) en 2009 por hacer ruido se pusieron 1.171 multas (un 263% más que en 2008, cuando fueron 323). Unas multas por las que el Consistorio recaudó 3.664.057 euros, el doble que el año anterior (la cuantía económica de estos correctivos oscila entre los 300 y los 12.000 euros).... Un espectacular aumento debido, según el Consistorio, a que la crisis ha trasladado la fiesta a los domicilios y al mayor control sobre la contaminación acústica."

Vamos, que el clásico guateque ya no se puede hacer porque el que lo ha hecho durante toda su vida -y va por ahí diciendo que "eso sí que era divertirse y no lo que hacen ahora los jóvenes"- ahora llama a la policía. Y por otro lado, Gallardón ha encontrado otro filón para lograr pagar sus deudas que, desgraciadamente, son las mías...
nano

Anónimo dijo...

Pues yo creo q estamos con la puntilla, que efectivamente habrá sitios donde sea insufrible el ruido, que serán los menos y q la mayoría son vecinos aburridos o q no tienen con quien echarse una cerveza. Un poco de equilibrio y tolerancia, pero por las dos partes... Ya mismo todos a las 9 en casa, comiendo lechuga, sin tele y solo...sin reuniones clandestinas?

Anónimo dijo...

Y ahora qué? Haremos honor a nuetra fama y nos estaremos calladitos e inalterables
mientras nos bajan el sueldo por solidaridad?
No recuerdo yo esta solidaridad cuando hace poco años el país estaba de aupa y
los funcionarios nos manteníamos en nuestra mediocridad.
O cuando toda la vida estudiando, mi carrera, mis oposiciones que aprobé y no a la primera, el destino a 400 km de mi familia, mi marido con destino a otros tantos y encima aguantando eso de que "los funcionarios no hacemos nada"
No estaría mal que un día todos " no hicieramos nada" aunque sólo sea porque nos han bajado el sueldo no?

Anónimo dijo...

Yo decía que el botellón no hace tanto ruido, y la verdad es que sigo pensando así, es como un murmullo que, si me apuras, te sirve de nana. Lo que molesta y hace mala fama de los jóvenes son los cuatro cafres de turno que mean, gritan y rompen cristales. No obstante, la vida cambia y anoche mis vecinos de arriba, como cada viernes y cada sábado se reunieron en casa con los colegas. Hoy llevan toda la tarde cantando a coro canciones como "yo soy libre". Ahora me da igual y hasta me he reído, pero cuando esta noche esté sola con los dos niños con fiebre, se pongan a cantar y me los despierten... No es intolerancia, es que no son horas. Hay que vivirlo cada viernes y cada sábado. Incluso, mi niño ha cogido miedo a su dormitorio porque entre semana se ha dedicado al taladro hasta las 23h (todos nos levantamos a las 7).