Hoy pienso que imagino que todos, no sólo los futboleros, se habrán hecho eco de la historia de Jonathan Mejía, el jugador de fútbol del Real Jaén, aunque os pondré en antecedentes por si alguno ha estado desconectado del mundo estos dos último días.
Sábado noche, estadio de la Nueva Victoria, El Real Jaén ataca, Jona, su delantero centro, cabecea y gol. Todos se abrazan, él se levanta la camiseta y enseña un mensaje: "Ánimo pequeñines. Día mundial contra el cáncer infantil".
Todo bien, sin más trascendencia que la sonrisa de algunos peques jienenses que, además de disfrutar de la victoria de su equipo desde la grada, se sintieron muy especiales con esa dedicatoria. Sin embargo, pronto salta la noticia: El Comité de Competición sanciona al jugador con 2.000 €. Los titulares del tipo "Dos mil euros de sanción por una camiseta solidaria y sólo 600 por un mecherazo" o "sancionan a un jugador por apoyar la lucha contra el cáncer" no se han hecho esperar.
En un principio, mi formación jurídica no pudo evitar ponerme del lado del Comité, ya que este Comité ha de aplicar el Reglamento disciplinario, el cual es taxativo en su artículo 91: "El futbolista que, con ocasión de haber conseguido un gol o por alguna otra
causa derivada de las vicisitudes del juego, alce su camiseta y exhiba
cualquiera clase de publicidad, lema, leyenda, siglas, anagramas o dibujos, sean
los que fueren sus contenidos o la finalidad de la acción, será sancionado, como
autor de una falta grave, con multa en cuantía de 2.000 a 3.000 euros y
amonestación".
Este es el Reglamento, y no deja lugar a dudas y Jona era, o debería ser, consciente de las consecuencias de su acción. Me sigue pareciendo loable su acción, ya que seguramente, 2.000 € es muy poco dinero en comparación con los ánimos y con la resonancia que su camiseta puede conseguir, pero la sanción no es injusta, ya que está explícitamente establecido en negro sobre blanco.
No cabe duda de que el artículo es bastante absurdo, excesivamente riguroso y algo trasnochado y que está pidiendo a voces su modificación, pero lo que también está claro es que mientras esté vigente, la sanción es totalmente justa, ya que no se le impone a Jona por apoyar la lucha contra el cáncer o por ser un tipo solidario, sino que es multado por enseñar un mensaje en la camiseta, independientemente del contenido, en su camiseta.
Como digo, esa fue mi primera reacción, sin embargo, pronto comencé a reflexionar y a preguntarme si el Comité había actuado bien sancionándolo y si siempre había sido tan recto y solemne en la aplicación de la norma.
Con anterioridad, este mismo Comité ya sancionó a Kanouté por mostrar un mensaje de apoyo a Palestina y a Darío Silva por apoyar al Partido Andalucista, mensajes políticos, nada que ver, podríamos pensar. Sin embargo, no fueron los únicos, también sucedió con David Villa, quien, recién salido de una lesión mostró su agradecimiento a su familia, también a Messi por felicitar a su mami e incluso al Cata Díaz por mostrar una foto del querido y difunto entrenador Preciado. Sin embargo, dejaron sin sanción a Callejón por enseñar una foto de su compañero de equipo, recién fallecido Dani Jarque, al Chupete Suanzo por solidarizarse con el terremoto de Chile, a Ramos por acordarse de Puerta y a Cristiano por acordarse de las inundaciones de Madeira.
Entonces, ¿qué criterio sigue Competición para sancionar? ¿Felicitaciones de cumpleaños no? ¿Terremotos e inundaciones sí? ¿Y qué pasa con los recuerdos a compañeros de fallecidos? Dentro de poco sabremos en qué lado de la línea roja quedan los apoyos contra el cáncer.
Entonces, ¿qué criterio sigue Competición para sancionar? ¿Felicitaciones de cumpleaños no? ¿Terremotos e inundaciones sí? ¿Y qué pasa con los recuerdos a compañeros de fallecidos? Dentro de poco sabremos en qué lado de la línea roja quedan los apoyos contra el cáncer.
Aquí es donde el Comité se equivocó. El fundamento de este genérico artículo era precisamente no entrar en controversias absurdas en si una misiva era correcto y otra no, en si una frase transmitía un buen mensaje y otra suponía un atentado contra la moral o la ética. Nada de eso, evitemos polémicas, se prohíbe todo tipo de escritura o dibujo y sanseacabó. Esto es algo adoptado a nivel internacional, no sólo nacional, que quede claro. Y me parece bien, porque quien entra a juzgar si escribir un mensaje de apoyo a las manifestaciones de Venezuela tiene un carácter meramente solidario o es partidista. Es más, si un jugador luciese algo así después de marcar un tanto: "Cari, prepárate que esta noche te meto a ti tres de estos", estoy seguro que las feministas no tardarían mucho en acusar al pasional futbolista de lujurioso machista y enfermo sexual.
Señores del Comité, como Manolete, ¿si no sabes pa qué te metes?. Desde el momento en que entró a interpretar el dichoso artículo e indulta a Cristiano porque su gesto fue "pacífico de fraternidad y solidaridad", abrieron la caja de Pandora. En el caso de Jona lo tienen fácil, porque no creo que nadie se sienta insultado o agraviado por su mensaje, pero... ¿y qué sucederá en el futuro, cuando alguien pueda lucir otro mensaje algo más controvertido?
En cualquier caso, una cosa está clara, el bueno de Jona ha conseguido su objetivo con creces. Su mensaje de apoyo ha salido en todos los telediarios, periódicos y sintonías de radio, incluso en twitter ya hay campañas para recaudar dinero para tan buena causa, así que le retiren o no la sanción... nunca 2.000 € estuvieron tan bien invertidos... Enhorabuena pues y lo más importante, ánimo a esos pequeñines que cada día nos muestran con su alegría y entereza la fuerza de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario