1985, los Nikis sacan una canción que, sin saberlo, se convertiría en un himno para muchos españoles entonces adolescentes (o incluso niños). Reivindicaba el orgullo español, "seremos de nuevo un Imperio", nos ilusionaban al compás de la música, como en 1582, cuando el sol no se ponía nunca en tierra española.
"Mira cómo gana la selección, España está aplastando a Yugoslavia por veinte puntos arriba". Durante años cantábamos esto idealizando el sueño de ver en televisión cómo nuestra selección española de basket (a un amigo mío le joroba bastante que utilice este anglicismo) era capaz de ganar a los imbatibles balcánicos. Curioso, sobre todo cuando un año antes habíamos escrito una página de la historia colgándonos la medalla de plata de baloncesto (ahora mejor, eh, Daviz?). !Cómo celebramos ese subtriunfo!! A cualquiera que le preguntes mayor de 25 años seguro que te dice al menos 6 nombres de esa selección sin siquiera pestañear. En semis ganamos a los hermanos Petrovich y sus secuaces, y en la final...bueno, el imberbe Jordan y compañía no nos dieron opción a jugar, pero tampoco lo esperábamos, así que empezamos a celebrar la plata antes de empezar el partido. Sabíamos que perderíamos de paliza, pero eso no impidió que nos levantásemos esa madrugada de agosto a ver el partido. Yo tenía sólo 10 años, y me acuerdo perfectamente, en el chalet de mis abuelos, disfrutando viendo perder a mi España por más de 30 puntos. Pero...y ese tapón de Romay a Jordan? !Eso que se llevó de nuestro gigante!
Tuvimos algo de suerte, porque Rusia, como USA hizo 4 años antes en Moscú, no participó en las Olimpiadas, y es que los rusos no nos habrían dado opción de jugar por la plata. Eran como los americanos, imbatibles, inalcanzables, lo teníamos tan asumido que ni lo pretendíamos. Nosotros hicimos nuestra epopeya llegando a semis y ganando a los Yugoslavos, que, ojo, también estaban un peldaño por encima nuestra.
Han pasado más de 20 años de ese sueño (joder, qué viejo soy!) y hoy es España la que da miedo. Tenemos 4 jugadores en la NBA y uno de ellos a punto de conseguir el anillo y siendo uno de los líderes de su equipo. Y una generación que está escribiendo la página más impresionante de toda la historia del baloncesto español. Empezaron ganando el mundial juvenil, "los chicos de oro" se les empezó a llamar ya. Después crecieron, y crecieron...tanto que consiguieron ganar el campeonato del mundo hace tan sólo 2 años. Fueron tan superiores que no hubo ni emoción en la final, le metimos tal paliza a Grecia que la victoria nos hizo sentir extraños. Lo normal hubiese sido llegar a la final y ganando de dos, que en el último segundo nos hubiesen metido un triple... No estábamos acostumbrados a ganar así, siendo incontestablemente mejores que el resto. Pero nos concienciamos rápido. Y tan rápido tan rápido, que el año pasado nos supo fatal perder en la final (esta vez sí, perdimos en el último segundo, como de costumbre), pero en una final, de nuevo conseguimos un gran éxito.
Ahora, preparando nuestra asignatura pendiente desde aquel lejano 1984, la de ganar las olimpiadas, parece que alguien se olvida de que tenemos un equipo que por encima de todo destaca por su humanidad, por su unidad, por ser un equipo que disfruta en sus concentraciones como si fuesen adolescentes en una excursión de fin de curso. Y junto a ellos su Profesor Keating particular, el gran Pepu Hernández, que ha sabido mantener ese clima sin que los celos, las envidias u otro tipo de conflicto pudiese estropear esta luna de miel de la que los 45 millones de españoles nos sentimos novios.
Pero una vez más no sabemos digerir tanta perfección unida a tanto éxito. Parece que el Presidente de la Federación y Pepu tienen problemas, y al final, ésto le costará el cargo al seleccionador. No soy amigo de ninguno, así que no sé los entresijos del asunto, pero según parece a José Luis Sáez no le sentó muy bien que Pepu le anunciase que después de las Olimpiadas dejaba la selección. No lo hacía por dinero, ni por un enfrentamiento con nadie, simplemente porque, como buen conocedor del deporte y de la vida en sí, ha entendido que ha cumplido un ciclo y que es momento de hacer las maletas.
En lugar de aplaudirle y apoyarle, no sólamente por reconocimiento y agradecimiento a toda la labor realizada durante estos años, sino por mero interés de cumplir esa utopía de llegar a lo más alto del podium en ese continente que tanta suerte nos trajo hace dos años. Pero no, ahora tocan las descalificaciones y los enfrentamientos en los micrófonos, vamos, una guerra en toda regla que seguro que no acabará bien, entre otras cosas porque una guerra siempre acaba mal.
Pero es que en otro deporte como es el tenis está sucediendo algo similar. Ahora que tenemos un campeón de campeones, un chico joven que nos está acostumbrando demasiado mal a verlo ganar partido tras partido y junto a él a una buena hornada de tenistas. Bien, pues el Presidente de la Federación riza el rizo en una batalla abierta a los medios y se dedica a menospreciar a los jugadores, a descalificar al capitán de la Davis (Emilio Sánchez Vicario) e incluso a amenazarlos por SMS (miralo qué moderno!).
¿Pero qué nos pasa a los españoles? ¿Es que cada vez que vemos a un campeón elevar el vuelo desde nuestra pequeña península pretendemos abatirlo a cañonazos?
También tengo en la memoria el triste espectáculo que ofreció La Vuelta a España forzando a Indurain a correr ésta y obligándolo a que ante su mala forma tuviese que bajarse de la bicicleta, sufriendo una humillación de la que seguramente sólo disfrutaron nuestros vecinos franceses...¿quién sabe si fue eso lo que determinó su decisión de retirarse cuando todos los especialistas creían que aún podía con otro Tour?
Tenemos infinidad de casos parecidos, como el ese entrenador de bigote que supo manejar un vestuario lleno de estrellas. Un entrenador que desde su época de jugador no se había movido de aquél estadio, fiel a los colores, humilde, discreto y que consiguió todo lo que un club y una afición puede desear en términos deportivos, vamos un "peazo profesional". Pero de la noche a la mañana lo mandaron a su casa. ¿la razón? Quizá que no era lo suficientemente polémico o guapo para vender todos los periódicos que debía, además no vestía de Armani...
Otro equipo mal acostumbrado, bañado por el mediterráneo, cuyo entrenador también consiguió casi todo, aunque teniendo en cuenta la historia del club, se puede decir que lo consiguió todo, y se tuvo que ir por la puerta de atrás cansado de la presión a la que el club y la propia afición le sometían cada domingo. Al año siguiente ganó la Champions con otro equipo... Sin embargo esta afición y sus diregentes no aprendieron la lección y repetir la historia con otro entrenador casi les cuesta este año bajar a segunda división.
Siempre nos quejamos de la mala suerte que tenemos, de por qué los árbitros van siempre en nuestra contra...goles anulados contra Brasil o contra Corea nos hacen llorar desconsolados mirando al cielo cuál Scarlet O´Hara... pero, ¿no tendremos algo de culpa?
Tenemos a un bicampeón del mundo en un deporte en el que hasta que él irrumpió la máxima meta de un español era poder correr una sóla carrera. Y ahora, doble campeón del mundo y con muchos años por delante, discutimos sobre si es antipático, sobre si en realidad es un manta porque este año no gana, etc.
Menos mal que ayer vi cómo Marcelino se iba del Rácing, abrazándose a su presidente y deseándose ambos lo mejor...igual no todos somos tan tontos...
5 comentarios:
Muy buen análisis.
No se me quita de la cabeza la cara que tenía ayer Pepu en una entrevista, no sé si era rabia, impotencia, tristeza, desengaño...El caso es que el hombre tenía las lágrimas a puntito y estaba muy nervioso, lo deben estar jod... bien.
Pero has dado con la clave, no sólo en deporte, sino en todo, en este país nunca valoramos lo que tenemos, no lo mimamos, cuantos buenos deportitas de modalidades no ,muy comerciales o sí... se han tenido que ir fuera porque aquí nadie los apoyaba.Con la escusa de que no hay dinero,! vamos hombre!
No son pocos los deportitas que tienen que pagarse los viajes a competiciones, haciendo,en ocasiones, sus familias esfuerzos económicos importantes por no recibir un duro de las federaciones...Algunos a mitad de camino se desencantan o simplemente, llega un momento en que no pueden permitirse el nivel de competición al que han llegado.Cuantos cracks se habrán quedado en el camino...
De las estrellas que tú comentas, creo que lo que se produce es un choque de puntos de vista. El deportista(a mi modo de ver) tiene la visión "romántica" del deporte, horas de entrenamiento, muchas eh!, lucha por un sueño día a día perdiéndose muchas cosas de su vida, entre ellas la juventud, que no es poco.
Compañerismo, disfrute de la competición, salud... el ambiente deportivo es muy sanote (aunque parezca una tontería que lo diga porque ya se suponga)
!Qué tristes! esto choca con lo que realmente es el deporte para el que manda, un negocio, vendes o no? a mí tus horas de esfuerzo, tu sueño, o el de muchos españoles( que a mí se me ponen los pelos de punta cuando ponen nuestro himno y veo a un deportista tan fuerte él o ella desmoronándose de emoción en el podio)
Marketin,dinero, y lo que manda en este país, por si alguien tiene duda...ENCHUFE
Buenas,
Muy completo el análisis. Aquí lo que pasa es que somos envidiosos y nos encanta criticar. Nos jode que alguien tenga éxito, y más si nosotros también lo hemos intentado y no lo hemos conseguido.
A ver si en fútbol nos ponemos de acuerdo y cuando empiece la Eurocopa gritamos juntos: A POR ELLOS OE!!!
Acordaos, cuando empiece la Eurocopa, la historia girará en torno al que no está, porque así no hay pruebas. Si llegan a cuertos porque por fin la selección se ha quitado un lastre, si no llegan, porque a el equipo le faltaba su lider...Total, nos podían dar una sorpresa no?
Estupenda reflexión que comparto totalmente. Tan solo una pequeña apreciación sobre lo dicho de Indurain. Desde luego ha sido un ciclista genial y único, pero hay que hacer honor a los hechos. Antes de abandonar en la Vuelta a España venía de haber sufrido innumerables pájaras en el Tour donde no consiguió ni entrar en los 10 primeros. Probablemente se dió cuenta de que su caída era más rápida de lo esperado y no querría terminar su carrera sin ganar una Vuelta, después de tantos desaires como le hizo año tras año, por lo que se decidió a correrla (le ayudaría a tomar la decisión la gran cantidad de pasta que se debió mover con su participación). En cualquier caso, aunque seguía siendo un genio de la bici (ese mismo año fue medalla de oro en contrareloj en los JJ.OO.) no aguantaba ya carreras grandes de 3 semanas, por lo que me gustaría saber qué especialistas son los que pensaban que iba a ganar otro Tour de Francia ¿Manolete?
Indurain nunca quiso correr la vuelta ese año. De hecho aún recuerod la polémica surgida cuando abandonò porque decían que era una rabieta chuletilla porque al no haber tenido más remedio que correrla les hizo el desaire de dejarla así. Cualquiera que hubiese seguido la carrera profesional de Indurain sabrá que un hombre que incluso cedía etapas de la forma más caballerosa (ni Amstrong ni ningú otro puede decir lo mismo) haría algo así.
Por otro lado, grandes especialistas estuvieron incluso manejando la posibilidad de que volviese años después.
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