Hoy pienso que tras la injusticia cometida a Marta Domínguez, aquí sigo esperando a que sea invitada a algún programa de televisión para que haga cola tanto listillo oportunista y pase a su paso hincando la rodilla y pidiendo perdón por la de injurias y calumnias que se vertieron contra ella.
Pero no ocurrirá, de hecho su declarada inocencia no ha tenido tanta repercusión mediática como la tuvo su presunta culpabilidad(¿para las hienas era presunta?). Una excepción, Pedro J., que siempre la defendió y que la llevó a su programa para que, al menos pudiese defenderse.
Ahora le toca el turno a Alberto Contador, un ciclista con mucha mala suerte a lo largo de su vida y que sin embargo, ha hecho bueno el dicho de, “la vida es como una partida de cartas, lo importante no son las cartas que te tocan, sino como las juegas”. Él, que ha sufrido varios reveses de todo tipo (post del 1 de octubre de 2010, "la mala suerte de los campeones") y ahora mismo sería el mejor ciclista español de todos los tiempos de no ser por ellos, con el permiso siempre de Miguelón, que desde luego era mucho Miguelón… aún así, Alberto va camino de superarle, y a día de hoy ha ganado mucho más de lo que ganó aquel grande a su edad.
Las comparaciones suelen ser odiosas y no pretendo enfrentar a estos dos monstruos, pero lo cierto es que Alberto no es tan idolatrado ni tan apreciado como lo era Indurain.
Sin embargo, estos días, vuelve a demostrar quién es y por qué está ahí. Se encuentra arrasando en el Giro de Italia, y sin dopajes, trajes de neopreno ni cabras mecánicas, supongo que más de uno se estará tirando de los pelos. Lo siento por ellos…
La cara de este deporte es Contador, que por mucho que lo empujan, se levanta y sigue adelante. La cruz es una vez más, otro ciclista muerto, Xavier Tondo. Esta vez no fue un accidente en la carretera ni una mala consecuencia del éxito, mucho peor, un tonto accidente en el garaje de su casa, justo cuando a iba a entrenar (como buen currante, claro).
Este duro deporte no se sobrepone de tragedias, por una cosa o por otra, todos los días tienen una terrible excusa para lucir el crespón negro, y mientras, el pobre ignorante de la calle sigue haciendo esos comentarios al estilo de, “éstos van todos hasta arriba de aspirinas y lo que no son aspirinas... y con más transfusiones que el de Transilvania”. A esos les daba yo transfusiones gratuitas, pero de neuronas...
Yo, las dedicatorias se las dejo a Contador, que son más valiosas y y se oyen más lejos, así que sólo espero que Alberto siga mirando al cielo mucho tiempo, como hará hoy cuando oiga el himno de España, para que Xavi sonría desde allí arriba y de paso consiga redignificar este deporte que, a pesar de vampiros y otras alimañas aún peores, está lleno de sacrificados campeones del asfalto.
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