Hoy pienso que ya he escrito varias veces sobre el tema del doping y la hipocresía que se cierne a su alrededor.
Por un lado, estos días vivimos el circo del juicio a Alberto Contador, acusado de doping. El hecho objetivo que se juzga es la ínfima cuantía de clembuterol hallado en su cuerpo. Sin embargo, una vez demostrado que es imposible tomar una cantidad tan reducida de clembuterol de forma voluntaria, el proceso ha derivado en juzgar distintas teorías basadas en suposiciones, rumores y otras hipótesis tan vergonzantes como las que se dieron en el caso de Marta Domínguez.
Pero como siempre en este tipo de casos, hay alguien que por algún motivo trata de hacer leña del árbol caído. Esta vez ha sido Yannick Noah, un ex-tenista francés de los años 80, quien publicó, hace unos días, un artículo en el que afirmaba que los deportistas españoles se dopaban, basándose en el irrefutable argumento de que "sin poción mágica, es difícil ganar. ¿Cómo puede una nación dominar el deporte tanto de la noche a la mañana?".
Este sólido razonamiento, le sirve para meter en el mismo saco todos, desde Fernando Alonso o Rafa Nadal hasta los jugadores de la Selección Española de fútbol. Todos, sin excepción, con culpables (ni siquiera sospechosos!) de doparse por haber llegado a la cima del deporte.
Este tenista, endiosado en su país, pero que, en realidad, en su palmarés tan sólo cuenta con un único Grand Slam, ha recibido distintas críticas (como la caballerosa contestación de Emilio Sánchez Vicario http://emiliosanchezvicario.wordpress.com/). Pero él lejos de recular, ha seguido incidiendo en la culpabilidad de los españoles, citando, esta vez sí, nombres y apellidos, tales como los de Contador y Marta Domínguez.
No puedo entender dónde está la causa de tanto rencor. Sí, ya sé que él tan sólo ganó un Roland Garros, y que como buen francés, no soporta que tantísimos tenistas españoles lleguen a París y conquisten su preciado torneo, haciendo tan fácil lo que a él le costó toda una vida... también sé que su hijo es jugador de baloncesto y que, aunque es muy bueno, ni siquiera le hace sombra a Pau Gasol, como se vio este verano, cuando barrimos a los franceses en la final del Eurobasket y su pobre hijito no pudo hacer nada para evitar que Gasol se llevase además el MVP del Torneo. Por cierto, me extraña que no haya acusado a Gasol también de doparse, porque...es imposible que un jugador sea tan bueno!
El caso es que ahora, Milan Serban, un ex-juez de silla internacional, ha afirmado que Noah se dopaba, "es de domino público que Noah tomaba productos" afirma este árbitro. Precísamente se refiere al único Grand Slam que tiene en sus vitrinas: "Durante el partido de cuartos, frente a Ivan Lendl, se ausentó varias veces del terreno y luego venía con los ojos inyectados. Era difícil no darse cuenta. Algún tiempo después hablé directamente con Lendl, y me dijo que no comprendía nada, que cada vez que volvía después de un descanso él golpeaba más fuerte. No sé qué pudo tomar".
Siguiendo las conclusiones de Noah y pensando como él, deberíamos afirmar que es un tramposo, un yonki y que ganó su único Roland Garrós yendo hasta arriba de sustancias prohibidas.
Según él, si eres español y consigues ganar, tu esfuerzo, tu talento o tu preparación no tienen nada que ver, todo el éxito se debe a alguna sustancia prohibida... quizás él crea que sólo así se puede ser número uno... porque fue el único modo en que él pudo conseguirlo.
Y es que, el que con doping mata, con doping muere...
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