Más que mafiosos, granujas

Pues sí, hoy pienso que la rocambolesca historia de Ramón Calderón es un capítulo más de este, nuestro gran y particular país.

Un señor sale elegido presidente de uno de los clubes más grandes de España. Hasta ahí todo normal.

No voy a hablar de sus formas durante este período, perdidas más de una vez.
No voy a hablar de sus promesas incumplidas y fichajes frustrados.
Tampoco de su gestión, nefasta, como la destitución de los entrenadores que le iban dando títulos. Aunque esto último debe ir con el cargo, porque así ,de memoria, recuerdo otras pifias de Presidentes anteriores con Vicente del Bosque, Antic...
No voy a hablar de su champions chapuza fichando dos jugadores que no podían jugar la champions y con la cabezonería de acudir a los tribunales para intentar que cambien las normas para ellos.

Voy a hablar del pucherazo de diciembre y de sus consecuencias. Porque lo peor no es que te pillen colando gente a una asamblea para que contrarresten las protestas contra tu gestión. Lo peor es que te pillen, y salgas, cual gato panza arriba, jurando por tu honor que no conocías a esa gente, y acto seguido saquen fotos tuyas personales compartiendo momentos íntimos con ellos y aún peor, unas imágenes tuyas dedicando tu triunfo en las propias elecciones a uno de ellos (Nanín, va por ti).

Pero lo que es más grave aún, forzado a dimitir, haces un discurso de despedida, alegando lo injusto de la situación y que ha sido una especie de caza de brujas contra tu persona y al día siguiente (mejor dicho, a la noche siguiente) organices un sarao de despedida en una conocida discoteca, a la que acuden todos aquellos pringados en el chanchullo, aquellos de los que renegaste, como San Pedro, y que en lugar de esconderse avergonzados, acuden satisfechos y orgullosos de que su nombre haya salido en todos los periódicos.

Sin embargo, hasta aquí podríamos pensar que se trata de un atajo de sinvergüenzas, encabezados por el tunante Ramón.

Pues no, no se vayan todavía que aún hay más, que diría Superratón. Resulta que ayer, en una cena homenaje que la ¿Real? Federación Española de Fútbol le dedica, aparte de endulzarle los oídos y recordarle lo gran presidente que ha sido, de mano de su Presidente, el pillo Villar, le comunican que continuará como miembro de ésta por expreso deseo de éste, quien mostró su "apoyo incondicional" a su amigo después del trance pasado.

Pero, por si no quedara claro, además, y para que no pase hambre el pobrecito de Ramón, la RFEF ha acordado que presida la comisión responsable de los actos conmemorativos del centenario de la Federación Española de Fútbol (RFEF) durante 2009. Un puesto otorgado, no por su capacidad gestora, ni tan siquiera por su curriculum, es más bien, un presente, un regalo por amistad. (¿o quizá por favores debidos?) .

Y para colmo, sale un su defensa, otro granuja, Laporta, el mandatario azulgrana, quien elogió al cargo federativo reciente. "A mi entender Ramón Calderón ha sido un gran presidente del Real Madrid. Un presidente ganador, valiente y aquí nos hemos visto en la junta. Ha sido muy emotivo porque los dirigentes de clubes estamos sometidos a una presión en ocasiones que se hace insoportable y creo que ha sido muy bonitas las palabras de Ramón aquí en la RFEF".

Bueno, podría haber muchas causas para dimitir de un club como el Real Madrid, pero desde luego, la más justificada es que el presidente del F.C. Barcelona diga esto de ti...