Hoy pienso que es una pena hacerse mayor. Un día descubrimos que nos aburrimos viendo a Tom y Jerry en la tele, otro nos damos cuenta de que una gominola no tiene el mismo sabor mágico que antes y finalmente un día vemos nuestro gastado camión de bomberos lleno de polvo.
Sin embargo es irremediable, los años pasan, al principio nos hacemos mayores y después, nos hacemos viejos.
Peter Pan se negó a hacerse mayor y huyó al país de nunca jamás, neverland. Sin embargo, Peter era sólo un personaje de un cuento, que después Walt Disney inmortalizó convirtiéndolo en dibujo animado.
Pero Peter Pan también fue real, su nombre: Michael Jackson. Este niño prodigio que en los setenta, con tan sólo 5 años lideraba el grupo de música formado por 5 hermanos, comenzó a hacerse mayor, pero no le gustó. Y se fue a vivir a Neverland, tratando de evitar al tiempo.
No diré que Michael, persona, fue un buen ejemplo, ni siquiera una buena persona. Narcisista, extremadamente excéntrico, su obsesión por los niños lo llevaron incluso a los tribunales americanos. Nunca sabremos si su obsesión era méramente ingenua o había algo más.
Sin embargo, el genio musical que llevaba dentro nos hizo tararear sus canciones a más de una generación. ¿quién no ha intentado alguna vez imitar uno de esos pasos de baile imposibles que Michael patentó por derecho propio?
Siempre recordaré la canción "The way you make me feel", cuando con 15 años y junto a mi amigo Lolo le dedicábamos la canción a nuestra, entonces diva y compañera de clase, María.
Es por ello que, a pesar de todas sus rarezas, a pesar de sus locuras, a pesar de sus delitos, si un día los cometió, hoy ha muerto un niño que nunca quiso crecer, y con él, también muere un poquito del niño que aún llevo dentro.
Michael, pequeño Michael, si un día vuelves de Neverland, no me despiertes, por favor, no des la luz...