Hoy pienso que trabajar en plena calle de Atocha es lo que tiene. Cada día es testigo de la vida cañí española.
Este barrio de Madrid respira vida, castiza, española y también extranjera, ya que al estar cerca el Museo de arte Reina Sofía, la estación de tren de Atocha y otros intereses turísticos, a lo largo del día son muchos tipos de personas las que pasan por sus calles.
Así mismo también me ha tocado vivir ya varias manifestaciones.
Recuerdo hace poco la manifestación de los estudiantes en contra del "plan Bolonia". Mal llamada de estudiantes, ya que la mayoría de los manifestantes eran camorristas y jovenes antisistema buscando una excusa para liarla, como así hicieron, por supuesto.
He visto pasar también el 1 de mayo, la clásica manifestación en favor del trabajo... este año igual de colorido aunque quizá menos alegre, si bien me extrañó, tal y como está la cosa, no ver pancartas ni oir gritos o cánticos en contra del actual gobierno, pero eso es otro cantar.
Lo de hoy ha sido excepcional y ojalá que no sea irrepetible.
Miles de policías locales de toda España se manifestaban reclamando que el Gobierno central les permita jubilarse antes de los 65 años, equiparándose a los bomberos y a los policías nacionales.
Nunca he visto una manifestación así. El ambiente era totalmente distendido, los policías nacionales antidisturbios, observaban entre sorprendidos y agradados el comportamiento de sus compañeros.
Abriendo la comitiva, un camión con go-gós ameniza la concentración, algunos policías en silla ruedas y con pañales, haciendo alusión a la avanzada edad a la que, a su juicio, se tienen que retirar de su vida laboral y los gaditanos con su chirigota, como no podía ser de otra manera.
Cuando volvía a mi despacho tras la comida, me he encontrado muchos de ellos bajando por las calles, y os puedo asegurar que si fuesen las 6 de la mañana de un día 1 de enero, no podrían venir más contentos y "dopados", eso sí, sin romper nada y sin molestar a nadie.
Quizá sea deformación profesional, o puede que simplemente sean así de nacimiento, pero desde luego su comportamiento fue envidiable.
Hoy puedo decir que estoy orgulloso de mi policía... y que me he reído mucho con ellos...
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