Hoy pienso que David Carradine ha muerto.
¿Quién? Pénsarán muchos. Bueno, si lo llamase Kung Fu, Kwai Chan Kane o, sobre todo, pequeño saltamontes, seguro que todos le ponen cara.
Pues sí, ha muerto, a la edad de 72 años.
El papel de la serie que le hizo saltar a la fama, y que al mismo tiempo, lo enquistaría como especialista de las artes marciales, "Kung Fu", le fue dado injustamente, ya que la idea original de la serie y todo el trabajo para poder hacerla realidad fue del mítico Bruce Lee, pero en el último momento, los productores pensaron que la racista sociedad norteamericana de los años 70 no estaba aún preparada para un héroe "chino", así que optaron por una cara más occidental, aunque el elegido, David, no supiese dar siquiera una patada al aire.
Esa serie, lo encumbró, aunque también lo sepultó años después, y no fue hasta hace unos pocos años cuando Tarantino, al igual que Santiago Segura hizo con el gran Toni Leblanc, le dio una segunda oportunidad que supo aprovechar con gran acierto.
Sin embargo, al oir su nombre, recuerdo mi adolescencia, donde en mi casa, mi padre y mis hermanos no nos perdíamos un sólo capítulo de dos clásicas series que por entonces se reponían: Curro Jiménez y Kung Fu. De la primera ya hablaré otro día, en cuanto a la serie americana, cada vez que terminaba un capítulo, repetíamos las frases con las que el maestro Po, con gran sabiduría, aleccionaba al pequeño saltamontes.
Sin duda, muchas lecciones del maestro han servido de inspiraciòn a multitud de políticos:
"Maestro, -le preguntaba un joven pelón al sabio maestro Po - si hay dos caminos, uno a la derecha y otro a la izquierda, ¿cual sabré yo que me llevará a mi destino?"
"No importa cual camino escojas, el de la derecha o el de la izquierda, cualquiera te llevará a tu destino".
Ahora, haciendo memoria, creo que ZP debía ser de los que veía la serie, tomaba apuntes, los estudiaba y llevaba a cabo las enseñanzas de Kwai Chan Kane y su maestro.
Supongo que a la hora de afrontar la crisis y tomar decisiones, ZP recordó aquél consejo del maestro Po a su pupilo en Shaolin:
"Hay acciones que no se pueden añadir o quitar, a veces la única opción es no hacer nada, lo que ha de pasar, pasará".
Y si alguien le pregunta algo tan simple como lo que un vaquero se atrevió a preguntar a Caine, "¿Hacia donde vas?", ZP mirará al cielo con gesto trascendente, e inspirándose en el difunto Carradine, responderá entre susurros: "eso no lo sabré nunca".
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