Matemos a la humanidad y salvemos el planeta.
Parece que los gurús, expertos y estudiosos del cambio climático han encontrado el antídoto contra el supuesto cambio que se está produciendo: Reducir la población a la mitad, reduciendo las emisiones de CO2.
Según un reciente estudio estadístico de la Universidad Estatal de Oregon (EEUU) una medida de estas características sería 20 veces más afectiva que cualquier otra política encaminada a tratar de cambiar el estilo de vida de los ciudadanos.
Millones de chinos no podían estar equivocados, la eugenesia es la política que lleva implementando el régimen chino y parece que los países occidentales empiezan a no ver una barbaridad penalizar el nacimiento de niñas y limitar por ley el número de hijos que pueden tener las parejas chinas.
Hace poco veía un reportaje en la televisión sobre un periodista, que durante un año modificaba sus hábitos y los de toda su familia hasta límites insospechados para reducir al máximo los "daños producidos al planeta", entre sus medidas figuraban (junto algunas extravagantes y poco higiénicas como guardar en su jardín todos sus deshechos orgánicos), dejar de viajar en avión, restringir el resto de viajes y, por supuesto, olvidarse de conducir en coche.
A mi se me ocurrió que dejar de leer también sería una buena medida, ahorro de papel, menos tala de árboles y más bosques produciendo oxígeno. Total, un planeta más verde.
En general, si lo pensamos, cualquier actividad intelectual o cultural, supone un excesivo e innecesario coste de energia o derroche de polución fácilmente suprimible, a costa de nuestra riqueza espiritual e mental, claro.
Como véis, todo se reduce a lo mismo, para salvar al planeta, cuanto más limitemos nuestra libertad, mejor, y es que el hombre es un lobo para el hombre que decía Hobbes. Y como no somos capaces de cuidarnos nosotros mismos ni cuidar nuestro espacio vital, Papá Estado tendrá que hacerlo por nosotros, aunque eso suponga limitar nuestras libertades hasta donde sea necesario. Sobre esto ya hay libros proféticos, como "1984" o "Farenheit 451". Incluso recuerdo una serie, "La fuga de Logan" en la que todos los hombres morían, obligatoriamente, a la temprana edad de 30 años.
Ahora entiendo a nuestra Bibi, que aborte el que quiera, así salvaremos al planeta. Supongo que el siguiente plan será ampliar la eutanasia a todo aquel que tenga dolor de cabeza, así no sólo reduciremos la población sino que nos quedaremos los más sanos y los más fuertes...
Si Hitler levantara la cabeza, estaría orgulloso de nosotros, no me cabe duda...
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