Hoy pienso que todos os acordaréis de Carmen Bousada.
Carmen
fue la gaditana que dio a luz hace ahora tres años, tras haberse sometido a un tratamiento de fertilidad en Los Angeles.Hasta ahí todo normal. Sin embargo, lo extraordinario de la noticia es que Carmen tenía 67años y que lo que hizo, aparte de inconsciente (y quizá inmoral) era, a todas luces, ilegal.
- Para cumplir su deseo y burlar la ley se fue a Estados Unidos y escondió (si es que no mintió) sobre su edad, ya que allí sólo se permite la fecundación a menores de 55 años.
Desgraciadamente, Carmen, a la edad de 70 años ha fallecido.
La longeva parturienta arguía que siempre había soñado con ser madre, y por eso, por ese sueño, se encaprichó hasta conseguirlo.
Élla decía que viviría muchos años, y ponía de ejemplo a su madre, que murió a la edad de 101 años.
Hoy ese egoista capricho ha dejado huérfanos a estos niños, huérfanos además de padre y madre.
Es cierto, como solía decir ella, que todos podemos morir a cualquier edad, pero está claro, que conforme vas teniendo más edad, juegas más papeletas, cuestión de estadística.
Además, no sólo era una cuestión de morir, se trata de privar a tus hijos de una serie de habilidades, cuidados y de caracterísiticas que una persona de esa edad no puede dar, porque la edad, queramos o no reconocerlo, limita.
Siento su muerte y no pretendo hacer leña del árbol caído, pero si lamento realmente su fallecimiento es por unos niños que ya nacieron con abuela, pero sin padres.
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