Hoy pienso que algo así decía el refrán, ¿no? Pues se ha cumplido. O al menos eso parecía decirles nuestro Contador a más de uno, ayer, en los Parques Eliseos, cuando hacía el gesto de Victoria con sus manos.
Ale,
Armstrong y su fiel escudero,
Bruyneel, tuvieron que rendirse a la evidencia, lo encajaron
como pudieron, saludo seco y educado al campeón, lo justito, vamos... y es que a pesar de todas las trampas psicológicas y deportivas que han usado su supuesto compañero y su supuesto entrenador, al final, el mejor fue el mejor, fuera y dentro de la carretera, y claro, ganó.
Pero todavía quedaba otra sorpresita. Se nos olvidaban los franceses... Y es que a la hora de homenajear el campeón del Tour (bicampeón ya), primero maillot, luego flores y por último, la hora del himno español... parece que suena algo...pero lo que se oye es distinto, ¿dónde está nuestro querido Chunda Chunda ?
Lo que sonó fue el himno danés. ¿Casualidad? ¿Un simple error humano del técnico de sonido? Bueno, al menos era el himno de Dinamarca, podría haber sido el de los EEUU, pero eso hubiese cantado demasiado... nunca mejor dicho.
Hombre, digo yo que tras los Bahamontes, Ocaña, Perico e Indurain, y sobre todo sonando sin parar los tres últimos años (Pereiro, el propio Contador y Sastre), ya deberían tener la cinta más que localizada, ¿no? Quizá fue eso, estos románticos franceses, fieles amantes de las viejas costumbres siguen usando el vinilo, y claro, el disco se ha acabado rallando de tanto ponerlo...
Bueno, pues que se vayan poniendo las pilas, o que se las pongan al tocadiscos, porque me da a mi que lo van a tener que seguir utilizando unos cuantos años más... y si no lo encuentran, que se lo pidan a sus compatriotas, los organizadores del Roland Garros, que esos también lo han tenido que poner unas cuantas veces a su pesar... y las que te rondaré morena, que Nadal está de vuelta...
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