jueves, 23 de julio de 2009

Un campeón... lo es siempre

Hoy pienso que gracias a Armstrong tenemos un tour interesante.

Sin embargo, no es interesante por la carrera en sí, donde por mucho que él se empeñe, los 38 tacos y los 4 de parón, le han hecho mella, a pesar de que su estado de forma es admirable para la edad que tiene.

Sin embargo, aunque Indurain no ganase tantos tours ni fuese tan mediático, era un campeón de verdad, y lo digo porque creo que para ser un campeón no sólo hay que saber ganar, sino también hay que saber perder, o al menos, conocer tus limitaciones y reconocer los que pisan fuerte por detrás tuya... o por delante.

Armstrong volvió pensando que con un gran equipo como el Astaná, totalmente a sus pies, unido a su innata capacidad física para el ciclismo (aliñada, eso sí, con los fármacos que a otros no les está permitido tomar) volvería a reinar en su casa francesa.

No esperaba, sin embargo, tener al enemigo en casa, y resulta que se ha encontrado con que el actual número uno y potencial nuevo genio del ciclismo, estaba en su propio equipo, un jovencito con cara de bueno, de un pueblecito pequeño sin el glamour de la cineasta California, AC (Alberto Contador).

Empezó el tour, y a las primeras de cambio el californiano se encargó de dejar bien claro que en el equipo había dos líderes, y que ninguno debía rendir pleitesía al otro. Y así, cuando en una teórica etapa de transición, por culpa del viento, Contador quedó descolgado en un grupito, Armstrong dio órdenes a sus escuderos y no sólo no le esperó sino que tiró con todas sus fuerzas. Lo había dejado claro, "lo único que tenemos de equipo es el maillot de quien nos paga".

Ayer Contador aguantaba en la "tete de la course" donde junto a sus más firmes competidores, los hermanos Schleck y el alemán Kloeden, ascendían el último puerto de montaña de la etapa. Contador no se fiaba de los hermanos, se acercó a su compañero, segundo en la general hasta ese momento, y le dijo, "¿qué te parece si les pongo a prueba y me intento ir, antes de que me la jueguen ellos a mi?". Kloeden le miró y afirmó con la cabeza, "si tú eres capaz, la carretera es tuya, jodío", debió pensar un fatigado Kloeden, sin fuerzas ya para contestarle con palabras.

El de Pinto lo intentó, pero cuando vio que los hermanos le chupaban rueda y que el que se quedaba era el alemán, paró y esperó a ver si volvía. Demasiado tarde, Kloeden estaba machacado.

Al terminar la etapa, Armstrong, que aquí ni pinchaba ni cortaba, ya que él se había quedado mucho antes, y el director del equipo, Bruyneel, que parece más el secretario personal de Armstrong que el director de un equipo de ciclismo, rajaron de lo lindo contra Contador.
Alberto tiró de táctica, pidió permiso a su compañero y lo intentó. ¿Se equivocó? Por supuesto que sí, porque no tendría que haber frenado cuando vio que Kloeden no le seguía. Él hizo un ataque y nadie esperaba que Kloeden se quedase. ¿No pudo seguir el ritmo? Mala suerte para él. Si Contador no hubiese atacado, seguramente Kloeden no habría aguantado el ritmo de los hermanos igualmente, y lo que es peor, seguramente habrían tratado de atacar a Contador, quién sabe con qué resultado.

Lo que más me llama la atención es que Armstrong, que hace una semana y media actuó de forma individualista en aquel corte y proclamaba que la carrera era la que decidiría quién era el líder, ahora se queje precisamente de eso, de que la carrera está poniendo a cada uno en su sitio.

Y como tiene que seguir acaparando las portadas, hoy presenta su nuevo equipo para el año que viene... Lo más gracioso es que Bruyneel estará en la presentación...sí, el director del equipo líder del tour, en plena etapa de contrarreloj, dos días antes de la etapa definitiva, en lugar de estar centrado en la carrera y en que nada falle para que Contador se haga con el maillot en los Campos Eliseos, allí estará él, bailando al compás del americano, quien le ha prometido que le dejará ser su esclavo, perdón, su director, en su nuevo equipo.

Él dice que este año no se ha podido preparar bien, que tuvo poco tiempo... pero que al año que viene vendrá más preparado... quizá alguien debería recordarle que Contador estaba de vacaciones el año pasado, lo llamaron para que se fuese directamente a Italia a correr el Giro, así, a pelo, y que lo ganó de forma indiscutible... y es que un campeón no necesita excusas para ganar... ni para perder...


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